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Arona 28 de Febrero de 2012
Mi accidente de tráfico en Bristol
No sé cuantas veces he visitado Inglaterra, sobre todo
Londres y reconozco que tiene su encanto. La he recorrido
de punta a punta aunque si preguntan por los lugares donde
estuve, solamente puedo responderles en Londres y en Bristol, porque no tengo más nombres en mi carpeta cerebral. Bristol es inolvidable porque en este lugar tuvimos un accidente dónde hubo una mezcla de susto y simpatía.
Llevábamos casi ocho horas por carretera y cuando llegamos a un stop, el
sol nos quitó la visibilidad y no vimos un coche que venía y nos chocó en todo
un lateral. Mi primera reacción fue mirar al asiento trasero donde estaba mi hija
y luego a su madre delante. Compruebo que no pasó nada y salgo bailado del coche. El otro coche estaba menos dañado y era una pareja de ingleses, pero en este caso el conductor estaba sangrando un poco bastante en sus brazos
.
La policía llegó enseguida y llamaron a una ambulancia, donde observé que eran unos profesionales de la medicina, porque miraron súper bien a los accidentados. Los policías nos trataron fenomenalmente y nos llevaron a un hotel cercano, justamente con el nombre de Bristol. Es curioso que la misma policía nos llevara al hotel, porque no suelen hacerlo en España y un amigo policía me contó que aquí no suelen hacerlo porque no tienen seguro para más de dos personas.

Nuestro coche quedó inservible y tuvimos que esperar que nos dieran otro. Tuvimos el error de no asegurarlo a todo riesgo y hubo que pagar quinientos euros por los gastos. Esa noche en el hotel bailé con mi hija y pedí una cena guapa para celebrar que seguíamos vivos y por la mañana en el desayuno más de lo mismo.

Llevaba mi guitarra y recuerdo que paseaba por los pasillos del hotel tocando y cantando, mientras las chicas de la limpieza flipaban con mis tonterías canturreando, además bailaban mis ritmos. Cuando llegó la hora de pagar, voy a la recepción con la mosca tras la oreja porque era un hotel de lujo donde iban los más pudientes a jugar al golf, pero la directora era súper simpática y dijo que sus vacaciones siempre se las pasaba en Tenerife. Dijo que se había reído mucho con mis gilipolleces cantando y no nos cobró nada. Seguimos camino a Liverpool y pasamos por unos lagos preciosos, donde toda mi vida voy arrepentirme de no haberme parado y sentarme un ratito para disfrutar de esa bella naturaleza y todo porque decían que había prisas….pero este es otro tema.

Londres es un lugar donde hay millones de personas de un lado para otro comprando, disfrutando de un mundo donde el materialismo es una bomba predominante en el ambiente, pero tiene algo especial. Se mueve el dinero cómo en Las Vegas, pero de otra manera. Los nombres los olvido. Picadilly, los metros, las guaguas de dos pisos, la mayoría de las veces lloviendo, un fresco soportable y si hay algo que me marca muchísimo son los museos…. Es una cultura diferente.

Juan Santana