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Tenerife 14 de Abril de 2011
El Archivo Histórico de Santa Cruz
de Tenerife muestra sus tesoros documentales relacionados
con la música
Bajo el título ‘La música callada’ se reúnen partituras históricas que ofrecen en su conjunto una visión de la historia de la música en Tenerife

El Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife, en la línea de difundir los documentos que custodia, organiza la exposición ‘La música callada. Un encuentro con nuestro legado musical escrito’, comisariada por la musicóloga y catedrática de Historia de la Música de la Universidad de La Laguna, Rosario Álvarez. En ella se pone en valor los fondos que conserva el Archivo, partituras históricas, en su mayoría procedentes de colecciones privadas, depositadas o donadas por los descendientes de músicos. La exposición se podrá visitar hasta el próximo 27 de mayo, en este centro provincial dependiente del Gobierno de Canarias.
La iniciativa se inscribe dentro de las líneas específicas de la Dirección General de Cooperación y Patrimonio Cultural, que buscan difundir entre nuestra ciudadanía el conocimiento del patrimonio documental común.

Esta exposición da a conocer, de una manera didáctica, la documentación musical custodiada en el Centro y, en particular, la integrada en varios fondos privados depositados por sus titulare: Zárate Cólogan, Emma Martínez de la Torre, Rafael Hardisson Pizarroso, Cirilo Olivera Olivera, Francisco Delgado Herrera, Rafael Marre­ro Padilla,  Claudio Ammirato,  con cuya generosidad hacen posible que esa documentación esté a disposición de los investigadores y estudiosos en general.

El legado más importante de partituras antiguas, no canarias, es el perteneciente al Archivo Zárate Cólogan que constituye el núcleo de esta exposición por su singularidad e importancia. A él le ha precedido en su incorporación al Centro el de la compositora Emma Martínez de la Torre, constituido tan sólo por las obras de esta autora. Luego, se han ido suman­do el del musicólogo e historiador Rafael Hardisson Pizarroso, con parte de su biblioteca musical, el pequeño de Cirilo Olivera Olivera, los de Claudio Ammirato y Francisco Delgado Herrera, traspasados desde el Instituto de Estudios Canarios, así como el enjundioso archivo del músico Rafael Marre­ro Padilla.

Unos han sido donados por los familiares y descendientes de los músicos (caso del de Martínez de la Torre, Hardisson, Olivera, Ammirato o Delgado), mientras que el de Marrero fue depositado por el músico Felipe Neri Gil, director de la Banda Municipal de Santa Cruz, a cuyas manos fue a parar por una casual circunstancia.

Según Rosario Álvarez, “todos los donantes han dado ejemplo de generosidad, civismo e inteligencia, al comprender que es tan sólo en este tipo de Centros cómo se puede preservar el patrimonio musical gene­rado en nuestra isla o el también adquirido por nuestros músicos con vistas a conocer y estudiar la obra de otros autores. Porque no podemos dejar de tener en cuenta que las bibliotecas musicales de los compositores forman parte de su legado, así como su correspondencia, fotografías, grabaciones, programas de concierto, críticas, etc”.

La exposición, por una parte, “pretende ser tes­timonio de agradecimiento para todos aquellos que han comprendido el camino a seguir en la preservación del patrimonio, y en segundo lugar busca ser un acicate para que las donaciones afluyan a este Centro y no se sigan perdiendo las obras de nuestros creadores. Y esto es un lla­mamiento no sólo para los familiares de los fallecidos, sino también para los autores vivos, que deben responsabilizarse asimismo de la conservación de su propia obra y no dejarla al arbitrio de sus descendientes. Tan sólo de esta forma podremos contar en el futuro con un archivo lo más completo po­sible, que reúna la documentación musical generada en nuestro entorno”, concluye la musicóloga