Para que pueda ser publicado su comentario, por favor escriba un nombre de autor
Los siguientes comentarios son opiniones de los internautas, no de eldigitalsur.
No está permitido verter comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
eldigitalsur se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere fuera de tema.
No está permitido realizar publicidad a través de los comentarios
Los comentarios enviados no se publican siempre al instante, depende de la hora pueden tardar en publicarse.
Tenerife 18 de Mayo de 2011
La isla de Tenerife cuenta en su catálogo con dos nuevos Bienes de Interés Cultural
La Iglesia de San Antonio de Padua, en el municipio de El Tanque y el Camino del Socorro de Guímar.
El Gobierno aprobó los decretos por los que el Camino del Socorro (Guímar), y la iglesia de San Antonio de Padua y los Bienes Muebles vinculados (El Tanque), ambos situados en la isla de Tenerife, forman parte del catálogo de protección del Patrimonio Histórico de las Islas, con su declaración BIC. El Camino del Socorro discurre a lo largo de casi cinco kilómetros, con un alto valor histórico y etnográfico, partiendo del casco urbano de Guimar para finalizar en el caserío de El Socorro, en la costa. Por otra parte, la primitiva ermita de San Antonio de Padua, fundada hacia 1540, constituye el nodo fundacional de El Tanque Bajo, reducida a cenizas por la erupción de 1706, pero reconstruida en el mismo emplazamiento, a lo largo del siglo XVIII.

Camino de El Socorro. Sitio Histórico
El primer tramo tiene en la actualidad un marcado carácter urbano, al transcurrir por el núcleo de San Pedro de Abajo, si bien la vía se enmarca por numerosas viviendas con hermosas fachadas y casonas vinculadas a las más pudientes familias que históricamente fijaron su residencia en Guímar. En la zona del barrio de Los Majuelos y El Calvario las construcciones tienen un carácter más popular y reciente, destacando la capilla de la Santa Cruz. A partir de La Asomada, el Camino se adentra en un paisaje agrario, en los que los cultivos tradicionales están siendo sustituidos por cultivos tropicales de exportación. Alcanzada la Autopista TF- 1, sorteada mediante un puente de reciente construcción, el Camino adopta una configuración diferente al contar con un firme de tierra cuyo trazado bordea la base del cono volcánico de Montaña. Grande. La margen derecha del Camino muestra un paisaje menos alterado, con huellas de antiguos cultivos hoy abandonados, mientras que hacia la margen izquierda se aprecia el progresivo avance de las infraestructuras asociadas al Polígono Industrial de Güímar, que constituye el principal factor de amenaza del bien objeto de protección. Finaliza en el caserío de El Socorro, ante la ermita del mismo nombre.

La delimitación de protección propuesta está configurada por una banda de terreno a ambos lados, generada por sendas líneas paralelas situadas a 25 m a ambos lados del eje del camino existente, en todo su recorrido entre la C/ Calvario y el caserío de El Socorro. La delimitación del ámbito de protección propuesto se justifica por la necesidad de preservar un camino o ruta de importante valor histórico, etnográfico y religioso. El Camino del Socorro ha acogido durante siglos la tradicional romería o Bajada de la Virgen de El Socorro, desde la Iglesia de San Pedro en el casco histórico de Güímar hasta el caserío de El Socorro, en la playa del mismo nombre.

Dichos límites acogen un Camino por el que, desde al menos finales del siglo XVI, transcurría la Bajada de la Virgen hasta la Ermita de El Socorro, vinculada a la aparición milagrosa de la Virgen de Candelaria en las citadas playas. Los orígenes de esta festividad pudieran remontarse a la etapa prehispánica, al constituir el litoral una zona frecuentada por los pastores aborígenes para el aprovechamiento de los pastos invernales y los recursos marinos. En esta tradición se solapa la aparición de la Virgen de Candelaria, por un lado, y el verdadero carácter de la Bajada, vinculado a una antigua ceremonia de acción de gracias y de solicitud de primicias a la Virgen de El Socorro.

Iglesia de San Antonio de Padua. Monumento
La primitiva ermita de San Antonio de Padua, fundada hacia 1540, constituye el nodo fundacional de El Tanque Bajo, reducida a cenizas por la erupción de 1706 y reeditada muy lentamente por la pobreza del lugar a lo largo del XVIII. Se erige en parroquia en 1642 por decreto del obispo F. Sánchez de Villanueva y Vega.

El edificio de planta rectangular y capilla mayor de planta cuadrada y mayor altura que el buque de la nave. Adosada a su fachada sur, la capilla del Rosario fue fundada por Ana Bethencourt hacia 1772, añadiendo en fechas muy posteriores la sacristía y la Casa Rectoral. La torre es reciente (1955), sustituyendo a la originaria. Adosada a la Iglesia, la Casa Rectoral de finales del XIX y principios del XX muestra una cubierta de teja plana.

En el entorno inmediato del templo se localizan diferentes edificaciones ¿algunas de bastante antigüedad-, entre las que destacan el antiguo Ayuntamiento, inmueble originario del siglo XVII, aunque modificado posteriormente, está integrado por tres cuerpos en torno a un patio central. Se destinó a Ayuntamiento, así como a escuela de música; la Casa de los Martelos del siglo XVII, escapó de las destrucciones provocadas por el volcán, mostrando una fachada de composición horizontal con un pequeño cuerpo elevado central, ocupado enteramente por un balcón de tablazón sobre vigas; y La Alhóndiga, inmueble aislado de planta rectangular en un emplazamiento que domina la iglesia.

La delimitación se justifica por su objetivo de englobar la iglesia, así como la totalidad de los inmuebles aledaños, que configuran un espacio de gran valor patrimonial correspondiente al área fundacional del núcleo de El Tanque, en gran parte destruido como consecuencia de la erupción volcánica de 1706. Se incluyen, asimismo, espacios libres ruralizados que contribuyen a reforzar el carácter rural que ha poseído tradicionalmente este conjunto. La presencia de algunas edificaciones carentes de interés, próximas a la iglesia, pretende prevenir los impactos de futuras obras y usos que se desarrollen en el ámbito, supervisando las tipologías edificatorias que puedan surgir en las parcelas libres.