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Fasnia 21 de Abril de 2012
El proyecto
“Rehabilitación
del Caserío
del Camino Real
de Fasnia”, ganador
del II Premio de Paisaje Isla de Tenerife
El Caserío del Camino Real fue construido durante el siglo XVII
por la familia Delgado Mexias.
El Cabildo de Tenerife, a través del Área de Carreteras y Paisaje, ayer
el II Premio de paisaje “Isla de Tenerife” (2011) que, en esta edición, ha recaído en el proyecto “Rehabilitación del Caserío del Camino Real de Fasnia”, de José Sánchez García. El objetivo de este premio es contribuir a la sensibilización en materia de paisaje y recompensar e incentivar las actuaciones destinadas a la conservación y/o mejora del paisaje de Tenerife realizadas o propuestas por diferentes agentes sociales de la Isla.
En esta edición se convocaron dos categorías de participación; una de ellas estaba destinada a profesionales que se dediquen a la actividad de redacción de proyectos de obras civiles (arquitectos o ingenieros, de grado medio o superior) y que presentasen proyectos que pudieran contribuir a la mejora del paisaje del ámbito territorial donde se desarrollasen; la otra categoría estaba destinada a pequeñas o medianas empresas que hubiesen realizado obras en sus propias instalaciones que se caractericen por la búsqueda de integración paisajística en la zona en la que se ubicaban.
Tras la deliberación del jurado, compuesto por expertos en ambas modalidades y representantes del Área de Carreteras y Paisaje del Cabildo, se decidió distinguir con el Premio de Paisaje Isla de Tenerife en la modalidad destinada a profesionales proyectistas a la candidatura de José Sánchez García, por el proyecto básico “Rehabilitación del Caserío del Camino Real de Fasnia”. Esta modalidad está dotada con un premio único de 3.500€.
El proyecto consiste en la rehabilitación de un caserío tradicional en el municipio de Fasnia, para destinarlo a instalaciones de turismo rural, que se llevó a cabo respetando el estilo arquitectónico original del edificio y logrando una considerable integración paisajística en el entorno. Además, el proyecto incluía mejoras en materia de sostenibilidad, tales como uso de energías renovables, reutilización de agua para el riego, uso de materiales de la zona o desarrollo de cultivos ecológicos. Por otra parte, su uso como equipamiento de turismo rural supone un impulso económico potencial para esa zona de la isla.
El Caserío del Camino Real fue construido durante el siglo XVII por la familia Delgado Mexias. Inicialmente lo formaban una Casa Principal de dos alturas y otra auxiliar, que se denominó la Lima de la Vera, junto con una bodega. A estas construcciones se le fueron anexando módulos secundarios con las características constructivas propias de este tipo de construcciones vernáculas como almacenes, establos, corrales, etc.
Todas las construcciones presentan las características históricas, artísticas y etnográficas propias de la arquitectura rural del sur de la isla y fueron ejecutadas con piedras de toba labrada y madera de calidad. Al caserío le daban servicio más de una hectárea de huertos y diversas explotaciones ganaderas. Más adelante se construiría un embalse con capacidad para más de 3.000 m2 y de menor capacidad, una importante red de atarjeas para la distribución de ese agua y un secadero de tabaco.
Para la concesión de este premio se han tenido en cuenta, entre otros criterios de valoración, la calidad de la integración paisajística conseguida, el potencial ejemplarizante de la actuación, sobre todo a efectos de recuperación de la zona Sur, la mejora objetiva de la situación anterior y la sostenibilidad de las soluciones adoptadas. La otra categoría, destinada a obras en instalaciones de empresas, se declaró desierta.
Al visibilizar actuaciones como esta, que favorecen la calidad del paisaje tinerfeño, el promover la sensibilización de todos los sectores de la sociedad respecto a la importancia de este patrimonio y la necesaria implicación común en su conservación y mejora: desde los profesionales que intervienen en su diseño, como es el caso del premiado de esta edición, hasta la propia ciudadanía, pasando por los responsables y técnicos de todas las administraciones públicas, las empresas privadas y todo aquel que contribuye a transformar en menor o mayor medida el paisaje de nuestra isla.
La experiencia acumulada de estas dos ediciones, así como las enriquecedoras aportaciones de los profesionales que han constituido el jurado para cada una de ellas, nos permitirán perfeccionar las bases de futuras convocatorias para mejorar en la capacidad de este evento de convocar, identificar y recompensar las mejores iniciativas para contribuir a la protección y mejora de nuestro paisaje. Esperamos así que este premio se vaya consolidando como un referente para la sociedad tinerfeña en cuanto al reconocimiento del interés y esfuerzo por el paisaje de nuestra Isla.
