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Arona 31 de Enero de 2012
Para los que conoz
an a James Brown
James Brown fue un músico, bailador, cantante
de la música soul. Cuando trabajaba en Sioux City,
un poblado del Western, donde hacían espectáculos de indios y pistoleros, hicieron una parte para espectáculos nocturnos y para la inauguración trajimos a James Brown. ¿Qué podemos decir sobre James Brown, en paz descanse?

Pues que tuvo una vida bastante ajetreada. Montón de multas por exceso de velocidad y borracheras y que dejó bastante huella de su época. Su música era bastante energética. Recuerdo que cobraba siete millones de pesetas por un concierto de una hora y quince minutos aproximadamente.
Decirles que mi propio padre fue el encargado de llevar todos los trámites con el manager vía telefónica desde Gran Canaria a Nueva York. Pidieron que el escenario montado un día antes del gran concierto. Pidieron que tuviera doscientos metros cuadrados, que fueran dos furgonetas al aeropuerto a buscar a los músicos y un Mercedes para James Brown. Pidieron dos suites en Bahía Feliz, a menos de un kilómetro de donde sería el concierto.

Yo era el acomodador y las entradas estaban numeradas. El precio de las entradas era de veinte mil pesetas con derecho a una barbacoa con chuletas de cerdo, pollo, papas arrugadas, ensalada, salchichas y barra libre desde las siete de la tarde hasta las diez de la noche. Luego el concierto sería a las diez de la noche, pero no podían llevar bebidas a dicho concierto. A pesar de que las entradas eran a ciento veinte euros, entraron unas setecientas personas y hubo casi treinta mil euros de beneficio.

James Brown pidió un camerino con agua sin gas precintada, coca cola, unos sillones de sala bien cómodos y un secador de pelos como los de las peluquerías profesionales. Una anécdota simpática fue cuando estaban entrando las personas a la parte del concierto y yo siendo el acomodador, un blanco me llama quejándose porque un negro había cogido su lugar de asiento. Fui donde estaba el moreno y dicho moreno sentado tenía la misma altura que yo de pié. Hablaba con el negro diciéndole que su puesto era del blanco, pero el negro no hablaba y miraba para mí con unos ojos de perro presa y con la mirada me asfixiaba. Entonces le dije al blanco, ¡Colega!, ¿Por qué te preocupas por este puesto, cuando sobran montones? El blanco se dio cuenta que no había nada que hacer y si aquel negro se nos revira íbamos a tener un gran problema.

Recuerdo que el día anterior al concierto todavía estaba pintando los números de los asientos y el pestazo a marihuana era increíble, porque los músicos no dejaban de fumar hierba mientras probaban el sonido. Se movía mucho dinero, porque recuerdo que el dueño del Poblado era un millonario y escuchaba al encargado diciéndole que habían comprado un equipo de sonido para el poblado por valor de once millones de pesetas, es decir, unos sesenta y seis mil euros y parecía que le importaba un rábano. Cuando acabó el gran concierto, James Brown simplemente dejó unos calzoncillos rojos en el camerino, además de dejar claro que no quiso firmar autógrafos para nadie. Colorín colorado, este cuento se acabado.

Juan Santana
Comentarios
angel luis araña padilla.
yo estuve en ese concierto, en el sioux city.consegui entrar como fotografo del diario la provincia,junto con un amigo que empezaba su andadura en el periodismo,jose barrera.el concierto fue una pasada,impresionante, el mejor que he visto en mi vida.comenzo a sonar la musica y salio un negro tocando el saxo, que se metio entre el publico , que yo recuerdo eran todos rubios,a los cinco minutos de estar sonando, se oyo una voz que dijo ... and now james brown y nos volvimos como locos a verlo bailar y cantar.tuve la oportunidad de sacar muchas fotos y un primer plano impresionante desde abajo para darle mayor impacto.al final tuve que dejar la camara a un lado, mis pies no podian dejar de bailar....una experiencia inborrable.
angel luis araña padilla.
mucha gente sigue sin creer que james brown estuvo aqui... pero si estuvo y yo doy fe de ello.