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Arona 22 de Junio de 2009
Sólo debe de haber un protagonista
Nunca hubiéramos pensado, y menos el apostar ni un céntimo,
a que la gran familia socialista tuviera en su seno tantas
discrepancias y tantos recelos entre sus barones, y ver y oír cómo cortan los trajes al Presidente Zapatero y a todo su política nacional e internacional, más que extraña es incomprensible para la mayoría de altos cargos del PSOE, algunos que están en el poder y los que están a la espera de que esto de el carpetazo.
Las distancias que se ven al observar las divergencias que se están acunando, y que son notorias desde hace unos meses hasta este momento. El motivo es el que todos sabemos, cada uno hace su propia referencia a la crisis que tenemos valorándola a su propia manera, e ideando soluciones que no tienen impacto quedando en la más absoluta de las inoperancias.
Hasta ahora no habíamos visto que ningún expresidente diera opinión a la política del actual Presidente, pero se ha roto la correa de transmisión y ha sido Felipe González el que no ha querido estar mudo ni ciego ante la táctica que está empleando Zapatero, que está muy lejos de la pretensión política que le gustaría a González que actualmente tuviera España, porque el diagnóstico que da a esta crisis Zapatero y su estrategia que tiene y pretende que sea efectiva, no tiene norte, ni brilla con luz propia, así que es más que entendible que un líder más que acreditado como Felipe haga por oficializar su discrepancia y su critica contra el gobierno de Zapatero.
La absoluta independencia hacia la política que se ejercía, optada por diferentes excargos del PSOE, han hecho que muchas de las cosas que en el seno del partido que han pasado, desde que Zapatero le arrebatara a Bono el poder del partido, hayan sido como un ensayo general, desde entonces han habido días de vino y rosas dentro del partido, elecciones ganadas por el toque de campana en el último minuto como pasó el 11- M, y luego estas actuales que tenemos impregnadas por una bestial crisis que nos ha arrastrado casi a la ruina. Lo que está pasando es que se están maquillando muchas de las cosas que de momento no se le ve la solución, y el Presidente trata de desviar la atención en otras cosas como el tema del reformismo para hacer frente a la crisis, o esa postura más bien didactorial y flemática que está teniendo sobre el cierre de Garoña y su estrategia que tiene sobre la energía nuclear.
A Zapatero esta forma de “intromisión” de Felipe no le ha gustado nada, sabe que el expresidente ha hecho juicio de la política que está haciendo Zapatero, casi es como si le hubiera dicho que se meta en sus cosas y que se retire de la escena, que en esta obra no tiene ningún papel.
Entre credibilidades esta la cuestión, Zapatero de verdad es que la tiene escasa, la pierde cada vez que opina o quiere dar una solución a esta crisis y se mantiene firme en su puesto, por eso la opinión generalizada es que es el Presidente español con menos idea de lo que es la economía que ha tenido España nunca, y sin embargo es el que más gigante se siente de los Presidentes que hemos tenido desde la transición, ¡Genio y figura……!
Salvador Barnes
Periodista
