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Guía de Isora 1 de Diciembre de 2011
Las Pymes y su Clientela
Lleva uno un montón de años oyendo que las PYMES
(Pequeñas y Medianas Empresas) son las que más
empleo crean, que son tradicionales y cercanas a
nuestra idiosincrasia que es una manera de ser y que
es verdad. Pero, también he visto desde hace bastante tiempo, antes de la crisis desde luego, que los mismos que defienden (…) este comercio no compran en ellos. Inclusive alcaldes. Y uno, yo, compro en el pueblo a pesar de todo.
Y digo a pesar de…, porque, un ejemplo por ejemplo (…) las PYMES dejan mucho que desear; de hecho no consigo un carpintero, hasta la fecha, que encuaderne mis ensayos de pintor aficionado. Contacté con tres o cuatro y uno me dijo que estaba de baja, otro que se iba de vacaciones y  dos se negaron porque eran empleados del ayuntamiento aunque hacían “cáncamos” en sus horas libres, pero que no, que no. Y tuve que ir a una ferretería fuera de los límites de la tribu que enmarcaba cuadros de maniáticos. Me costaron muy caras sólo unas varillas que rodeaban las tablas que había intentado pintar. Y son excepciones que no eliminan los esfuerzos de otros comerciantes que se esfuerzan por estar a la altura de las circunstancias.

O sea que no es verdad lo que se ha dicho (esto es más viejo que la rasca que es rascarse porque sarna con gusto no pica) y que las empresas que se autodenominan pequeñas o medianas, una rendición, no cumplen en general con la calidad ni el atendimiento, con las excepciones obligadas. Item más: en el territorio corrupto do mora la excelencia (...) turística no hay dónde comprar un libro, un libro de papel y sí el último modelo de celular que le hace de todo, digitalmente hablando. Ni se come gofio salvo en las recetas enrevesadas de los cocineros que sí están, algunos, a la moda, aunque Cáritas   - como siempre lo ha hecho y uno colabora cuando puede – reparta sobras, comida y ropa de abrigo,  y que es una ONG que es un fallo del sistema.

Otro ejemplo: no se vende en ninguno de los infinitos y muy cutres bares isleños un sencillo y racial jugo de tomate, en tierra dura de tomates, con lo que encierra de bueno y de malo, que de todo hubo y hay, de palabra, obra u omisión. Y hoy, precisamente, me encuentro en la avenida (…) a un experto en los asuntos de la raza y que propone que en Adeje (…) va a ser, oh, el tomate como producto identificativo,  lo que no deja de tener – en el fondo del pozo sin fondo – una razón dentro de lo que cabe. El tomate en Adeje  Municipio Turístico como reza nunca mejor dicho su cartel en la linde cercana a un logotipo que pone Isora. Y, el potaje (por lo del encuentro entre culturas) en Arona, oh cielos, como diría un alcalde que no compra en los entrañables (…) comercios, puerta con puerta. Y menos mal que en Granadilla creo que subsiste un molinero que hace un gofio decente porque ha resistido y resiste al invasor, véase Astérix. Y las dulcerías varias nunca suficientemente ponderadas y que es otra heroicidad. Como las tejedoras de rosetas de Vilaflor que se quedó allá arriba sólo contra UNELCO y el Santo Hermano Pedro, alcalde perpetuo del sur sin referéndum, ojo, que se fue a Guatemala y dejó lo que a la vista está.¿qué hizo?.

Oh  las PYMES,  que observan como los isleños/as consumen palmeras integrales, gusanitos o papas en bolsa de plástico, todo ello importado por los caraduras estraperlistas. Y ahora, en este momento dado, uno se explica que ya los hombres no hablen de mujeres. ¿Para qué?, me dice un filósofo pastoril, ahora enseñan el ombligo que es la vida, pero dentro de pocos años serán carne de cañón sin cañón.¿Que quieres mi niña…?, no sé…, duda la adolescente maquillada, no sé; bueno, cómprame un bollycao y me das cinco euros para recargar el móvil que ya no tengo saldo. Vale. Si, mi niña, estás en la edad.

Mucho tiempo hablando de las PYMES pero pocos compran en los establecimientos del ramo. Inclusive alcaldes o consejeros que aconsejan una cosa y hacen otra. Así que pongan orden en su organización y descubran a los impostores. Un ejemplo: los bares (algo entiendo de ese ramo) y sus gerentes podrían testificar sobre el porcentaje de su clientela a ver quién consume, gasta o invita. Desde luego, los golfetes de los pueblos que son – dicen – personas serias y una persona seria (la que no se ríe jamás) no puede ser seria, llevan toda su miserable vida tomando un cortadito, natural, solos, muy solos y se van. Son de poco gastar. Lo que conllevaría la ruina de las PYMES si esa gente (…) fuesen sus clientes.  Más claro el agua que algunos piden después de su brebaje, con gas para que estimule el eructo, porque estos ejemplares eructan como si nada, son gases. Y se van. Solos y defraudando a todos, como los médicos de pago, como los dentistas, como los agricultores que no pisan la huerta, como los falsos patriotas, como los que construyeron apartamentos y cobran en efectivo sin declarar lo que ganan para que su esposa que y atiene los pies fríos – y el alma – les separe en el tálamo matrimonial, perdón. Como, además, los que tenían y  tienen a moritos decentes ilegales para que saque adelante la zafra y, encima, les cobran el alquiler de su enésimo apartamento angosto. Que son los que mandan en los municipios aunque no se presenten (para eso tienen a sus edecanes).

