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Adeje 5 de Junio de 2012
La cardiopatía isquémica y el ictus se cobran la vida de más de 2.000 canarios al año
Una rápida actuación es vital para salvar la vida de una persona que sufra un infarto.
El XXV Congreso de la Sociedad Canaria de Cardiología cuenta con la participación de cardiólogos de relevancia procedentes de todos los puntos de España. Con ello, los especialistas tratan de aunar esfuerzos para luchar contra las enfermedades cardiovasculares, que tan alta incidencia tienen en las Islas.
La intervención del doctor José A. Barrabés Riu, del Hospital General Universitari Vall d'Hebron de Barcelona, ha estado centrada precisamente en eso, en hablar de las diferencias en los modelos de asistencia al síndrome coronario agudo en las distintas Comunidades Autónomas españolas y su repercusión sobre el pronóstico de los pacientes. Este estudio es vital, dado que en Canarias mueren al año 1.300 personas por cardiopatía isquémica.
El doctor Barrabés explicó que “las patologías cardiovasculares, fundamentalmente la coronaria y cerebrovascular, son la primera causa de muerte en los países desarrollados, estando el cáncer a poca distancia”. Respecto a las tipos de patología relaciona con este campo, “la enfermedad coronaria es más prevalente y causa más muertes en varones jóvenes y de mediana edad. En mujeres y en edades avanzadas la enfermedad cerebrovascular predomina por encima de otras”, indica el especialista.
La enfermedad coronaria se debe a la degeneración, a lo largo de los años, de la pared interna de las arterias coronarias, favorecida por la presencia de diferentes factores de riesgo. “Esto puede provocar, por un lado, un estrechamiento de la luz de los vasos que causa dificultades para la irrigación del miocardio y síntomas de angina de pecho. Por otro lado, las lesiones de la pared pueden sufrir fisuras con trombosis secundaria que causa la obstrucción súbita de la arteria y, como consecuencia, la muerte del miocardio subyacente, esto es, el infarto agudo de miocardio”.
600 muertes en las Islas por enfermedad cerebrovascular
Los datos sobre las patologías cardiovasculares en nuestro país son ciertamente preocupantes, dado que “la incidencia estimada, a partir de estudios que datan de hace ya varios años es, de unos 200 casos de infarto por 100.000 habitantes y año en varones. Esta cifra se reduce un poco en mujeres. En cuanto a la mortalidad, en 2010 se registraron en España unas 35.000 muertes por cardiopatía isquémica, de las cuáles, 1.300 tuvieron lugar en Canarias”, explica el doctor Barrabés. En estos datos no constan los fallecimientos atribuidos a insuficiencias cardíacas, por lo que la cifra podría ser aún mayor. “En España, según estos mismos estudios, unas 30.000 muertes fueron ocasionadas por enfermedad cerebrovascular, de las que 600 se produjeron en Canarias”.
Como casi todas las patologías, una de las mejores vías para evitarlas es la prevención. “La arteriosclerosis, y la cardiopatía isquémica en particular, están muy influenciadas por los hábitos de vida. La mejor prevención es no fumar, evitar el sobrepeso, seguir una dieta saludable y hacer ejercicio regularmente. A partir de ciertas edades es conveniente controlarse periódicamente la presión arterial, el colesterol y la glucemia y poner tratamiento farmacológico para controlar estos factores de riesgo en los casos indicados”, sentencia el cardiólogo.
Actuación ante un infarto
Evidentemente, una vez sufrido un accidente cardiovascular, el tratamiento debe ser rápido y sin demora. El doctor hace hincapié en recordar que “en el infarto agudo de miocardio es fundamental entrar inmediatamente en contacto con el sistema sanitario. Lo más rápido y eficaz ante síntomas de alarma es llamar al 112 o equivalente, con el fin de establecer el diagnóstico y tratar inmediatamente las complicaciones arrítmicas si se producen. Lo que se debe hacer es reabrir lo más rápidamente la arteria ocluida para limitar el tamaño del infarto. Esto se puede conseguir derivando rápidamente al paciente a un centro donde puedan hacer un procedimiento de angioplastia urgente o administrando rápidamente fármacos que disuelven los trombos”.
La investigación actual se centra en detener, o al menos demorar, la progresión de la enfermedad coronaria y hacer las lesiones más resistentes a la fisura. Asimismo, “el desarrollo de tratamientos contra la trombosis están experimentando un avance asombroso. También nos estamos centrando en poder aumentar la tolerancia del miocardio a la isquemia y así reducir el tamaño del infarto”, concluye.
