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Arona 19 de Marzo de 2012
Dedicada a José Manuel Duarte
José Manuel Duarte es una persona que vive de
lo que encuentra en algún contenedor grande o
pequeño y de alguna ayuda de Cáritas. He ido
conociendo a este ser humano y casi todos los días nos encontramos en el paseo de la playa de Los Cristianos al sur de Tenerife. Algunas veces hablo con él y poco a poco vas sabiendo más de su vida.

Según sus palabras, tiene cuatro hijos, es de La Laguna y por el destino de la vida, ha terminado siendo un…vagabundo, abandonado, solitario, desgraciado, tirado o cualquier adjetivo que usted quiera opinar, pero es una persona con mala suerte, pero siendo positivos, está vivo y a través de esta carta dejaremos huella de que pasó por el planeta Tierra. La información que escriba será siempre según sus palabras.
En el caso de un apocalipsis y el mundo termine destruido con la caída de meteoritos y volvamos a comenzar, terminará como todos y con todas las historias y terminaremos siendo nada. José Manuel Duarte algunas mañanas se dirige a un supermercado para ponerse en la puerta y pedir limosna a los clientes que salen y si tiene suerte consigue algunas monedas para el día. Luego dichas monedas irán para un zumo o un tetrabrik de vino peleón que compartirá con sus amigos del gremio y  terminarán con un pedo lúcido riendo o peleando según les ilumine la luna existente.

Estuvo tres meses en el Hospital de La Candelaria y una mañana temprano fui a visitarlo porque me dio la gana, porque algo empujó hacerlo, pero llevando su nombre y apellido, respondían que no estaba en dicho hospital y sin embargo sí estaba. No voy a profundizar en por qué no querían que visitara a José Manuel Duarte, pero la realidad es la escrita en esta carta. Ahora miro el presente de este hombre que está viviendo una vida más, hasta que termine.

Son muchas personas las que están en una situación parecida y la impotencia lleva a escribir porque cómo decía el poeta, siempre queda la palabra. Estuvo tres meses en el Hospital de La Candelaria y llegué a pensar incluso que había muerto. Según comenta José Manuel tiene que ingresar nuevamente y espero que así sea, pero no tengo claro si tiene que ir por su cuenta, si van a llevarlo en una ambulancia o si decide ir o no ir. En el caso de que lo encuentre nuevamente sentado como cada día en cualquier banco del paseo de la playa de Los Cristianos, preguntaré si tiene transporte para ir al Hospital, para si no tiene, yo mismo llevarlo y así todos llevaremos la vida de José Manuel Duarte, igual que millones de españoles llevan la vida de Belén Esteban, o la de Undangarín o la de cualquier famoso de los que salen en los diferentes medios.

La vida es un cúmulo de sorpresas positivas y negativas, una carga de ilusiones y emociones. La vida son páginas de ilusiones, mentiras y verdades compartidas, las de cada uno, las de todos. Las tristezas endurecen el alma y enseñan a comparar. Esta historia está muy lejos de las infinitas que podríamos contar y pasarán los días dónde quedarán en la nada.

Juan Santana