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Foto: Dux Garuti
Sur 25 de Octubre de 2012
En peligro el estado de bienestar
Para las personas que viven a diario la crisis, el panorama no va a cambiar pronto visto lo visto. Por eso, comienzan a temer que por los recortes en los presupuestos puedan quedarse sin las respectivas ayudas sociales.
A pesar de que el Sur de Tenerife subsiste económicamente gracias al turismo, los efectos de la crisis no dejan por fuera a esta zona de Canarias. Las cifras de paro, la pobreza que se incrementa, las ayudas sociales que cada vez son más demandadas, y los desahucios comienzan a cebarse con la comarca sureña.
Para las personas que viven estas situaciones, el panorama no va a cambiar pronto visto lo visto. Por eso, comienzan a temer que, por los recortes en los presupuestos, tanto del Gobierno Central, Autonómico o de sus municipios, puedan quedarse sin las respectivas ayudas sociales, bien sea de alimentos, medicinas, o ayudas de emergencia para el pago de los servicios básicos.
De momento, un tercio de la población vive, en Tenerife, por debajo del umbral de pobreza. Problemas como la malnutrición infantil, la bajada espectacular de la calidad en la enseñanza y la sanidad pública, la eliminación y recortes de numerosas ayudas se van incrementando, por lo que corre grave peligro el estado de bienestar.
Por otro lado, la situación laboral ha llegado a límites insostenibles con 370.000 canarios y canarias sin empleo según la EPA, la mitad de la juventud en la cola del paro, incremento de los expedientes de regulación de empleo (ERE) y despidos con la última Reforma Laboral, empeoramiento de las condiciones laborales para todas las personas que trabajan, aumento del miedo a perder el empleo, el expolio continuado de las nóminas del personal de las administraciones públicas, hacen que el ánimo de los ciudadanos vaya decayendo, pero con la esperanza de que las protestas y las huelgas consigan recuperar ciertos derechos fundamentales que todo ciudadano tiene.
Sin embargo, quedan siempre las ONG´s, como Cruz Roja o Cáritas Diocesanas, que con su gran labor logran mantener a familias y personas en riesgo de exclusión social. En estas organizaciones destacan los recursos destinados a programas estratégicos en la respuesta a los efectos sociales de la crisis, como empleo, acogida o vivienda. Los recursos invertidos en el apartado de Empleo e Inserción laboral ascendieron, en el caso de Cáritas, a 27,13 millones de euros, mientras que al capítulo de Acogida y Atención primaria se destinaron 42,5 millones de euros y a Vivienda 2,6 millones de euros.
Además, el acompañamiento ofrecido por Cáritas a las personas en situación más precaria fue especialmente intenso, entre otros, en programas como los de Mayores (35,3 millones de euros), Personas Sin Hogar (21,5 millones), Infancia (12,1 millones), Familia (10,5 millones) e Inmigrantes (7,2 millones). Este compromiso de Cáritas con las víctimas de la pobreza no conoce fronteras.
A pesar del aumento global de recursos invertidos, esta organización no gubernamental ha logrado mantener un porcentaje de gastos de Administración aún menor que el del año anterior. De cada euro invertido en programas de lucha contra la pobreza, sólo se destinan 6,3 céntimos al capítulo de Administración y Servicios.
