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Canarias 14 de Enero de 2010
IUC acusa al Gobierno de Canarias de ser beneficiario del “tejerismo”
El partido de izquierda niega que el Gobierno canario sea “verdaderamente democrático” porque se ha servido de seis barreras electorales

Izquierda Unida Canaria (IUC) niega que el Gobierno de Canarias sea verdaderamente democrático y, por tal motivo, añade que sus propuestas para elaborar un nuevo diseño administrativo y competencial en el Archipiélago tendrán un déficit de legitimidad. Para IUC no es democráticamente sostenible la ley electoral canaria, que ha llevado al poder a los actuales gobernantes, y que proviene de una transición marcada por un miedo al golpismo que limitó la democracia real. La formación de izquierdas, afirma que los grandes partidos son los beneficiarios del “tejerismo”, en alusión al golpista Antonio Tejero, porque hacen trampa perpetuando un sistema electoral injustificable en el contexto histórico actual.

IUC afirma que el sistema electoral canario niega el principio de una persona un voto y establece seis barreras que vacían de contenido la democracia. Mientras que, en un sistema proporcional puro, cada 1.7% del voto habría que asignar un escaño, en Canarias se exige superar la barrera del 6% regional, o la del 30% insular. Además, está la barrera de la Ley D´Hont, que beneficia a los partidos grandes, y la barrera de la fragmentación de las circunscripciones electorales que también beneficia a los grandes. Asimismo, hay otras dos barreras informales que son, por una parte, la del control excluyente de los medios de comunicación públicos y, por otra, la del elevado coste de las campañas electorales, que hace que sea el poder del dinero el que decide qué candidaturas llegan a toda la ciudadanía.
IUC afirma que en ningún país democrático obtiene dos diputados un partido con menos de 3.000 votos y cero diputados otro con más de 50.000, como ocurrió en las últimas elecciones autonómicas. Tampoco hay barreras del 30% en ningún estado democrático. La anomalía del sistema electoral canario permite afirmar que los gobernantes canarios están cada vez más democráticamente deslegitimados, por apoyarse en un sistema que hace trampas, tergiversa parte de la voluntad popular (y, al tergiversarla, desactiva su potencial de crecimiento) y disuade de sus preferencias a muchos votantes.

Por último, IUC sostiene que la etiqueta de “democracia” no se le puede asignar a un sistema político simplemente porque ese sistema se autocalifique como democrático. IUC reivindica el sentido crítico con que se negaba a las dictaduras comunistas del este de Europa el calificativo de “democracia” que se aplicaban a sí mismas. Democracia significa igual poder de cada ciudadano para influir en los asuntos de todos. Y cuando esto no se cumple, como ocurre en Canarias, pues no hay democracia. Por supuesto, en nuestro caso la ausencia de democracia no implica la existencia de una dictadura, pero sí la realidad de un régimen autoritario moderado.