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Arona 15 de Mayo de 2012
Dedicado a Eduardo Vargas,
de Hospiten
(1ª parte)
Quiero compartir una historia donde demostramos una vez más que a veces  no vale la pena hacer planes, porque ninguno será cumplido, pero es la misma vida, el día a día. Espero disfruten o sientan que han vivido situaciones parecidas. Quedo con un amigo a las cinco de la tarde para ayudarle en su empresa para levantarla y tirar hacia delante, pero resulta que está en El Paladar tomándose unas copas con más amigos.
Estamos un ratito, tomamos un café con leche, pero termino tomando un licor y luego cantando, riendo, contando anécdotas. Suspendemos salir a buscar trabajo y decidimos dejarlo para el siguiente día, ¡Total!, un día más, un día menos. Luego teníamos pensado ir a echarnos unos pulpitos, papas arrugadas y pollo, pero mi amigo recibe una llamada de su mujer diciéndole que su hijo acababa de ser despedido y lógicamente la tristeza invadía su hogar. Suspendemos la cena y conozco a Eduardo, administrativo de Hospiten.

Eduardo confiesa que lee eldigitalsur cada día, porque está enganchado porque tiene un buen formato, noticias diarias, las cartas y en resumen, le gusta. Tomamos la copa y Eduardo recibe una llamada de Fañabé, donde están celebrando un cumpleaños de otro amigo, Memel. Allí está el médico Boca Negra, Pedro el director del Hotel Gala y más personas. Eduardo mi amigo de hace dos horas, habla conmigo pidiéndome por favor que vaya a dicho cumpleaños, porque por lo visto, les hacía ilusión que fuéramos, en fin.

Pues nos animamos y tiramos para Fañabe con la guitarra del dueño de El Paladar, restaurante situado frente al Hotel Noelia. Llegamos a la casa de Memel, el amigo cumpleañero y nos reciben con todo el amor del mundo. Allí estaban su mujer, su hija, el médico Boca Negra de Hospiten, Luis y más personas. Estaban preparando carne a la brasa, atún en salsa, papas guisadas, buen vino y llegan las demás personas que estaban en El Paladar, con más guitarras. Comienza la fiesta con música, chistes, risas, buen rollo y sin olvidar a mi amigo Pedro Pérez, que estará en su casa intentando animar a su hijo, porque estaba triste, ya que fue despedido, pero tenemos claro que se soluciona, porque su tío Titi o Juan Cobos, es más testarudo que un becerro.
A las diez y media de la noche aproximadamente, decido irme y Eduardo viene conmigo, porque vino en mi coche. He conocido muchísimas personas, con buen rollo y ahora termino para esperar a mañana, a ver cómo quedó el tema del hijo de Pedro, porque igual hay sorpresas, porque Juan Cobos, cuñado de Pedro, tío de su hijo, iba hablar con el dueño de la empresa donde trabajaba el hijo de Pedro (que rollo). Si han perdido el hilo, vuelvan a leer, porque está todo claro. La vida da sorpresas como esta y cuando estás organizado para un asunto, te encuentras en otro que no tenía nada que ver.

(2ª Parte)
Todavía estamos esperando respuesta de Juan Cobos, Titi para los amigos. A los lectores que hayan gozado o incluso conocido algunos de los actores, decirles que espero que les guste la carta de hoy y a los demás lectores, si no les ha gustado, perdonen las molestias. No voy a decirles lo que dijo el Rey, porque yo si volveré hacerlo.

Juan Santana