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Canarias 9 de Febrero de 2010
Pilar Merino visita la Bodega Tajinaste que exporta vino de Canarias a Estados Unidos
Destinan un 15% a exportación, han logrado acceder a mercados como Pensilvania y Suecia y el próximo año esperan llegar a Canadá.

La consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación del Gobierno de Canarias, Pilar Merino, visitó la pasada semana las instalaciones de Bodegas Tajinaste, de la Denominación de Origen Valle de La Orotava (Tenerife), propiedad de la familia García Farrais, que comercializa su producción en Estados Unidos desde hace cuatro años.

Merino, en compañía del director del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA), Guillermo Díaz Guerra, recorrió la finca La Haza, con una superficie total de cinco hectáreas que tienen arrendada desde hace doce años en La Orotava, totalmente mecanizada. Cuenta con una sala de catas propia que les permite recibir visitantes a quienes presentan directamente sus productos.

En Estados Unidos, sus vinos se venden en Nueva York y hace unos meses también han logrado acceder al monopolio de Pensilvania. Además, desde 2006 están presentes en Suecia y la próxima campaña esperan entrar en Canadá. En estos exigentes mercados se valora, según indican sus propietarios, el exotismo y singularidad de variedades como el listán negro y blanco, que sólo se dan en Canarias, que ha hecho que los caldos presentados se hayan llegado a puntuar con 92 puntos sobre cien posibles.
Destinan al mercado estadounidense aproximadamente un 15% de su producción,
y el resto es consumido principalmente en las Islas de Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria y Tenerife. El vino dedicado a exportación es etiquetado específicamente como los clientes solicitan, con una contraetiqueta en inglés con los requisitos demandados por el importador, cumpliendo así la normativa del mercado de destino. Estas transacciones requieren rapidez, y la difusión por Internet es el sistema más indicado.

Participación en ferias
La Bodega Tajinaste surge en 1977 como relevo generacional a una tradición vitivinícola de la familia García Farrais. Las cepas más viejas de las variedades Listán negro y Listán blanco fueron plantadas en torno a 1914. Elaboran dos tipos distintos de blancos –seco y semiseco- y cuatro de tintos –maceración carbónica, tradicional, vendimia seleccionada y de cuatro meses en barrica-, con los cerca de 120.000 kilos de uva que procesan. La bodega gestiona directamente, además, unas 17 hectáreas de terreno dedicado al viñedo.

Los primeros contactos con el mercado americano, como destacaron sus propietarios, provienen de la participación en ferias y concursos tanto de ámbito nacional como internacionales, a los que acuden desde hace cuatro años, cuando debutaron en FENAVIN (Ciudad Real). El pasado año, por ejemplo, han sido premiados en concursos como Agrocanarias, La Alhóndiga y el concurso mundial de Bruselas.

El principal reto al que se enfrenta el vino canario, reconocen, es colocar una producción de calidad más que reconocida en la península a precios asequibles, para lo que sería aconsejable contar con una red de distribución eficiente. “Nuestro vino gusta, pero hay que encontrar el método para entrar en ese mercado”, afirmaron.

En este sentido, remarcaron que “es preciso mejorar nuestra distribución y lograr ampliar hasta un treinta por ciento nuestra presencia en cartas y restaurantes de las Islas”. Entre los principales problemas detectados apuntan al alto coste de su transporte a la península y el falso prejuicio de algunos consumidores respecto a su precio.

Con el fin de compensar esos costes, se ha impulsado la reciente reforma del Programa de Opciones Específicas por la Lejanía e Insularidad de Canarias (POSEI), que incrementa considerablemente la cuantía de la ayuda para el mantenimiento de viñedos vcprd (Vino de Calidad Producido en una Región Determinada, sinónimo comunitario de vinos con denominación de origen), desde 600 euros por hectárea a 1.650 euros.

Además se crean dos ayudas destinadas a la transformación y embotellado de vinos de calidad y a su comercialización. La dotación presupuestaria total para este año alcanza los 9,6 millones.

Según remarcó el director del ICCA, Guillermo Díaz Guerra, esta ayuda permitirá abaratar la conversión de la uva en vino y amortiguar los costes de transporte fuera del Archipiélago.