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Arona 25 de Enero de 2012
Las verdades nos importan
un rábano
En las pasadas navidades tomé un descanso al cerebro y no escribí mucho sobre política. Pienso que es una pérdida de tiempo luchar a lo bestia por los problemas de la sociedad, porque casi nunca terminamos de solucionar el problema.
En los ayuntamientos tenemos una fila de enchufados familiares o amigos de los que están más cerca del poder, pero esta verdad nos importa un rábano y simplemente nos limitamos a contarlo en los bares, en las plazas, en cualquier lugar, o en cualquier medio. Está todo tan entremezclado que podemos compararlo con una corriente del río donde es imposible nadar en contra, porque terminas ahogándote o muerto de cansancio. Últimamente estoy viendo más a Rubalcaba en las televisiones que a Rajoy y pregunto por qué está tanto tiempo en los medios dando la tabarra y no espera un par de meses o un año, para ver si de verdad tenemos un cambio a mejor.

En el caso que ocurra algo grave por supuesto debemos salir y dar caña, pero han pasado menos de tres meses de las elecciones y prefiero esperar a ver qué pasa. Socialistas y otros partidos de la oposición todavía no han asimilado que han perdido las elecciones y están gritando de dolor, pero en mi caso personal no veo feeling, no siento esa atracción a escuchar sus comentarios, además tengo que ser sincero y Rubalcaba no me gusta nada. A lo mejor si entra Chacón o otro caballero que tenga otro carácter, puede ser que dedique un poco más de tiempo a escuchar sus historias.

Vivimos en un mundo competitivo donde nos acechamos los unos a los otros, para adelantar ofertas que tengamos para vender. En la calle notamos las empresas ofreciendo sus productos regalando y tirando la casa por la ventana, con la única meta de estar ahí en la cresta de la ola. Empresas de bebidas alcohólicas y comestibles ofrecen sus productos, sus carteles, incluso dinero, con tal de no perder un cliente que interesa. Es la lucha del día a día igual que hacen los políticos cuando luchan por ganar las elecciones prometiendo y asegurando que tendremos hospitales, seguridad, trabajo, zonas verdes y montón de cosas más y cuando llegaron al triunfo electoral, comienzan las informaciones de las crisis, de los despidos, de que no hay dinero para hacer hospitales y así infinitas noticias.

Vivimos en un mundo lleno de culturas y formas de pensar tan diferentes, que, al final, todos tenemos la razón en lo referente a que nos gusta la buena vida. Pienso seguir esperando unos meses, para ver si de verdad cambiamos a mejor con el Partido Popular, porque no queda otra sino esperar con paciencia.

Debemos ser positivos y no caer en el hoyo de la oscuridad donde todo tiene la mala noticia, el que todo va mal. Por más que lucho por la limpieza, al final pasa el tiempo y vuelvo a ver los solares llenos de mierda, de sillones, bolsas, garrafas de agua, latas de cerveza vacías. Por más que luchamos por un proyecto, siempre estará el que la encharque y sin embargo, sigo sonriendo a la vida. No queda otra sino seguir hacia delante con paso elegante. No queda otra que buscar la forma de solucionar los problemas entre todos aquellos que nos comprendemos y queremos participar.

Juan Santana