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Arona 9 de Diciembre de 2013
Léalo despacio,
pero bien despacio
Hoy la carta está inspirada en un amigo
y digo amigo con la total seguridad del
significado de dicha palabra. Amigo es
aquel que te aguanta, que te quiere,
que esconde tus errores y tu escondes
los suyos, esperando que el tiempo cambie las actitudes siempre a mejor.

A principios de diciembre, cuando estábamos desayunando acompañados de más de tres personas, es decir, otras personas, no amigos, mi amigo decía que las navidades eran una falsedad, que no les gustaba y que eran una m., para no escribir exactamente sus palabras. Si en este momento los dos tuviéramos las mismas actitudes, seguiría disparando frases mal sonantes a su favor, pero este día tenía buen rollo, algo que intento tener todos los días y le dije, ¡Amigo!, ¿Tú crees que los demás son tontos y no piensan como tú? Pienso exactamente igual, pero una papa podrida pudre todo un saco y los niños no tienen culpa de las amarguras de los adultos.
Estas fechas son de ilusiones mil para los niños esperando con emoción los regalos de navidad y debemos respetar compartiendo esta historia con ellos. Cuando sean mayores y conozcan a los capullos como algunos de nosotros, ya sufrirán sus come cocos de mentiras y verdades vividas en la sociedad. La vida es un juego, un teatro donde cada uno escribirá su guión, para actuar sobre el planeta Tierra, que es el escenario más grande del universo.

Intento cada día, escribir mi guión y confieso ser un egoísta, pasando de casi todo el mundo, igual que hacen conmigo. Los amigos no caben en los dedos de mis manos y la familia lógicamente está en primer lugar, pero el premio debe llevárselo cada uno de nosotros, porque primero, después tu y después los demás, según su lugar en tu espacio que vivas. ¿Lo comprendes? Si piensas que la vida es un asco, que todo es una mentira, que la crisis nos hunde, que esto no hay quién lo arregle, te diré que no pienses más porque tienes razón, pero ríe igual que yo.

Como dice la canción de Silvio Rodríguez, ríe, ríe, ríe, ríe de verdad, como una animal que ha sido puesto en libertad. Espero que comprendan la carta. Un abrazo a todos.

Juan Santana