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Arona 11 de Mayo de 2013
Caminando sin esperanza
Caminando sin esperanza no podemos ir
por la vida, aunque muchos tienen motivo,
para llorar y con ganas. Las deudas, un amor
que le deja, un ser querido que fallece o
cualquier motivo, que habrá infinitos.
Estamos viviendo momentos de crisis económica, pero los que hemos estado viviendo de una manera arriesgada, en la calle y volando encima de la mierda durante casi toda la vida, somos los que estamos acostumbrados a tener mucho y a no tener nada.

El otro día vi a una madre como abandonaba a sus hijos porque decía que no podía mantenerlos y sinceramente no me creo nada, sobre todo en esta parte del planeta donde tenemos ayuntamientos para plantarnos en la misma puerta y aburrirlos hasta que nos ayuden de la forma que sea, porque siempre hay una esperanza, siempre habrá una forma de escapar en esta parte del planeta donde sobra la comida y además sobran los majaretas.
Esta parte es una parte de locos, de falsos caminantes llorando de que todo está mal y sobre todo cuando sale de algunas personas que están montados en el dólar, con más de cinco o seis casas, sirvienta en casa, profesor particular que va a la misma casa, para dar clases a sus hijos. No me creo nada, absolutamente nada.

Caminar sin esperanza es volar como las águilas esperando ver la presa, para dirigirse al suelo y cogerla, para vivir al día. Hoy España lo tiene difícil, porque si soluciona el tema de la crisis, volverán las oscuras golondrinas refiriéndome a las pateras que vendrán a cientos, porque como todo va bien, pues volvemos al mismo rollo. El problema es internacional y no nacional y eso si que es grave.

Siempre ha existido el hambre y las guerras en el mundo, pero hoy día con el bombardeo de información que tenemos a través de los muchos medios de comunicación, estamos con el coco comido y nos han inyectado el virus del amargado, del todo va mal. Están los desahucios y como los humanos estamos más menos unidos, que el perro y el gato, poco a poco nos llegará a la mayoría la sangre de todos. O nos unimos o nos hundimos y el problema está en cómo hacerlo.

La cuestión no está en saber quién soluciona el problema, sino en saber quién tiene el número de teléfono de la persona que va a solucionarlo. Los seres humanos han buscado la forma de cada vez irse más lejos del Planeta Tierra y cualquier día van a toparse con algunos marcianos en esas lejanías y se formará una guerra, porque nuestra raza lo único que sabe es hacerse daño a sí mismo. Somos una plaga de bichos dañinos en gran mayoría. Son pocos los que actúan como Teresa de Calcuta y muchos los que actúan como hijos de p. A man

Juan Santana