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Arona 17 de Diciembre de 2010
Los accidentes se solucionan
con amor
Cuando son la seis de la mañana salgo de casa,
cojo mi coche y en un stop miré hacia la derecha observando una guagua cargando pasajeros. Pensando que no venía nadie arranco pero aparece otro coche, chocando contra el mío y termina estampándose contra otra pared a unos veinte metros.
Dos chicos bajan del coche corriendo hacia el mío mientras gritan con insultos auténticos como, ¡Hijo de p..!, ¡Me c… en tu p…madre!, y algunos más pero no recuerdo. Llegan a mi coche comenzando a dar ostias a la puerta mía. Unas patadas con toda la energía del mundo y dejaron la puerta inservible.

Cuando terminan bajo del coche con mucha calma. El acompañante del otro conductor era un chico con los pelos de punta, esa moda que parecen cepillos al revés. Ese me reconoció, porque soy un capullo famoso por mis canciones y vídeos... ¡¿Eres tú?!¡Sí, soy yo! Respondí. Comenzaron acercarse algunas personas por si había heridos, pero no pasó nada grave gracias a Dios. Miré mi puerta inservible después de las patadas y dije al chófer, “Hoy es un buen día, te daré el seguro y de la puerta me encargaré yo”.

El chófer no está de acuerdo y quiere que llamemos al atestado. Pregunté para qué, si hay daños personales, tenemos los seguros en regla y terminamos pronto este asunto. El otro conductor insiste que quiere el atestado. Sigo diciéndole, ¡Vale! como si llamamos a la legión. Yo mismo llamé al atestado y telefónicamente el policía decía para que iba si está todo bien, pero tuve que insistir que viniera porque el otro conductor obliga.

A las siete y algo de la mañana aparece un furgón del atestado con un policía y también me conoce y nos saludamos con buen rollo. Entonces hacemos el relato del accidente y el policía comienza a mosquearse por el tema de las patadas en la puerta destrozándola toda. Nos sentamos dentro del furgón del atestado con una mesa al centro, yo en una parte y frente a mí, el policía y el chófer. Fuera el de los pelos tipo cepillo para barrer los pisos. Mientras el policía va rellenando los papeles, quise saludar al pelo cepillo pero negó el saludo con mal rollo. Comienzo a mosquearme un poco, porque tan gilipollas no soy. Miro para el pelo cepillo y le dije, ¿Sabes por qué no quiero formular denuncia por el tema de mi puerta estropeada con las patadas?...porque entonces tendría tu dirección y siempre envío postales por navidad.

El pelo cepillo no decía nada. El policía estaba hirviendo por dentro y le dijo al pelo cepillo, ¿Tú sabes quién es este hombre?...no se refería a que soy un capullo famoso, sino que a pocas palabras….el hecho de saber su dirección era algo maravilloso para enviarle algunas personas que me deben favores. De todas formas una de las cosas que salvó a estos muchachos fue el hecho de ir solo y que mi hija no estuviera conmigo. Si mi hija llega a estar conmigo, habría otra historia diferente.
¡¿Seguimos?!..El policía dice al chófer, ¡Este seguro está a nombre de una señora y no puede conducir otra persona!..Y el conductor pide que por favor ponga el nombre de esa persona que era su madre. Aquí comienza el policía a sentir ganas de ponerlos en su sitio, pero yo insisto que prefería el amor y la educación, porque tengo mis razones personales. No sé por qué mi cuerpo entra en el negativo y pido al policía irnos para tomar una tila, porque estaban llegando las almas chungas y cabronas que todos llevamos dentro. Faltaba poco para coger al pelo pincho tipo cepillo y decirle, ¡Mira hijo de p… me has destrozado la puerta y ahora vamos amargarnos la vida juntos!, ¿Te parece cabrón?...pero no, prefiero irme a tomar una tila con el policía.

Nos fuimos a un bar, que estaría a unos cuarenta metros y dejamos a los dos chicos allí, con el furgón del atestado y los dos coches accidentados. Estuvimos por lo menos media hora hablando en el bar tranquilamente sin prisa, haciendo algunos resúmenes de nuestras vidas e ignorando totalmente el  caso del accidente y a los dos chicos. Cuando llegamos nuevamente al lugar, estaban discutiendo entre ellos, porque estaban comprendiendo que no hacía falta el policía y que hubiéramos solucionado el problema rápidamente. Al final solucionamos el tema como dije al principio, los chicos terminaron enfadados entre ellos. Me pagaron la puerta, el chófer me llamó un par de veces en el día para pedirme disculpas y que sentía vergüenza por su forma de comportarse…………el amor universal por encima de todo. Les confieso que he sido muy malo, tal vez requeté malo, pero he aprendido que es mejor ser requeté bueno.

Juan Santana
Comentarios
Juan no eres el único a mi paso algo similar alli en mi tierra y tambien en Santa Cruz y obré como tú, para eso tenemos el seguro y eso que ademas yo no tenia culpa ninguna, pero estoy de acuerdo con malos modos jamás se arregla nada.
Feliz Navidad compañero
Quien tu sabes
Juanito, alma cándida. Dios te ilumina, mi niño. TALY
Hay un caso diferente...Mi amigo Domingo, tiene un nombre envidiable, porque es un nombre de un día festivo. Mi amigo Domingo no sabe escribir muy bien. No sabe manejar un ordenador e incluso cuando habla es un poco bruto hablando, pero tiene una bondad superior. Mi amigo Domingo muchas veces escuchaba al vecino como pegaba a su mujer y él siempre sufría a solas, pero un día que llegaba del trabajo, encontró al caballero abusador en las escaleras del edificio y le paró para decirle que por favor, no le pegara más a su pareja, porque además se escuchaba el sufrimiento de ella en todo el edificio. Él maltratador respondió a mi amigo Domingo, que no se metiera en sus asuntos, y fué cuando Domingo comenzó a darle ostias y más ostias a este vecino, dejándoles tantos moletones, que parecía un dálmata...Pero le quitó la enfermedad del maltratador hijo de puta...Ahora ya no se escuchan los sufrimientos de la compañera y ella cuando tropieza con mi amigo Domingo, le mira con esa mirada de agradecimiento y una especie de reverencia como forma de dar dicho agradecimiento....A veces un capullo de estos, necesita un repaso en las mismas condiciones porque es la única forma de comprensión. Sabemos que la violencia nunca es buena, pero a un animal de esta categoría tenemos que hablarle en su idioma. Te perdonamos Domingo.