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Adeje 21 de Julio de 2008
La empresa Aqualia diseña un plan para mejorar la eficiencia de la demanda
de agua
"Se trata de reducir la demanda, pero sin bajar la calidad del servicio".
Manuel Sánchez
Delegado de Aqualia
Manuel Sánchez, delegado en Tenerife Norte de la empresa de abastecimiento de agua potable Aqualia, presentó el viernes 18 en la Universidad de Verano de Adeje, el plan Proaqua, diseñado por la corporación a la que pertenece para mejorar la eficiencia en la demanda de agua. Esta ponencia formó parte del programa del curso "La gestión del agua en Tenerife: El valor de este recurso".

El técnico explicó que, al ser el agua un bien necesario y cada vez más escaso, era preciso replantearse su gestión para evitar, en primer lugar, su derroche. Por ello, la última tendencia en este campo está dirigida a modular el consumo de este recurso. "Se trata de reducir la demanda, pero sin bajar la calidad del servicio".

La gestión del agua es cada vez más demandada no sólo por los consumidores, sino por instancias públicas. El ponente, en este sentido, recordó que la Agenda Local XXI ha incidido mucho en este asunto. Citó como ejemplo que cinco de los diez compromisos de Aalborg, firmados en 2004, tenían que ver directa o indirectamente con este recurso: gestión municipal hacia la sostenibilidad, bienes naturales comunes, consumo y formas de vida responsables, acción local para la salud e igualdad y justicia social.

Esta necesidad implicará una reestructuración del negocio del agua que empresas como Aqualia deben afrontar, ya que en este nuevo contexto, el desafío es ofrecer un buen servicio, a un precio razonable para el consumidor, sostenible en el futuro y rentable para la empresa. "Son objetivos casi contradictorios, y las compañías tenemos que trabajar para lograrlos".

El plan Proaqua tiene cuatro tipos de objetivos: ambientales, destinados a contribuir a la sostenibilidad del planeta; calidad de servicio, intentando satisfacer nuevas demandas que puedan surgir y que no estaban previstas inicialmente; económicos, para minimizar los gastos globales del consumidor; y de comunicación y concienciación.

El plan es relativamente nuevo, pues data de 2007, y aún no ha comenzado a ponerse en práctica en Canarias. Para desarrollarlo, se articula en diferentes programas, cada uno de los cuales, a su vez, aporta varias medidas.

Así, hay un plan de infraestructuras, destinado a mejorar todo el aparato técnico implicado en el abastecimiento; de ahorro, dirigido a reducir el consumo de agua a través de medidas como la tarificación; de eficiencia, con el fin de mejorar las formas de uso que instituciones públicas y usuarios en general hacen del recurso; de sustitución, para fomentar el uso de agua depurada en lugar de potable para tareas como el riego; y de gestión.

En el apartado de tarificaciones, reflexionó que es previsible que en el futuro el precio del metro cúbico suba, pero si se logra disminuir la demanda de agua, ello no tendría que significar necesariamente una factura mayor, puesto que se aplicaría la factura a un número menor.

Expuso varios modelos de tarifa que podrían aplicarse, siempre con el objetivo de fomentar un uso razonable del agua. Una consistiría en eliminar o disminuir el pago de un consumo mínimo, ya que, si el usuario paga lo mismo por consumir una cantidad escasa que una mayor, no se fomentará el ahorro. También se habló de aplicar tarificación en bloques crecientes, es decir, pagar más a partir de determinado consumo; aplicar diferentes precios según la estación del año, dado que el consumo en verano aumenta; o bonificar y gravar el buen o mal uso del recurso.