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Arona 23 de Enero de 2009
¿Una política nueva?
Después de ver esa gran fiesta de la democracia con la jura
a la Presidencia de los Estados Unidos del ya Presidente
Barak Obama, juramento que lo hizo sobre la misma Biblia que juró el Presidente Lincoln, hay que decir que esta forma de hacer y presentar la política por el hombre que la llevará a mejor puerto posible, no aburre, no puede nunca aburrir.
El reto que promulga Obama y que es más que una invitación a su pueblo para que juntos vuelvan a ser lo que siempre han sido, la primera potencia mundial, esto, de verdad que no puede dejar indiferente a nadie y menos aburrirle.

Dos millones de personas le arroparon frente al Capitolio, más varios cientos de millones a través de la televisión en todo el mundo, más que cualquier espectáculo, e incluso más que si hubiera sido una confrontación deportiva de un campeonato mundial.

Nadie ha sido ajeno a este fenómeno cívico-cultural y político llamado Obama, que hizo un discurso impecable y directo a todos los temas normales y acuciantes que tiene la sociedad norteamericana, nadie se sintió fuera de él, se convocó a todos en el esfuerzo, a los marginados, a los parados, a la gente que no puede hacer frente a sus necesidades, a todos, al pueblo en si. A este le enfocó el 40% de su discurso, el otro 30% fue para su etnia, a sus raza, magnífico con su frase de que todos en América somos iguales, muchas lágrimas se derramaron por aquellos que creían que todo esto era un sueño, que un negro estuviera en la Casa Blanca, que uno de ellos fuera el Presidente, el resto del discurso lo planificó a los problemas internacionales y de la voluntad que tendrá la nueva administración en cumplir todo lo que se dijo en su campaña.

Hoy, y con ese magnetismo que ha enganchado a millones de norteamericanos y ha dejado con una amplia sonrisa de simpatía hacia este orador Barak Obama a todo el Planeta, los Estados Unidos va a volver a pedir ese sueño americano que siempre se ha buscado.

El mundo esta ansioso de empezar a ver lo resultados, llevamos ya casi dos días desde la toma de poder y la ciudadanía está expectante .

Nunca ningún líder político ha levantado y despertado más expectativas en el mundo que este nuevo Presidente. Como vimos, el poder de convocatoria que tuvo dio de pleno. Estados Unidos es una gran democracia, que a pesar de los errores o penurias pasadas siguen trabajando y confiando en tener un futuro óptimo, poniendo siempre como testigos mudos a los padres fundadores de este país, para seguir con ese voto que asegurará la libertad de todos los ciudadanos americanos.

El discurso que disertó Obama se ha analizado como de más optimista que programático, como parecía que no podía ser otro. Se refirió a los Países Árabes, a todos les abrió las manos y con la confianza de llegar a los máximos acuerdos de una nueva política para esa parte del mundo (aunque ayer en Irán ya estaban quemando retratos de Obama).

Anunció el cierre de Guantánamo, siguió con el tema de una retirada de Irak, esta está pactada, incluso con la oposición republicana, sin que se sepan las fechas y en qué condiciones.

Empecemos pues la Era Obama. ¡Arriba el Telón!, empieza la gran obra, la que todo el mundo espera que sea aceptable y honrosa para todos, ya que más de un 80% de norteamericanos le han dado el respaldo más valioso, y es la confianza que han depositado en su política y en su persona.
Todo estuvo lleno de gestos sublimes y sentimentales, en el caso a sus mayores, a los expresidentes, la amabilidad que tuvo con la oposición, al Senador Eduard Kennedy y a toda la colonia presbiteriana negra, el espectáculo que dio, la emoción de verles cantar el Himno Americano y por supuesto el broche con la actuación de Aretta Frankling con su América América.

Salvador Barnes
Periodista