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Tenerife 14 de Marzo de 2012
Llega a Tenerife la Cadena de Favores
Con esta iniciativa nace una forma innovadora e ilusionante de ayudar
a quien necesita un pequeño empujón para salir adelante, donde la empatía y el contacto directo priman sobre cualquier otro elemento.

En la tierra de la gente sin casa y de las casas sin gente, cuando el 31 % de los canarios en edad de trabajar no lo hacen, con más de 600.000 personas viviendo ya en las Islas bajo el umbral de la pobreza, cuando apenas quedas subsidios estatales y los que hay se acabarán en breve, con la Ley de la Prestación Canaria de Inserción convertida en papel mojado, con los Ayuntamientos y Cabildos saturados de peticiones de ayuda social a las que no pueden o no quieren responder…   es de esperar que los ciudadanos busquen alternativas con las que seguir adelante, y esta Cadena de Favores es una de esas imaginativas opciones.
Historia de la Cadena de Favores.
A principios de febrero pasado, un activista social tinerfeño hizo varias llamadas buscando ayuda para una mujer joven con indicios de padecer un cáncer que no tenía medios ni para poder pagar el transporte público al hospital y confirmar así el diagnóstico.

Una de esas llamadas llegó a una voluntaria de la Asociación Española contra el Cáncer, que acababa de superar la enfermedad y que entendió que esa persona necesitaba no sólo orientación, sino alimentos, bonos de transporte y calor humano. Ella hizo lo que estaba en su mano, y allí adonde no pudo llegar, buscó quien lo hiciera.

Y entre las dos se estableció un vínculo muy especial. Y, pensando que esa forma de apoyo podría extenderse a otras personas, la voluntaria decidió publicarlo en su blog: http://avataresdeunamazona.blogspot.com/2012_02_01_archive.html.
Esa publicación llamaba a la acción, y fue el detonante para crear un grupo en Facebook (cadenadefavoresentenerife@groups.facebook.com) que ha ido creciendo a lo largo de estas primeras dos semanas de creación hasta alcanzar los 400 miembros.

Su objetivo es identificar  personas y familias que están en riesgo de exclusión social en la Isla, como resultado del repunte de la crisis en los últimos meses, y favorecer la ayuda personalizada, en una cadena de favores que trabaja en red.

De ese modo, en el muro del grupo se van publicando casos (una madre sola y sin medios con un hijo de tres años enfermo de un riñón, un padre incapacitado para trabajar con dos hijos y sin ingresos, otra madre con su hijo con una parálisis del 86% que necesita ayuda para comer hasta que le llegue alguna de las ayudas sociales tramitadas…). Y en cada uno de ellos, en el grupo han ido apareciendo madrinas y padrinos que han contribuido con pequeñas aportaciones económicas o en especie (una nevera o un microondas allí donde eran imprescindibles, una bolsa de naranjas, alimentos básicos o ropa infantil), o visitando a quienes necesitaban compañía.

En este pequeño grupo de trabajo creemos que la experiencia funciona, aunque cueste mover el engranaje de la solidaridad. Pese a que en estos tiempos económicamente difíciles nadie está en condiciones de hacer grandes esfuerzos, la suma de pequeñas aportaciones puede significar mucho.

Y esta labor se hace gracias también a la colaboración y el apoyo que está prestando a la Cadena de Favores la ONG La Despensa, asociación sin ánimo de lucro considerada de utilidad pública que, sin contar con sustento económico institucional alguno, y tras haber perdido recientemente a sus dos fundadores sigue repartiendo comida, también entre las familias que traemos a la Cadena de Favores.

Con esta iniciativa nace pues una forma innovadora e ilusionante de ayudar a quien necesita un pequeño empujón para salir adelante, donde la empatía y el contacto directo priman sobre cualquier otro elemento. Sin pretender asumir ni derivar en absoluto la responsabilidad de los servicios sociales de las Administraciones, pero sí con la intención de poner un grano de arena en estos momentos difíciles, con una ayuda persona a persona, y en un intento de compartir y devolver la dignidad a quienes empieza a faltar hasta lo más básico.