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Arona 15 de Noviembre de 2011
Hospitales públicos. Culpa de los del “no a todo”
Fue en julio de 2004 cuando varias personas, cansadas de la política de desarrollismo, decidimos reunirnos en La Laguna para determinar que esto no podríamos dejarlo en manos de los trileros gobernantes.
Así nació Asamblea por Tenerife, un movimiento social que les ha plantado cara a estos miembros de los consejos de administración de multinacionales, que ostentan el poder a costa de engañar a la ciudadanía cada cuatro años, con sus palabras floridas vacías de contenido.

Estos trillizos (C.C., P.P. y PSOE), han recibido desde las movilizaciones el grito “No nos representan”, y es cierto. Estos representan los intereses del capital, pues por los hechos les conocemos, no representan al pueblo, porque la situación es la que es, por el nulo interés que tienen en que la población pueda vivir con un mínimo de dignidad. Y de ahí que cuando se les hace frente, utilizan el insulto, el desprecio, la arrogancia…, como denominar a los que salimos a la calle como los del “no a todo”, con la insolencia que caracteriza al señor feudal en imponer el pensamiento único, pero el tiempo es el único juez que dicta sentencias con sentido común y, en esa estamos.

Ahora ese juez inapelable, esta poniendo a cada uno en su sitio. Los del “no a todo”, son los que acuñaron esta frase: No respetan la biodiversidad en los espacios protegidos, no tienen interés en respetar el dinero público, no quieren que las futuras generaciones tengan educación y formación, no les importa que los dependientes obtengan el apoyo que precisan, fomentan la incultura y el borregismo para agarrarse al sillón, no aportando la financiación pertinente a la cultura y, para que este pastel incomible no se quede sin la guinda, ahora dicen que no existe presupuesto para los hospitales públicos del norte ni del sur.

Han pasado doce años desde que se debatió la Iniciativa Legislativa Popular en defensa de un hospital público para el sur suroeste de Tenerife, de la cual salió aprobado la construcción de los centros sociosanitarios del norte y sur de la isla, sin que hayan tenido la decencia de incluir partida presupuestaria alguna, durante estos años, para la construcción de estos centros, ante la nula voluntad política que tienen en hacerlos, porque ven peligrar los ingresos de sus representados: los empresarios sanitarios.

Ahora es el momento y, ya va siendo hora, de ir señalando a los responsables y culpables de esta situación: Culpables que no son otros que estos endemoniados trileros gobernantes, que son los auténticos “no a todo” y, los responsables, aquellos que aún a sabiendas de que no tienen interés ni voluntad de hacer nada por la población, son capaces de darles su confianza en forma de voto, aunque el afirmar esto sea políticamente incorrecto, ya que culpar al pueblo por su voto no esta bien visto, pero quien vota a estos trillizos, no debe tener capacidad moral alguna para quejarse de las carencia en la que nos meten año, tras año. En este apartado de culpables caben también los medios de comunicación, más preocupados de no perder los contratos publicitarios de las instituciones, que en denunciar las tropelías a la que nos someten, amén de todas las personas que se quedan viendo la tele-basura cuando se convocan movilizaciones en pos de la mejora social, comprobando como se cabrean en los foros de Internet, desde la comodidad y, en algunos casos desde el anonimato, que ofrece el teclado del ordenador.

Los del “no a todo” han estado siempre en el poder, despreciando a la democracia y al pueblo. Desprecian a la democracia al concurrir a unas elecciones con un programa donde todos han incluido la construcción de los hospitales públicos del sur y del norte, siendo concientes de que ignoraran sus promesas, por lo que no son representativos de la ciudadanía al fallarles tan humillantemente. Desprecian al pueblo, al engañarles con palabras vacías de argumentos, palabras que no dicen nada, con la única finalidad de conseguir el tan ansiado y, bien remunerado puestito en las administraciones.

Es obvio que prima la libertad del individuo en votar a quien cree que mejor le defiende y representa, según sus pensamientos e ideología, pero el votar es un acto de responsabilidad, es un acto que conlleva el saber que las acciones que se emprenden los administradores, es porque algunas personas le han puesto la papeleta con su nombre dentro de un sobre, por ello cada uno es responsable de las acciones que hagan quien es depositario de esa papeleta. De ahí que una vez consumado el hecho de constitución de gobiernos, es inmoral que exista el cabreo y el malestar de quien, a sabiendas de que le han mentido, vuelve a darle esa confianza en forma de voto.

Los hospitales públicos del norte y sur de la isla no serán una realidad en esta legislatura y, si no cambiemos el pensamiento y actitud de la sociedad, tampoco lo serán en la próxima, ya que de mantener a estos trileros en el poder, es decir no a los hospitales.

Toño Linares