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Canarias 20 de Marzo de 2013
El Gobierno de Canarias trabaja en la tesis de no fusionar el ICCA y el ICIA
Juan Ramón Hernández afirmó ayer en el Parlamento que aunque no se produzca la unión, se buscará que ambos organismos optimicen sus recursos.

El consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias, Juan Ramón Hernández, anunció ayer en el Parlamento que el Ejecutivo regional valora la posibilidad de no unificar el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA) y el Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA).
En comparecencia y en respuesta a una pregunta parlamentaria,
el responsable del Área explicó que el Gobierno autonómico ha estudiado
en los últimos meses la redacción de un decreto para la creación de un nuevo
ente público denominado Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria e
Investigaciones Agrarias, que preveía organizar administrativamente la fusión de los dos institutos que dependen de dicho Departamento regional, partiendo de la premisa de mantener la actividad de cada uno de los dos entes de manera independiente y en las mismas condiciones de trabajo que se han desarrollado en los últimos años.

“A pesar de ello, tras analizar todos los pormenores de esta fusión,  trabajamos en estos momentos sobre la tesis de no fusionar ambas entidades, por lo que pretendemos que se mantenga, en cualquier caso, la estructura actual”, comentó Hernández.

“Sin embargo, parece lógico y razonable intentar que ambos organismos traten de optimizar sus recursos, utilizando los medios disponibles -edificios, instalaciones, laboratorios, etc.- de forma coordinada, pero manteniendo su autonomía organizativa y funcional”, agregó.

La fusión de ambos institutos en uno solo se justificaba en el cumplimiento de las directrices del propio Gobierno de Canarias de reducción de organismos públicos y de puestos de dirección al frente de los mismos. Sin embargo, según explicó el titular del Área, del análisis de los estatutos y reglamentos de ambos institutos se deriva “que resultaría dificultoso proceder a la fusión de los entes, la cuál podría provocar problemas en las funciones, las  estructuras, y en la gestión administrativa de ambos institutos”.

Por lo tanto, una unión de ambos organismos podría reportar más perjuicios que ventajas, en la medida de que en el proceso de integración prevalezcan los fines y objetivos de uno sobre el otro. Es más, pudiera darse el caso de que se lleguen a plantear conflictos de intereses, puesto que, por una parte, el ICIA colabora con muchas empresas o entidades (bodegas, consejos reguladores, asociaciones, etc.) que, por otra parte,  pudieran ser objeto de actuaciones de control, certificación, inspección o, incluso en el peor de los casos, estar sometidos a expedientes sancionadores por parte del ICCA; pudiendo darse el caso también que hubiese reclamaciones de particulares de difícil solución, debido a una posible contraposición de intereses en juego.

La agricultura sigue siendo una actividad fundamental en la economía de Canarias. Nadie puede ignorar su importancia estratégica y, por tanto, es necesario disponer de instrumentos que permitan su evolución y adaptación continua a los cambios socioeconómicos que se producen con los tiempos. Para ello es aconsejable disponer de instrumentos que aseguren nuevos conocimientos y prácticas (I+D+i) y asimismo otros que permitan controlar la calidad y trazabilidad de los alimentos.

Desde que, a finales de los años 60, se trasladaron las dependencias del organismo autónomo del Estado (INIA) a la Finca Isamar en Valle de Guerra (La Laguna), y, posteriormente, se estableciesen fincas experimentales en diversas partes de la isla de Tenerife (Guimar, Tejina,  y Guía de Isora) y de Gran Canaria (Finca la Estación en Vecindario), el ICIA tiene una estrecha relación con la agricultura insular. En Valle de Guerra se situaron la mayoría de laboratorios e instalaciones, así como la dirección del entonces Centro Regional de Investigación y Desarrollo Agrario de la División XI (CRIDA 11-INIA).

El ICIA es creado como organismo autónomo por la Ley 4/1995, de 27 de marzo, del Parlamento de Canarias, y responde a la necesidad de adaptar las peculiaridades de la I+D agraria a la nueva situación creada tras las transferencias en dicha materia desde el Estado a la Comunidad Autónoma de Canarias. Cabe señalar en este sentido que la investigación ha sido durante muchos años gestionada mediante organismos autónomos (en el caso del INIA, desde 1926). Esto responde a que la investigación, por su propia naturaleza, se aparta notablemente de las funciones “propias” de la Administración Pública.

Por ello, casi todas las comunidades autónomas disponen hoy en día de organismos autónomos “exclusivos” para la gestión de la I+D agraria. Además, se crean cuerpos propios de investigadores con sus propios sistemas de selección, promoción y evaluación, dadas las especiales características del trabajo a realizar, claramente diferenciados del resto del personal de la Administración, incluso de los cuerpos denominados facultativos, más próximos por su función especializada. Los proyectos de investigación, de desarrollo o de innovación son instrumentos que requieren agilidad y autonomía para cumplir sus fines.

A lo largo de su existencia, el antiguo CRIDA-11 y actual ICIA ha ejercido liderazgo científico-técnico en procesos clave de la agricultura canaria: invernaderos, riego localizado y fertirrigación, hidroponía, variedades de plátanos y frutas tropicales, valorización de las razas canarias de cabras y los quesos, introducción de nuevas especies ornamentales etc. Para ello ha establecido numerosos acuerdos y convenios de colaboración con entidades públicas y empresas privadas para desarrollar proyectos de I+D.

Además, ha cimentado su papel en una red de relaciones internacionales consolidadas con numerosos países de Iberoamérica, Caribe,  Mediterráneo, y, recientemente, África. Investigadores del ICIA han formado y forman parte de las direcciones de sociedades científicas de primer nivel mundial en su especialidad, lo que redunda sin duda en estar al día en los avances de las ciencias agrarias. Por lo tanto, posee un nombre y grado de conocimiento en su ámbito, tanto a nivel nacional como internacional, que conviene tener muy en cuenta. Por otro lado, el Jardín de Aclimatación de La Orotava, fundado en 1788 y perteneciente al ICIA, es una institución con más de 200 años de antigüedad con reconocimiento científico internacional y, asimismo, pieza clave para el turismo del Puerto de La Cruz, en particular, y de Tenerife, en general.

El ICCA  -creado por Ley1/2005, de 22 de abril, del Parlamento de Canarias-  se establece con la finalidad de encauzar la creciente demanda de regulación, control y promoción de la calidad de los productos agroalimentarios. Se trata de una actividad con una demanda creciente de intervención por el sector público para la adecuada defensa de los consumidores, que constituye una constante en la legislación europea de los últimos años.