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Arona 9 de Mayo de 2013
Volver al punto de origen
Si en la Transición española a la democracia, a alguien
de los elegidos como padres de la Patria, se les hubiera
ocurrido decir que lo que había que instalar en España,
eso que hasta ese momento se llamaban Regiones, había que cambiarla por la palabra Federalismo, otra pintura habría tenido el cuadro que en ese momento se pintaba en España.

Se creyó más conveniente, porque así parecía que hería menos a las clases dirigentes del País, y no querían ponerle el cascabel al gato, que todavía estaba caliente el cuerpo de Franco, para decir que se quería llegar a tener un Estado Federal, se optó por algo más suave, menos oído y con una prospección de lo que en tiempos después fue, y se llamó una Autonomía, que llegara a tener su propio (Estado) y que se rigiera en una gran mayoría, por ella sola.
Luego se ha visto que el invento no ha pasado bien los exámenes, hay mucha asignatura para aprender, unos se han creído (y de hecho lo han hecho), que su Autonomía daba de comer a otras Comunidades que estaban en el tema socio industrial, menos preparadas.

En eso hemos pasado más de treinta años, con este dite y direte, nadie ha querido conformarse con lo que ha tenido, y que yo no acabo de creerme cuando dicen que han sido solidarios entre las Autonomías. Ahora estamos viendo que el Federalismo es la única pomada que puede para esa hemorragia que se está teniendo con el independentismo.

Todo se ha ido fraguando por unas políticas totalmente trasnochadas, sabe el President de la Generalitat catalana, que si no hubiera sacado de la chistera de mago, esa que siempre ha usado el catalanismo mas socarrón del cuento de la independencia, posiblemente no hubiera tenido el momento de esplendor que tuvo, y que como todos estamos viendo tuvo sus días de exaltación a la Patria catalana, luego se ha disuelto como la magnesia con el agua, y todo está volviendo a sus cauces normales, como los que han tenido desde mucho antes de que Companys irrumpiera en el mundo catalanista influyendo a sus seguidores esa deseada independencia de Cataluña de España.

Hasta hace unos meses para el CIS, los que querían la independencia en Cataluña era un 33,7%, frente a los que aceptaban la Autonomía con un 29,4%, y los federalistas que están bregando por subir el porcentaje con un 21.4%, y solo para los españolistas un 12%.

Todo esto es más que un aglomerado de cifras y de posturas para muchos ciudadanos que albergan en su interior diferentes formas de sentir y tener a su Comunidad, aunque parece algo lejos el objetivo de la independencia de Artur Mas, por la propaganda que en su momento suscitó en ese mundo irreal de la secesión, fue más artificial que real, y según el CIS, la mayoría que no quiere ser independiente es bastante amplia.

Entonces qué se debe de pensar sobre este aquelarre de ideas y pasiones, de momento, controladas, pero para muchos radicales esto debe de ser el principio de una total ruptura con la Nación Española.

Los cantos de sirena por lo que vemos no han caído en balde, ya están pensando que si no se puede llegar a esa independencia tan buscada por estos minoritarios que quieren llevar la propaganda de secesionismo a toda la sociedad catalana si es posible, habrá que trabajar por el federalismo, siempre buscando el paraguas de tener una República, otra forma de gobernar que quitará a España de esa partidocracia, y de esa forma podrían llegar a tener conversaciones fructíferas con el gobierno central de Madrid.

Ya parece que no valen más "cataplasmas" para el sistema, o cambian el "chip" o lo socios de Mas le estarán aguijoneando a diario como los están haciendo ahora. Los republicanos del ERC, este partido rémora del CIU, está en la onda y juega a los dos tapetes, son republicanos y verían de muy buen grado que España entrara en un sistema de Gobierno que fuera una República, y por la otra parte son unos radicales separatistas, los calienta orejas de los indecisos catalanes que ansían su independencia, o sea, les venga de donde les venga el tiro, lo pueden parar estoicamente, y siempre quedarán como el aceite, por encima de lo que se piense en Cataluña.

Salvador Barnes
doropress@gmail.com