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Adeje 22 de Julio de 2013
“Los profesionales comenten errores, los reconocen y los corrigen; mientras los otros practican un juego sucio que puede hacer mucho daño”

Juan Capafons Bonet, catedrático del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la Universidad de La Laguna asegurar haber acudido a los cursos y talleres de la Universidad de Verano de Adeje, que se cerró el pasado vienes con un curso, el de Sanadores, curanderos, santeros y adivinadores: algunas verdades y muchas mentiras, muy arriesgado por la temática: “Su planteamiento podía inducir a pensar que desde la Universidad estábamos promocionando todo lo esotérico, todo aquello que carece de fundamento”. Nada más lejos de la realidad.
Los profesores y ponentes del curso, y desde luego el alumnado, pusieron
las cosas en su justo lugar, “pues gracias a la reflexión y al profundo debate sobre dos aspectos fundamentales: por un lado, la estafa, el engaño al ser humano y, por otro lado, aquello que es imprescindible para toda persona: resolver las situaciones de ambigüedad, de incertidumbre, saber enfrentarse a los problemas, al dolor, etc.”.

Es decir, los alumnos y alumnas, junto a los profesores y ponentes, alejaron cualquier sombra de duda sobre la dirección que iba a seguir el curso y se centraron en lo realmente esencial: el ser humano y como afronta éste el dolor, la enfermedad, los problemas o, al menos, la forma en la que más adecuada de afrontarlos.

Según Capafons, en el curso ha quedado muy claro que la ciencia no es infalible. “El profesional comete errores. Lo que ocurre tanto con la ciencia como con el buen profesional es que tienen algo que estos otros sectores no quieren tener, no porque no puedan tenerlo, sino porque no quieren, que es la capacidad de falsear su trabajo, de detectar el error y de corregir. La ciencia es auto correctiva”, dijo.

En ese sentido, explicó que muchas voces les acusan de haberse equivocado gravemente a lo largo de la historia. “Ustedes afirmaban con rotundidad que la tierra era cuadrada. Sí, y nos equivocamos, pero, gracias a la Ciencia, lo corregimos siglos más tarde. Por cierto, se trataba  en muchos casos de opiniones científicas influenciadas en muchos casos por las creencias de la época”.

El catedrático del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la Universidad de La Laguna señaló que “el debate que surgió durante el curso sobre los errores que todos cometemos se realizó a lo largo de las cinco ponencias, desde la física, desde la psiquiatría, desde la psicología,…, pero insistiendo en que eso es una de nuestras grandes fortalezas: detectar aquello que no estamos haciendo bien.

Según Capafons, el problema surge “cuando sabemos que no lo estamos haciendo bien (cuando los sanadores, curanderos, santeros y adivinadores no lo están haciendo bien) y tratas (tratan) de convencer a los demás de que todo está impecable y que el problema, y todo lo que le rodea, lo tiene el usuario”. Así, las cadenas de radio y televisión están plagadas de programas donde estas personas (sanadores, curanderos, santeros y adivinadores) practican este tipo de juego sucio, un juego que puede hacer mucho daño”.

En ese sentido, recordó que “muchas personas, influenciadas por los sanadores, curanderos, santeros y adivinadores han llegado ha dejar un tratamiento de quimioterapia porque le dicen que ‘estas hierbitas son más eficaces. Y no hay que ser un inculto o una persona débil para caer en este equívoco. Es ocurrió nada más y nada menos con el presidente de Macintosh, Steve Jobs. El fundador de Apple murió porque retrasó meses la intervención quirúrgica que le habían recomendado  los médicos para curarle el cáncer y se entregó durante ese tiempo a inútiles terapias alternativas. Antes de morir pidió perdón”.

Según Capafons no somos las víctimas de esos falsos sanadores, curanderos, santeros y adivinadores porque nuestra condición (analfabetos, personas débiles,…) sino porque como ser humano nos aferramos a creer. Aprendamos a creer a través de los hechos, a través de los profesionales”.

Por último, Juan Capafons recordó que dentro de la Universidad española hay un movimiento que se autodefine como escépticos, en el buen sentido de la palabra, que consideran que los hechos y la demostración es lo que nos tiene guiar y no la apariencia, la falsedad, el engaño. “Es un grupo muy potente, que cuenta con una interesante página web, que ha escrito muchos libros, desmitificando las falsas ciencias o pseudociencias, aquellas a las que muchas personas se aferran por falta de información, por intuiciones erróneas, la superstición, el ‘a mí me funciona’ o por la propia condición humana a la que antes me refería”.