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Canarias 30 de Julio de 2010
El consumo moderado de cerveza puede ser una opción saludable para evitar la deshidratación
El principal componente de la cerveza es el agua, motivo por el cual se incluye dentro del conjunto de bebidas recomendadas para una correcta hidratación en adultos sanos.

Ante la previsión de altas temperaturas en las Islas Canarias que pueden superar los 30oC, según la Agencia Estatal de Meteorología, los expertos recomiendan incrementar el consumo de líquidos para evitar la deshidratación de nuestro organismo. La cerveza consumida por adultos sanos con moderación y responsabilidad puede contribuir a optimizar los niveles de hidratación en nuestro organismo. Esta bebida aporta a nuestro organismo cuando se ingiere, sobre todo, agua (95%) y, además, otras sustancias con un especial interés nutritivo, como vitaminas del grupo B (especialmente, ácido fólico), fibra y minerales (silicio, potasio y magnesio). Así lo explica el Manual de la hidratación y la cerveza, elaborado por el presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), Jesús Román Martínez.

El agua es el elemento más destacado del organismo humano y representa el 60% del peso corporal. Las necesidades de agua de cada persona pueden ser variables en función de las diferentes condiciones, como el ejercicio físico o la exposición prolongada al calor.
Según Jesús Román Martínez, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, “se ha calculado que las necesidades de ingestión de agua del organismo giran en torno a los 30-35 mL por cada kilogramo de peso y día, lo que equivale a que nuestro organismo necesita una media de entre 2 y 2,5 L de agua cada día”. Esta ingesta debe ser fundamentalmente de agua, aunque existen otras bebidas como zumos, té o cerveza (siempre que se consuma con moderación por adultos sanos) que pueden contribuir al alcanzar los niveles necesarios de hidratación.

Cuando el organismo se encuentra en un proceso de deshidratación del 2,8% del peso corporal por exposición al calor o tras un ejercicio fuerte, implica una disminución medible de la concentración, del rendimiento físico y de la memoria a corto plazo, con un aumento destacado del cansancio, aparición de dolores de cabeza, así como una reducción del tiempo de respuesta ante estímulos externos. Por este motivo, según comenta el presidente del Comité Científico de la SEDCA, “la deshidratación contribuye a poner la vida en peligro en caso de golpe de calor y coexistencia con otras patologías, por lo que no hay que esperar a tener sed, sino que hay que beber poco a poco a lo largo del día y evitar las fuertes pérdidas de líquido”.