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Arona 22 de Mayo de 2012
Las judías de mi madre
Qué bonito es encontrarte con personas
que conoces hace muchísimos años. Tuve
la suerte de encontrarme con montón de amigos
de la niñez y el tiempo fue bueno para todos aquellos que nos encontramos, porque todavía podemos contarlo. Todos tenemos sufrimientos interiores, pero no todos saben llevar amarguras, disimulando el dolor. Algunos van por la vida sin poder disimular sus amarguras y eso no es muy bueno, porque puedes terminar agobiando al vecino.

Hoy vamos hablar de un plato famoso de la isla de en frente, la isla de los canariones. Nuestras madres habrán escuchado una palabra extraña puede ser, pero estoy seguro que las nuevas generaciones, están muy lejos del significado de este potaje tan rico, cargado de judías sabroso como  él solo. ¿Habían escuchado la palabra rehogado? Mi madre llama a un potaje especial de judías con este nombre y no hará falta decir que todas las comidas de las madres son una pasada.
Llevaba muchos meses sin ver a mis padres y arrancamos un fin de semana, sin saber que coincidía con las fiestas de San Isidro en Sardina del Sur y en dichas fiestas aprovechamos para ver a montón de amigos ancestrales. Este año quise preguntar bien la receta del rehogado por si algún día entro en el espacio de los cocineros, esperando lo mejor posible, pero no sé, no sé. Les diré la receta por si algún lector quiere animarse a la aventura de hacer un  rehogado, con los efectos secundarios casi seguros.

Mi madre dice que las judías deben ser de las buenas, es decir, de las que dejamos un día antes de remojo y haremos un rehogado para cinco o seis personas. Primero se hace una fritura con cinco cebollas bien picadas, aunque moleremos todo esto al final. También ponemos ajos, pimientos rojos y verdes, con un pizco de sal. Una vez esté bien hecha la fritura, añadimos agua y seguiremos dando fuego hasta que nuevamente hierva. No podemos olvidar el tomillo y el laurel, ni el chorizo para que todavía tenga un sabor más profundo. Una vez esté hirviendo todo esto después de molerlo bien con la batidora, añadimos las judías, un kilo aproximadamente y dejamos que hierva a fuego lento, durante una hora o un poco más. En caso de querer añadir papas, pueden echárselas cuando falten más o menos veinte minutos para apagar el fuego.

Antiguamente muchas personas tapaban los calderos. Estoy  refiriéndome a mis abuelas y mi madre, tapan los calderos con paños de cocina, después de apagar el fuego, para que todavía sienta muchísimo más calor y ponga súper tierno los productos alimenticios. El rehogado de judías tiene el máximo nivel y estoy seguro que si un productor de cine, hiciera algo con este plato, triunfaba. Espero que algún lector tenga las ganas o se anime hacer un rehogado y ojalá salga un buen plato, con el mejor sabor. ¡Jesús! ¿Cuánto tiempo llevamos hablando? Hoy es lunes día 21 de mayo del 2.012 y estoy hecho polvo, cuando las 17:46 de la tarde. Un abrazo.  Voy a dormir muy a gustito…

Juan Santana
Comentarios
siga usted repitiendo.muchos seguimosleyendo. Me gustas. Alicia
Te repites mucho tio...beautifull name