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Docusur. 14 de Noviembre de 2007
“El ‘sonidista’ puede aportar
soluciones creativas para
realizar las tomas más difíciles”
Álvaro Silva, responsable del taller de sonido
de Docusur, afirma que sus alumnos llegan
“muy preparados y con ganas de conocer
experiencias”

El taller ‘Sonidista de documentales’ que se desarrolla esta semana en el marco del festival internacional Docusur cuenta con 38 alumnos matriculados, llegados principalmente de las escuelas de imagen y sonido de Canarias. Al frente, Álvaro Silva, el técnico de sonido o ‘sonidista’, como a él le gusta denominar a su profesión, de origen chileno y con un amplio currículo en cine documental y de ficción.

A lo largo de toda la semana, entre las diez de la mañana y las dos de la tarde, este taller de sonido directo aplicado al cine documental busca animar a sus alumnos para que desarrollen esta profesión “o al menos para que tengan en cuenta la importancia que tiene el sonido a la hora de hacer una película”, dice Silva. Y se busca esta implicación a través de una breve sección teórica, una parte experimental con los equipos y cámaras, y sobre todo contando las múltiples experiencias que Álvaro Silva ha ido acumulando, a pesar de su juventud, en los años que lleva dedicado al mundo del cine.

“Los chicos llegan muy preparados, incluso han venido sus profesores interesados por esta iniciativa, y yo les aporto vivencias y resolución de problemas que me han sucedido en la práctica. Yo les cuento lo que los libros no cuentan”, explica. Álvaro Silva reconoce que su labor, entre las profesiones del cine, es poco conocida y que cuando se piensa en una película se piensa en imágenes más que en sonidos, de hecho él mismo llegó a ser ‘sonidista’ de forma accidental. “Es que en equipos pequeños uno tiene que hacer de todo y yo comencé en la experiencia como corresponsal de noticias, en un trabajo me tuve que encargar de la grabación y ahí me introduje en este mundo, luego vino la formación”.

Entre las cualidades de un técnico de sonido, Silva destaca la “empatía con el resto del equipo, y estar muy atento a todo lo que pasa”. De tal manera que para las tomas más difíciles, “más allá de lo técnico, el ‘sonidista’ puede aportar soluciones creativas” que permitan continuar con la filmación o la edición.

Silva, asegura que la experiencia del taller de Docusur es para él “una inyección energética” porque ve en la mirada de sus alumnos el interés por su trabajo. “Estoy seguro que de aquí saldrá gente que, aunque luego no se dediquen al sonido, sí lo tendrán en cuenta a la hora de hacer sus trabajos. Lo sé porque son muy receptivos y están descubriendo un mundo nuevo. Les pasa como a mí cuando era estudiante y escuchaba a mis profesores. Es algo que te despierta el apetito y te da ganas de ir más allá”.
Alejandro Silva.
Responsable del taller de sonido