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Arona 4 de Noviembre de 2010
“¿Por qué no aprietas mi mano?”
Cuando damos la mano a alguien podemos saber
de ante mano, si hablamos con una persona falsa o
verdadera. Les revelaré cómo podemos saberlo para
que algunos falsos disimulen su carácter. Si alguien saluda sin apretar la mano está firmando que es más falso que los euros rusos y debemos tener cuidado o simplemente advertírselo para que sepa que eres único.
Tranquilamente le dices “¿Por qué no aprietas mi mano?”. Luego esperas cualquier respuesta, pero comienzan a conocerse sin problemas de comerte el coco. Para comértelo tú, que sea él.

La mano es una parte del cuerpo que sirve para muchos movimientos. Para escribir, para saludar, para decir adiós, para dar un puñetazo, para pintar, para acariciar, para utilizar uno de sus dedos y sacarte los mocos, señalar un lugar o un que te den, para dar una torta en el culo con amor familiar o platónico, para rascarte, para tocar un instrumento musical o para infinitas cosas. La mano tiene algo especial. Una mano demuestra si has sufrido y los futuristas según las líneas de la mano hablarán si tienes bien trazado el rumbo de la vida.

Unamos las manos para conseguir la paz. En la Iglesia, el cura pide que nos saludemos para darnos la paz. ¡Las manos son la ostia! Hay canciones donde parte de sus letras nombran a las manos, por ejemplo, “Dale la mano al Indio, dale que te hará bien….”. ¿Estamos preparados para ir a cursos terapéuticos donde los profesores piden que nos acariciemos? ¡Sin pasarse claro! Todo esto parecen boberías, pero las manos tienen algo especial. ¿A quién no gusta que acaricien bien acariciado? Cuando un masajista da un masaje, sentimos relajación total del cuerpo y la mente, pero por favor, sin relacionar dichas caricias con el sexo.

Debemos mentalizarnos de que las manos son parte importante de nuestros cuerpos y debemos hacerle un homenaje a la mano. La mirada también está conectada a la mano porque cuando saludamos a alguien mirándole a los ojos, los ojos hablan. Hay personas que no están acostumbradas abrazar y cuando los abrazas sus cuerpos toman una postura tensa. No cabe duda que somos de otra generación además de vivir en una parte del planeta donde podemos tocar este tema, porque muchas partes del mundo tienen la desgracia de no poder ni tocar el tema de los abrazos, tomándote además por gili pollas.

Aunque quedan todavía algunos lectores que también piensan igual. Sobre todo los amargados de turno, que piensan que saben todo y más. Aquí cada uno sabe aquello que le han introducido en su cerebro y si quiere lo comparte. Sin nada más que añadir, me despido con un abrazo virtual, esperando que el tema de la mano sea de reflexión para que cada uno pregunte a sí mismo, si abraza a sus seres queridos habitualmente. Si no es así, prueben abrazar, para que vean que es súper relajante. Lógicamente si algunos no saben dar la mano, échenle una mano.

Juan Santana
Comentarios
De pequeño, con unos 10 años y ya tengo 40 añitos,una persona a la que considero una de las personas mas inteligentes con las que he podido compartir mi tiempo, me dijo: ¡jamas confies en una persona que no te apriete la mano y no te mire en ese momento a los ojos!.

A lo largo de mi vida he podido comprobar que esto no es ninguna estupidez. Es una realidad. Por mi trabajo y por mi vida me he relacionado con todo tipo de personas y este gesto del que hablamos me ha ayudado mucho y me ha enseñado mucho de las personas.

Saludos Juan,  Jose Antonio Santaella
Gracias a tí José A. Santaella, por tus palabras y sobre todo por escribir desde tierras peninsulares a tantos kilómetros. A esto le llamaremos apretón virtual con amor universal.