Nada se hizo para corregir esas desvergüenzas en los tiempos presuntamente buenos y nada, salvo la queja casi infinita, se está haciendo. Hoy se habla de rehabilitar o regenerar, conjugaciones que indican que algo no se habilitó y se degeneró por los degenerados, muchos de ellos – todos ricos -  absueltos de delitos mucho más graves que una infracción de tráfico que no tiene escapatoria o un juicio de faltas que se celebra con rapidez inusitada. Aunque sea por aparcar mal, según tenga el día la poli que no es tonta. Que sabe quién es quién. Lo que no es poco. Pero ahí siguen, intocables, aparcando dónde les da la gana, como siempre. Y robando desde el principio de la conquista e inmunes, como siempre. Más vale caer en gracia que ser gracioso. Yo, dice un propietario de tierra sorribada (...),  tengo una familia de moritos que me llevan la finca, son muy trabajadores y – tratándolos bien, añade – no son malos; los he visto peores. Pero, inquiere un goledor, ¿están en regla?, bueno… no tienen papeles, pero les pago bien, no tienen motivos de queja visto lo barata que está la mano de obra en su tierra infiel.

Las PYMES, el pequeño o mediano comercio, tan canario, tan cercano, tan nuestro…un Minimarket en la penúltima curva de la vieja carretera, vendiendo manzanas de Lleida, papas caras de Irlanda, vino catalán, queso de Holanda, galletas inglesas, conejos polacos, naranjas de la corrupta Valencia,  rollitos de primavera que pueden ser rollitos de primavera, sushi japonés con “doble gabina como el Toyota,  pimentón murciano o de otras tierras de gente de mal vivir, pollos congelados desde que se descubrió el hielo, chistorras (…) graciosamente alemanas, magdalenas israelitas, yogures de la Grecia abatida, paté (…) que no es almogrote, miel de San Francisco y de su granja, cava catalán, turrón de Alicante, polvorones, perdón, de Estepa, naranjas de la China, Anís del Mono y Vino Sansón, huevos de cualquier parte que arriban en los puertos que están y los que se proyectan construir (otra golfería), etc.

Y, por supuesto, litros y litros de Coca-Cola. Y tuberías infinitas de Marlboro. Y que esta gente haya ganado o haya perdido es lo extraño en tiempos raros, aunque uno los ha visto peores. Riéndose, como siempre, de los que les votan y, como dijimos alguna vez, se quitan el sombrero sin haber calzado esta prenda. Y aquí sin ir más lejos, que diría don Elfidio (oh) que sigue, erre que erre, glosando el origen del tango del vivo y las connotaciones de la huesera con el marcapasos de la caja del pecho, sin desdeñar el ukelele con el contro o, por qué no decirlo, el sirinoque con el califato de Córdoba y la deriva claramente racial del Tenderete y su simpatiquísimo presentador que entronca (…) con el fado de Teno Alto lo que demuestra sus raíces inequívocamente lusitanas; o, además, con el Sorondongo mondongo del fraile, antes de la extinción del guirre. O – aquí entra el sumiller – la directa relación del paté con el almogrote y los Ranchos de Ánimas, etc. Firmado un ex alcalde patrimonio de la humanidad doliente. Sin ir más lejos. Por cierto, por enésima vez, Los Sabandeños sacan por navidad – como la caja del turrón – un coqueto trabajo regresivo que se venderá bastante bien y en el que no debe figurar la Polca Frutera, la del intermediario y otras cosas que hace mucho tiempo este grupo excelente, en serio, descatalogó, porque a la gente hay que darle lo que pide, con moderación.

Las PYMES. Vamos a ver que pasa ahora, precisamente ahora, cuando las grandes superficies suban el precio del papel higiénico o lo bajen y abacoren a los pequeños y medianos. Yo no soy tonto es un slogan de un mercado de descuento duro y creo que lo clavaron porque los publicistas conocen el paño. Yo no soy tonto…, como un mantra que si se repite con paciencia da la talla del isleño que pide desde el amanecer que un caritativo le apunte la primitiva en un papelito. Poco más, pero gasta lo que puede en esos comercios que titula este modesto (…) ensayo.

Resumiendo: el pueblo es el que gasta en las PYMES y los que no sufren la crisis (nunca les afectó) apenas consumen, solos, un cortadito. Y son los que vagan despreciando a la democracia y sin perrito que les ladre siempre que mantengan la distancia con el can, porque el animal conoce y me refiero al vecino, no al perro. Solos, antes y ahora, quejándose de todo y de nada. Añorando los tiempos en que ellos eran – y son – los únicos que podían ostentar la vara, la tierra y el agua. Y la vida de sus convecinos. Lástima que la izquierda que ostentó gobierno no haya sabido (o podido) ponerlos en su sitio: en el pelotón de los torpes o de rodillas y de cara a la pared. Ahora, recobraron otras parcelas y ya veremos lo que son capaces de hacer (o deshacer) legitimados por el voto que nunca les gustó.

O sea que los que compramos en las PYMES somos los de siempre, cada vez menos, el resto se van a donde se van que es lo que por un lado defienden y por otro nada les importa el pequeño- o mediano – comercio. Los miserables que, ya se ha dicho, compran una zanahoria o un muslo de pollo congelado, o vino de cartón y caminan porque creen que no se van a morir nunca, o creen (…) que irán al cielo, después de pasar por el Purgatorio, regañados y con mala cara, y.- cara a cara – con sus compañeros que tienen su parcela purificadora, ¿qué tal?¿cómo tu por aquí?, pues…ya ves, purgando hasta que me llamen a capítulo.

No sé si debo continuar…   

Cheche Dorta