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Tenerife 16 de Abril de 2010
Las bodegas tinerfeñas se apuntan
al enoturismo para compensar una caída
de ventas del 30% y entrar en un circuito
de 10 millones de potenciales clientes
En estos momentos, el principal destino enoturístico del mundo es Napam Valley, en Estados Unidos, con 300.000 visitantes al año, seguido por González-Byass en Jerez, con 200.000, y por Domeq, en Jerez, y Vilafranca del Penedéz (Bodegas Torres) con 100.000 al año cada uno.
Las bodegas de Tenerife buscan nuevas fórmulas para comercializar sus vinos tras registrar una caída de ventas de hasta el 30% en los últimos tres años. Y en esa labor de prospección, los productores de la Isla han fijado su mirada en el enoturismo, una actividad que mueve a un millón y medio de personas todos los años a visitar España y hasta 10 millones de potenciales clientes.

Con estas cifras como telón de fondo se inauguró ayer en la Cámara de Comercio la Jornada de Enoturismo como Instrumento de Desarrollo Empresarial, un encuentro que contó con el consejero  de Agricultura del Cabildo de Tenerife, José Joaquín Bethencourt, el director del Instituto de Calidad Agroalimentaria de Canarias (ICA), Guillermo Díaz Guerra, y el presidente de la Comisión de Agroindustria de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Santa Cruz de Tenerife y presidente de la Asociación de Viticultores y Bodeguero de Canarias (AVIBO), Juan Jesús Méndez Siverio.

Según explicó Méndez Siverio, el enoturismo es una de las principales apuestas del sector en estos momentos en los que los canales de venta habitual se han visto muy perjudicados por la crisis económica, “que ha movido a muchas personas a reducir el gasto en productos no imprescindibles, y por medidas de vigilancia como los controles de alcoholemia, que han esquilmado la raíz de una de nuestras principales vías de comercialización como son los restaurantes y tascas”.

El presidente de la Comisión de Agroindustria de la Cámara dijo, además, que el enoturismo no sólo es una tabla de salvación para dar mayor salida a la producción vitivinícola de la Isla, sino que sirve como motor económico para el sector turístico y de los servicios. Según afirmó, “nuestros vinos, ligados a la rica cultura gastronómica que tenemos y a nuestra naturaleza, pueden dar un valor añadido y la oferta turística de Tenerife, y contribuir así no sólo a afianzar en las Islas a los visitantes que hemos fidelizado a lo largo de estos años, sino a captar nuevos turistas”.

En este sentido, el consejero insular de Agricultura destacó que el Cabildo ya está haciendo una promoción de Tenerife como Isla de Vinos a través de campañas en los aeropuertos y en las compañías aéreas, pero que “mantener ese discurso requiere el esfuerzo de todos y un trabajo de fondo que permita potenciar las rutas del vino y de la gastronomía popular como auténticos imanes de turistas en un mercado donde la competencia cada vez es más feroz y en el que no podemos quedarnos sólo con el sol y la playa”.

Sobre este punto, Bethencourt destacó el trabajo que se ha llevado a cabo en el municipio de Tegueste que, con el impulso de la Asociación de Empresarios ASEVITE y el Ayuntamiento, “han sabido aglutinar al sector vitivinícola con el de la restauración y el ocio en un programa como es Abril, mes del Vino que se debería servir de ejemplo y exportarse a otras comarcas de la Isla”.

En estos momentos, el principal destino enoturístico del mundo es Napam Valley, en Estados Unidos, con 300.000 visitantes al año, seguido por González-Byass en Jerez, con 200.000, y por Domeq, en Jerez, y Vilafranca del Penedéz (Bodegas Torres) con 100.000 al año cada uno.

Según el presidente de la Comisión de Agroindustria de la Cámara, la relevancia nacional e internacional de los vinos de Tenerife puede conferir a la Isla una imagen de marca fundamental para su desarrollo como destino turístico enológico “para situarnos entre estos polos mundiales de atracción de enoturistas, un desarrollo que, por la demanda de actividades culturales, propias del enoturismo, arroja perspectivas muy favorables, dada la riqueza de patrimonio vinícola con que cuenta la Isla”.

Vinos y canales de venta históricos
La calidad y las variedades de vino históricas, como el malvasía o el vidueño, serán algunas de las principales bazas para conseguir que Canarias entre en los circuitos del enoturismo con mayor fuerza de lo que lo está haciendo hasta ahora. Así lo señaló el director del ICA, Guillermo Díaz Guerra, que recordó la gran diversidad de variedades locales y el gran pasado exportador del sector vitivinícola canario, sobre todo con países como Gran Bretaña.

Según dijo el director del ICA, “Tenerife producía en el siglo XVI un excelente vino Malvasía, el llamado Canary, que fue el primer vino con denominación de origen de la historia, muy apreciado en el mercado británico y nombrado por el propio William Shakespeare”. Además, durante el reinado de Felipe II el 41% del vino canario se enviaba a Francia, el 22% a Flandes y hasta el 28% a Portugal.