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Arona 13 de Diciembre de 2010
Todos somos Re
es de nuestro espacio
Somos Reyes de nuestro propio espacio y dejamos
entrar a quién nos da la gana porque manda nuestro
corazón. Cuando entramos positivamente en el espacio de otros Reyes estamos abriendo la puerta al buen rollo, aunque siempre aparece algún malvado enturbiando nuestro hermoso tiempo.

Un año más quiero dar mis mayores deseos de Felicidad a los cavernícolas que han confiado en mí, para que la vida siga volando y así el tiempo también se va volando. Cuando estamos mal, el tiempo vuela muy despacio. A pesar de no lograr arrancar siempre estoy en marcha, refiriéndome a las neuronas del cerebro que no paran de moverse. Debemos dar felicidades principalmente a los parados, a los enfermos, a los trabados del cerebro y a los que están en tantas partes del mundo donde la injusticia es la triste protagonista y sin ánimos de solucionarse.

Este año es un año más de muchos acontecimientos inolvidables, pero cada año vamos madurando y aprendiendo a soportar golpes psíquicos y físicos. Todos somos Reyes y merecemos mutuos respetos. Regalar en estas fechas es costumbre y casi obligación de la mayoría de las personas en todo el mundo, pero existe un regalo que muy pocos piden y es la libertad. Pero la libertad puede ser el regalo más caro, es decir, no tiene precio. La libertad es tener comida el foco de la vida, salud, algunas monedas para ir tirando y podría no ser tan cara. El problema es cuando la libertad de algunos es poder salir a comprar, comprar y vivir sin dejar de comprar y consumir.
A nivel personal este año he aprendido mucho, después de salir de algunas enfermedades, porque descubrí que no somos nadie y somos todo. Personas que pensaba eran amigos, viviendo a tu costa, fueron unos trepas y chuleándose de ser los pioneros de tus propios proyectos te daban la zancadilla al menor despiste. Somos Reyes de Nuestro Espacio y cada uno sabe el suyo. Tengo un 6º CD terminado guardado en una bodega del sur de Tenerife, tres vídeos, montón de amigos virtuales, tengo muchas ganas de vivir con mi busca de subidas de adrenalina con las tertulias interesantes, estoy enamorado, me siento un perro y un Dios.

Este año siento ese pequeño homenaje en el Teatro Víctor Jara con algunas de mis canciones donde curó heridas de lucha por la sociedad. He descubierto que soy perfecto y único. Para algunos soy un perfecto gilipollas, para otros un perfecto amigo y para otros una persona más que vive y muere, pero al final he descubro que todos somos perfectos. Me preguntan qué hacer para ser perfecto y respondo, “Somos perfectos, cuando estamos convencidos de que somos imperfectos”. Feliz Navidad y Próspero Año, para todos los que estén de acuerdo con mis pensamientos de cavernícola contemporáneo y a los amargados deseo que se mejoren. Encender una vela por todos aquellos que no tienen la suerte de estar como nosotros, siendo hermanos nuestros.

Juan Santana