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Arona 31 de Mayo de 2010
Una foto de mis ojos
Hoy estoy en planta, con los ojos hinchados,
con ganas de llorar y no puedo. Ganas de
llorar, porque es el día de Canarias.
Es el día donde unos pocos que no tienen crisis económica y viven engañados en el mundo material.
Unos celebran el día de la conquista y este motivo sí que es un absurdo,
otros piensan que es el día de los siete volcanes nacidos del fondo del mar,
otros no saben ni quieren saber y a otros simplemente les da igual, porque
es un día más que están rascándose los cojones. Pero mis espíritus hoy
están tristes y los ojos están hinchados, sin poder llorar. Estoy sentado
en la acera de la casa tomándome un té con leche, mientras fumo un cigarro porque quiero. Algún lector saldrá ahora diciendo que el cigarro mata, pero a veces tenemos ganas de morir y sin embargo seguimos vivos y muriendo por algunos vivos.
Demasiados vivos podrían hacer algo por Canarias. Tengo los ojos hinchados, porque estoy enamorado y no puedo amar. Mi hija hizo ayer la Primera Comunión, una falsedad más, que los humanos hacemos, para seguir con algunas tradiciones por esta zona del planeta. El cura, pide que carguen los sobres aunque sea con el 10 % de los gastos de las comelonas, el restaurante nos espera para poder seguir tirando hacia delante con esta crisis, la niña espera regalos y espera que su mejor amiga, la vea con su peinado precioso.
Mientras ensayamos las canciones de la Iglesia, que sonaron bestiales, acompañadas con piano, dos guitarras y una caja tumbadora, aparece un perro en la Iglesia de 500 €. El perro es de un amigo mío, y comienzo a buscar al amigo, oliendo por todos los lados, con el instinto cavernícola, pero mi amigo no aparece. Deduzco que el perro está perdido y llegó hasta donde yo estaba, porque olió mi cuerpo, escuchó mi voz y encontró la luz. Un perro de 500 € perdido, en esta parte del planeta. Con este dinero, comen en Cuba, cinco personas durante diez meses. Llevo al perro hasta la casa del amigo y el perro súper contento a mi lado.
Ese perro ha dormido en mi azotea muchas noches y ha comido, macarrones, caballas guisadas y molidas y el mejor pienso. Cuando profundizamos en los acontecimientos que nos rodean, es mejor olvidar muchos temas y seguir hacia delante. Sigo con mis ojos hinchados y siento que mi hija duerme. Esta mañana iré nuevamente a la Iglesia, para tocar para los niños que hacen la Comunión con los trajes más caros, por si piensan que no les quiero, teniendo en cuenta que porque tengan los trajes más caros, no quiere decir que tengan más dinero, que los padres de los niños que hicieron la comunión con túnica. Hoy espero disimular para que mi hija, sea feliz. Sigo con los ojos hinchados y no puedo llorar. Quiero y no puedo llorar. Cantaré, tocaré la guitarra y seguiremos luchando, porque estoy seguro de no ser el único, pero si pertenecemos a la minoría. ¿Cuántos ojos hinchados cada día?
Juan Santana
Comentarios
autor´. sin fundamento.compañero santana todo lo q as escrito lo e vivido el domingo.mis hijos tambien an echo la comunion.lo e echo por ellos por q si fuera por mi otro gallo cantaria y no es por falta de medios sino por la iproqesia q ay.SI FRANCO levantara cabeza no qedaria ningun titere.tampoco devemos lamentarnos tanto por qe eso no lo emos buscado.
