Arona 25 de Octubre de 2008
Sin el "Moustach", ya no es el mismo
Una noticia que aparentemente es seria, pero a la vez cómica,
esperada, insólita, increíble y sin motivo aparente. ¡José María
Aznar se ha quitado el bigote!. Un reclamo ese tan personal que era la panacea de su personalidad, el no verle nunca que moviera el labio superior cuando hacía sus discursos políticos porque se lo tapaba, su bigote era un dilema.
Los bigotes, como todos sabemos, han sido para muchos personajes parte de la historia y el centro de sus personalidades, Charlot, Stanlin, Hitler, Franco y últimamente el bigote de Aznar, que según ha confesado él mismo se le fue la mano cuando se afeitaba al oír que alegremente en la cadena COPE difundía a bombo y platillo la conversación entre dientes de Rajoy que captaron los micros de los medios diciendo lo del "coñazo" del desfile militar en el día de la Fiesta Nacional. Le entró un notable nerviosismo y se cortó medio "moustach", así que se lo tuvo que rapar del todo.
Aznar con esa figura que le caracteriza, siempre sombrío y con esa voz que los maldicientes dicen que viene del "mas allá" apareció en televisión de esa guisa.
Por fuera con esa imagen, demostrando su adusta figura, aunque poniendo a caldo el tema del cambio climático, y el discurso de Al Gore, pero al mismo tiempo explotando de risa por dentro de ver cómo a su amigo, el vaquero Bush, no invitó a Zapatero a la Cumbre de Nueva York.
La trayectoria de esa mala negociación contra Zapatero y contra España está ya trazada por muchas puertas que el Ejecutivo Español mueva y la diplomacia interceda diciendo "Zapatero debe de estar en esa cumbre", pero parece que la suerte está ya echada en contra de España.
Con el tema del cambio climático, Aznar ha dado a la opinión pública su postura ante este problema, que para él esta por demostrar ¿No se qué demostración esperará? Aznar en su momento también le pasó lo que ahora a Zapatero, el querer aparentar más de lo que se es y se tiene. ¿Tenemos algún fundamento basado para que España sea parte de esas grandes potencias?.
Como siempre nos ha pasado, y este momento los de siempre no han desaprovechado el momento para dejarnos fuera. Se ha querido y se ha pretendido figurar con tarjetas oro en todos los foros políticos internacionales, querer tener la mayor clase y codearse con los grandes.
Pero haya que reconocer y aceptar que nos falta equipo, fuerza y tesón en el empuje de los Asuntos Exteriores, no hacer el "mindungui" ante nadie, saber con quién se viaja y con quién queremos viajar. Hemos estado cuatro siglos sin tocar bola en el concierto Internacional como Nación decisiva.
Todos sabemos que en Europa quien dirige el "cotarro" son los alemanes y franceses, son la bisagra del continente, aunque España también lo sea pero para ellos de segunda fila al ser también la bisagra del Magreb y del Mediterráneo.
Para muchos países somos unos tipos pintorescos, simpáticos, "bon vivand", inteligentes, pillos pero poco capaces para disuadir las políticas hechas y que nos caen encima por tener poca capacidad internacional a la hora de exigir el puesto que nos toca como país socio y de pleno derecho en EU.
Antaño Aznar reclamó estar en el G-7, y también le dieron con la puerta en las narices, por muchos "Coibas" que se fumó que el amo Bush y esos cafetitos en Camp Davis, pero atención, en donde ninguno de los socios quiso estar fue en la foto de las Azores, pero en cambio sí estábamos nosotros el Gobierno de España con Aznar al frente dándose el pegote de posar con las dos potencias mundiales, y colocándose a la izquierda como el pariente pobre y gorrón de José Mari.
Que sepamos una vez sólo hemos visto una chispa de coherencia y que hizo que la opinión con respecto a España cambiara radicalmente, y la trajo consigo Felipe González, fueron buenos tiempos e ilusionante, aunque creemos que si Zapatero logra sentarse en la mesa de la reforma financiera que se tiene en estudio, será un éxito personal, pero si no, nada habrá ocurrido.
Salvador Barnes
Periodista