Arona 6 de Noviembre de 2008
¡La biga en el propio ojo!
Algún filosofo español dijo "dale una gorra a un español y tendremos
un dictador". No es habitual en mí contestar a ningún amable lector
de este digital, pero con el permiso del director y porque este lector
me invita a desmentirle lo que escribe de mi, es lo que me lleva a contestarle algunos puntos que creo que son algo soeces y que como todo es así,"si le pones más café al café más amargo está", esto es lo que pienso, que se ha translimitado en su catalogación hacia el trato que me asigna de que yo daba a los anteriores ediles de Granadilla.
Es verdad que creo que me unió en su momento amistad con algunos de los que usted detalla, y que actualmente sigo apreciando a la persona, no a su política, que si algo nos dio siempre fue a cambio de trabajo de las producciones de audiovisuales y de televisión, aparte de las muchas entrevistas que les hice, siempre bajo la atenta mirada de la dirección de la empresa Onda Nueva. Si lamia la chaqueta, como usted dice o lo afirma en su "atenta crítica", pudiera ser por el motivo político que marcaba en su momento la editorial radiofónica o que se pagaba por estar en antena.
Pero siempre para escribir, hablar en cualquier medio de difusión sólo existe una regla inamovible y es el dar la cara, no mendigar entre bastidores, y más en un Estado de Derecho como el que tenemos que alberga lo más bonito que tiene la democracia, y es el continuo cambio de opiniones y el tener conversaciones cara a cara o en cualquier foro mediático para que la audiencia pueda sospesar lo que puede ser un infundio de lo que pueda ser verdad, no el ampararse detrás de ningún folio.
Si oyó usted la entrevista que se le hizo a Carmen Nieves Gaspar Rivero, Alcaldesa de Granadilla, en Onda Nueva hace algunos días , le diré que, o su receptor le jugó una mala pasada, o simplemente oyó lo que sí le hubiera gustado escuchar.
De mis abundantes años en este oficio, nadie, le digo que nadie, puede decir que me he reído de él o ella, ni a la cara ni ha hurtadillas profesionalmente, lo pueden afirmar más de 150 políticos que he entrevistado para diferentes medios, desde el principiante hasta el presidente del Gobierno de España. No, no quiero ni pretendo que esto pueda herir su fino talante hacia mí, que en ningún caso es mi cometido, así que creo que ha estado algo "aventurado" en decir algo que ni ha visto y menos que haya oído. Están las grabaciones a su disposición para cuando se digne reclamarlas en nuestros estudios de San Isidro, que creo que usted conoce muy bien por las veces que por esa ha estado.
Si el ser chaquetero, según su grandilocuente verbo, es ser respetuoso con los demás, que los invitados se sientan cómodos en un plató o en unos estudios, que no se les insulte ni se les ridiculice (que para eso ya está usted que lo hace perfectamente), si se les tiene en cuenta su opinión política, sí estoy en esa onda que usted verborrea.
Pero si ser un vendido es comer de la sopa boba, vivir de las prebendas políticas, el traicionar el ideal político de uno, el corre ve y dile, el envidioso y mal perdedor, le diré rotundamente que no soy yo, ni ese es mi cometido. Todo lo que he vendido, lo he cobrado (tarde y mal de mis amados colegas exgobernantes de Granadilla) ha sido a cambio de trabajo, el tener que tragar mucha quina por no estallar de ira de las mil y una herejías que nos han hecho a nuestra Empresa, y el tener que aguantarlas por el simple y llano motivo de que hay que sobrevivir y pagar las nóminas. Posiblemente ha debido de confundirse con otra persona o ha cruzado por algún sitio que está lleno de espejos.
De cualquier forma esta es la grandeza de la democracia, la libre y respetuosa opinión hacia los demás y en este caso (aunque no haya sido así) hacia alguien que trabaja en los medios de difusión, espero que trate de tener menos acritud hacia todos, incluido hacia usted mismo, se le nota mucho.
Salvador Barnes
Periodista