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Canarias 21 de Octubre de 2013
La asociación Algarabía denuncia que aún se considere enfermas a las personas trans
El cambio de documentación y los derechos sanitarios en España pasan por un diagnóstico que las encasilla como enfermas mentales.
La asociación Algarabía (Colectivo de Lesbianas, Gay, Bisexuales, Trans e Intersexuales de Tenerife) y la FELGTB denuncian un año más la consideración de la transexualidad como enfermedad mental. El pasado sábado, Día de la Despatologización Trans, asociaciones de todo el mundo se unieron con el objetivo de que tanto la “disforia de género” como los “trastornos de la identidad de género” salgan de los catálogos diagnósticos (DSM de la American Psychiatric Association y CIE de la Organización Mundial de la Salud), así como por la lucha por los derechos sanitarios de las personas trans.
Por ello Algarabía quiere denunciar el estigma con el que tienen que vivir mujeres
y hombres transexuales, pero también niños, niñas y jóvenes trans a quienes no se quiere escuchar.
Este año, que la FELGTB dedica a una juventud sin armarios, se quiere dar voz también a la infancia y la juventud trans, a quienes se excluye del derecho al cambio de documentación, así como del acceso a los tratamientos sanitarios que puedan necesitar por su identidad de género.
Asimismo, la vulnerabilidad de las y los menores trans se agrava en cuanto se suprime la formación en diversidad sexual en las escuelas y no se implementan medidas contra el bullying por lesbofobia, homofobia, transfobia y bifobia.
Desde Algarabía “felicitamos a la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias por la incorporación en todos los centros de recomendaciones concretas para la atención al alumnado trans, aunque no compartimos lo desacertado del título del protocolo, en el que se sigue aludiendo a “la disforia de género”. También “aplaudimos la iniciativa de la citada Consejería de poner en marcha la futura acreditación en Igualdad de los centros educativos, en la que se incluye un módulo completo sobre el alumnado LGTB, y de la que se beneficiarán ciento cincuenta centros de Canarias”.
Además, tanto los derechos legales, como los sociales o sanitarios siguen ligados en España a un diagnóstico médico, pese a que el Congreso de los Diputados en 2010 aprobó un acuerdo apoyando la despatologización trans. Si la transexualidad no es una enfermedad, no puede diagnosticarse.
Natalia Trujillo, vicepresidenta de la asociación defiende que: “Nuestros menores transexuales no son enfermos mentales y requieren de la protección del Estado, como el resto de niños y niñas. Su libre desarrollo está garantizado por nuestra Constitución, y para ello es necesaria la intervención educativa y la lucha activa contra la transfobia”.
Carlos Savoie, activista de Algarabía, recuerda que “mientras algunas instituciones médicas señalan con el dedo a las personas transexuales, desde Algarabía queremos señalar el verdadero problema: es la transfobia la que mata, no sólo a sangre y fuego, también con exclusión y pobreza que, en ocasiones, llevan al suicidio. Debemos poner fin a la discriminación por identidad de género”.
