Manifiesto

Cada vez está más claro. Cualquier esperanza de futuro depende estrictamente de lo que hagamos desde la ciudadanía. Todos los gobiernos – del signo que sean – están haciendo y pretenden hacer lo que es evidente.

Durante décadas han negado la necesidad de un pueblo, durante décadas se han burlado del sufrimiento de miles de personas, durante décadas han engordado los beneficios del empresariado sanitario. Ahora con  el pretexto de la crisis están perpetrando un atraco a mano armada contra los  servicios públicos realizando un trasvase hacia los monopolios empresariales y la banca.

Es hora de que nos demos cuenta de que la gran destrucción de empresas, de puestos de trabajo y de servicios públicos, no es la consecuencia de la crisis, sino el objetivo de sus políticas. Su finalidad es la eliminación masiva de empresas no competitivas, de derechos laborales y sociales para proceder a una concentración de capital sin precedentes. El gigantesco ejército de reserva de trabajadores desesperados y sin organización será quien garantice el escenario necesario para su recuperación: salarios de miseria, sin derechos laborales y sin servicios públicos que merezcan tal nombre.

Su fuerza es nuestra debilidad.
Para ello han contado con las grandes burocracias organizaciones sobornadas, que han aceptado la lógica de la competitividad, es decir, que ganen mucho para que nos caigan algunas migajas, como objetivo supremo del funcionamiento social. Han mantenido un silencio cómplice mientras se privatizaba todo lo público e, incluso han pactado la miseria para justificar el mal menor.

Los grandes medios de comunicación otorgan generosamente a esas organizaciones el papel de referente social de la contestación, con el objetivo evidente de que todo permanezca bien atado.

Este escenario de control social del malestar y la indignación popular se está agotando. La últimas movilizaciones están mostrado que pese al descrédito de estas organizaciones y a la enorme losa de la precariedad, cada vez más sectores del movimiento obrero real, parados, excluidos, etc. entienden que la lucha es el único camino coherente. El movimiento popular, y nuevas redes sociales, como la reciente creación de este foro cívico, muestran inequívocamente la necesidad de articular, organizar y potenciar la movilización social.

La progresiva degradación de la sanidad pública, junto a la entrada masiva del capital en la gestión privada de antiguos y nuevos hospitales, de la atención primaria y de la atención socio-sanitaria, arroja un saldo cotidiano de ínfima calidad en la atención sanitaria y de muertes perfectamente evitables, que son sistemáticamente ocultadas.

Los recortes en servicios y personal se traducen en una precariedad creciente de los servicios públicos que son a la vez el resultado y el complemento necesario de los miles de millones que van a parar a conciertos, servicios subcontratados y financiación pública de la gestión privada. La eliminación de los servicios preventivos, la mala calidad de la atención – entre la que destaca el deterioro creciente de los servicios de salud mental cuando la tasa de suicidio es ya la primera causa de muerte a determinadas edades – junto al paro masivo y la precariedad, constituyen causas directas de aumento de la enfermedad y la muerte.

El anuncio del recorte adicional de 10.000 millones de euros – 7.000 en sanidad y 3.000 en educación – expresa bien a las claras sus intenciones. Una nueva e importante reforma en sanidad que con toda seguridad recortarán las prestaciones básicas y comunes del Sistema Público de sanidad, introduciendo el sistema de re pago, desgravación fiscal – como ya existe en educación- de quienes tengan pólizas con seguros privados, indican sin lugar a dudas que han sacado la apisonadora y van a por todas.

Es preciso desmontar con firmeza las mentiras con que intentarán camuflarlo. La insostenibilidad del gasto público o lo injusto que es que “pague lo mismo Botín que un parado”. ¡QUÉ NO NOS ENGAÑEN!

El agravamiento en el Sur de Tenerife
Esta parte de la isla soporta como nadie la desidia política, al tener la atención hospitalaria secuestrada por el capital privado, donde un enfermo es una mercancía valorada según su rentabilidad económica, donde el sufrimiento de las personas es el valor que cotiza al alza, de ahí las intenciones de paralizar cualquier objetivo de invertir en lo público, demonizando a este sector son mentiras y patrañas, consiguiendo dar cumplida obediencia a las entidades, que sin someterse a sufragio alguno, ordenan y mandan los destinos de la población, como la banca, Fondo Monetario Internacional, etcétera.

No es aceptable lo proyectado para el Sur Suroeste de Tenerife, el hacerlo sería aceptar como bueno, el insulto a la inteligencia de las personas que residimos en esta parte de la isla y, del conjunto de la misma. Lo proyectado no cumple técnicamente con la denominación de un Hospital. Lo proyectado no cumple con el objetivo de atender a la demanda y necesidad ciudadana. Lo proyectado es un insulto a la población, máxime cuando han colocado señales viarias que indican ¡HOSPITAL DEL SUR!

No podemos ser cómplices con nuestro silencio y acatamiento, que se sigua ninguneando a la población, aceptando que no existen recursos para la ejecución de un hospital público, para mejorar la sanidad pública, para fomentar, potenciar e impulsar conductas sociales de hábitos saludables.

Frente a todo este expolio y este crimen cotidiano que miles de personas sufren en silencio, nosotros decimos ¡BASTA YA! y pedimos:

Que se proceda a la elaboración de un proyecto de un hospital público de segundo nivel en la zona Sur Suroeste de Tenerife.

Que se derogue la Ley 4/2000 y se legisle de forma que quede garantizado la gestión y titularidad pública de la sanidad.

Que se priorice la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud.

Que los Ayuntamientos del Sur de Tenerife, de forma conjunta y unitaria, propongan acciones para desarrollar, fomentar y promover la titularidad y gestión pública de los servicios sanitarios de esta parte de la isla y, concretamente el Hospital Público del sur.

Los Cristianos a, 21 de abril de 2012