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Arona 12 de Marzo de 2009
¡Queremos empujar, pero hacia dónde!
Volvemos a tocar y escribir este tema latente y candente
que estamos viviendo. Seguimos apostando por ese gran
Consenso Nacional que tanta gente pide y que sin salirse de ninguna casilla pensamos que es el momento y el más acorde que se pueda tener políticamente.

Pero como todo, hay que dar si quieres recibir, se está pidiendo que se sea generoso y traten de olvidar, o por lo menos aparquen esas pequeñeces partidarias y actúen con la grandeza de la situación, y que el ciudadano está pidiéndolo a gritos sin saber exactamente a dónde mirar.
El Presidente Zapatero ha logrado con su forma de ser, su singular postura hacia los grandes problemas que se han dado en nuestro quehacer cotidiano, ha logrado transformar su mandato en una forma más que única de ese presidencialismo en donde su palabra, gesto u obra es Ley.
Resultado inminente que suceda que a su Gabinete Ministerial no se le tenga en cuenta por el electorado y no tenga sitio en una gobernabilidad tan extraña como la que se tiene hoy en España de la mano de Zapatero.
Se proyectan cosas que no se hacen, se dicen cosas que no se piensan, hacemos murallas del infundio y del desprecio que se hace más absoluto a toda aquella gente que trata de promover y dar soluciones a esta hecatombe que nos está arrastrando a todos los españoles.
La vida política en España señores no existe, está de vacaciones, no se les oye para nada a sus Señorías, aparte de un par de "mítines" hechos por otros dirigentes socialistas cara a las Elecciones de Galicia y del País Vasco rematando esos discursos el Presidente Zapatero, es en lo único que hemos visto algo de movimiento.
El Congreso de los Diputados apenas está abriendo el "kiosko", será que todos piensan que no pasa nada, que va todo sobre ruedas ¡Sin novedad Señora Baronesa!, título este de una opereta más que apropiada para estos momentos de "calma chicha" que está disfrutando el Gobierno de Zapatero.
Pero leyendo al maestro Aberasturi confieso que comulgo con él en la forma de pensar y en lo que dice. Si ahora no pasa nada que estamos a punto de tocar los 4 millones de parados, que será cuando pase algo.
En todas las arengas que oímos de los primeros espadas de la política "Monclovita" dicen y vienen a decir lo mismo, es casi como una orden cuartelera que ordena el más chusquero de los sargentos cuando alguien dice ¡hay que arrimar el hombro! quedando como una sentencia que queda en un inmenso eco para que el ciudadano tenga esa concienciación de lo que está pasando en su entorno a sabiendas de saber que su Gobierno se está ocupando de todo y por eso nos pide ese arrime de hombro.
Pero sí nos gustaría que nos dijeran estos iluminados de Occidente, el esfuerzo de arrimar el hombro que se nos pide, hacia dónde hay que dirigirlo ¡carajo!
Salvador Barnes
Periodista