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Arona 9 de Julio de 2010
La mano de la niña
que no fue abortada
Estuve casado como cualquier persona más de este
mundo, lleno de complejidades. Pero también con el
tiempo decidí divorciarme, como muchos humanos hacen en este planeta. Mi primera mujer y yo nos casamos muy jóvenes y es mi historia, mala o buena, pero no deja de ser mi historia.

Tuvimos un hijo con una cultura y educación que Dios o el destino nos regaló. Un día dijo que estaba embarazada y decidió abortar. Supliqué que no lo hiciera, porque estoy totalmente en contra del aborto, pero ella decidió viajar a Londres. Estoy hablando de una historia de hace más de veinte años. Nuevamente quedó embarazada y decide volver abortar, pero esta vez fue en Tenerife. Y la tercera vez que queda embarazada, no hizo falta acudir a ninguna clínica, porque la naturaleza hizo el trabajo.

Pasa el tiempo, y a veces pienso si realmente eran míos los hijos engendrados, porque la desconfianza es un programa que muchos tenemos dentro del cerebro y no es tan fácil, desprenderse. Pero un día, salió por su boca una frase que marcó mi vida, de una manera taladrante, porque dijo, “Si hubieras sido otro hombre, no hubiera abortado”. ¿Y por qué no me mandó a la mierda?  No sentí total culpabilidad, pero tal vez,....algún poquito. La casualidad de la vida, es que ella fue sola a Londres en su día, por su propia decisión y la segunda vez, si la acompañé a Tenerife. Aquí tal vez, si soy cómplice del aborto.
También puede ser verdad, que soy un mal padre o un mal hombre, pero creo que no soy culpable de una decisión de esa índole, porque seré un caballo salvaje, pero fácil de domar y la última palabra, siempre la tendrá la mujer. El tema más sorprendente es que la historia anterior fue en Las Palmas y sin saber por qué, he viajado a Londres, más de diez veces y ahora estoy viviendo en Tenerife y he tenido una vida que quedará marcada para la historia.

Tal vez también haya vivido, lo que los tres seres abortados, no pudieron vivir. Y termino la historia, con la mano de una niña, que seguramente jamás veré en la vida. Una niña, que iba sentada en el sillón delantero del avión, que nos trasladaba desde Málaga hasta Tenerife el día 6 de julio del año 2.010. Me agarró mi mano con mucho cariño, como si fuera hija mía, que tuve que llamar a su madre, para que compartiera esta imagen, que además hice una foto, para el recuerdo. En Málaga encendí una vela el domingo y el martes cuando tenía que venir, todavía quedaba más de la mitad de dicha vela. No podía apagarla, por creencias espirituales. La puse en el balcón del apartamento dónde me hospedaba, pero decido hablar con la chica de la limpieza del hotel, para explicarle el caso de la vela encendida. Ella dijo que la siguiera hasta el cuarto, donde ella tiene todos los materiales de limpieza del hotel y la gran casualidad, es que también tenía velas encendidas. La dejé en buenas manos y seguramente habrá terminado de limpiar los males que rodean. Espero que la historia les haya gustado, asegurándoles que no miento en absoluto. En el planeta tenemos infinitas historias, y ésta es la mía. Los lectores leemos y otro escribimos. Cada uno es libre de hacer lo que realmente quiera.

Un abrazo a todos los vivos y a los del más allá. Ahora, voy a dejar de escribir, cogeré el ratón del ordenador, moveré la flecha hasta dónde dice enviar y .............

Juan Santana
Comentarios
Luz: Una historia llena de sentimientos, emociones y mucha tristeza, a veces vienen a nosotros acontecimientos que son regalos, esa mano infantil seguro que sintió tomando la tuya la seguridad y la tranquilidad que ella necesitaba y probablemente captó eso antes de tomar tu mano, sólo habiéndote mirado a la cara, porque imagino que antes de dártela te habrá mirado; los ojos, la sonrisa y las manos dicen mucho de uno y los niños que aún no tienen prejuicios son los que mejor captan todas esas sensaciones. En cuanto a lo que cuentas de tu exmujer yo pienso que ante la frase que te dijo te dejó claro que no eran tuyos, "si llegas a ser otro hombre no hubiera abortado" podía referirse a que si hubiera sido su marido el padre del hijo que llevaba en sus entrañas, entonces no lo hubiera abortado.Yo creo que abortó porque tú no eras el padre de los niños, aunque puedo estar equivocada. Ciertamente hay muchas historias en cada uno de nosotros pero sólo los libres de espíritu se atreven a contarlas, gracias por compartir la tuya.