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Arona 15 de Diciembre de 2011
Leo y Aprendo
Leo con su camisa amarilla está vivo y coleando. Hace cuatro años en los montes de Anaga mi amigo Leo se perdió. Le gusta el senderismo, así que el hombre comenzó a caminar por aquellos bosques montañosos sin esperar que entrara una neblina que lo hiciera perder los caminos.
La palabra amigo tiene un significado profundo y cuando digo que Leo es una amigo, les diré que hicimos amistad en algunos de mis conciertos, que él acompañaba haciendo piruetas artísticas mientras el grupo sonaba. ¡Sigo con la historia! Resulta que mientras buscaba el camino de aquella forma que podía, cayó por un precipicio de cientos de metros, pero abrió las piernas y tuvo el milagro de caer encima de unos troncos de árboles que estaban en sentido horizontal pegados a la montaña.
Allí estaba él con la pierna derecha echa un cisco, que incluso los gusanos comenzaron a nacerle en medio de las carnes vivas. Pasó cuatro días allí solo con el sonido de los pájaros y la compañía de la soledad. Bebía su propia orina, gritaba, hacía un repaso a la vida porque tenía claro que no volvería a El Fraile, al Sur de Tenerife, donde vivía.
Cuando llevaba cuatro días, decidió quitarse toda la ropa para morir tal y como nació, en pelota. Pidió perdón a todos los que hizo daño y tenía claro que cuando no pudiera más con su alma y con su dolor, se tiraría desde aquella altura de más de cincuenta metros. Pero llegó el milagro cuando escuchó las voces de unos bomberos que estaban por la zona haciendo prácticas de senderismo y ahí gritó pidiendo socorro.
Los bomberos poco a poco fueron localizándolo y llamaron al helicóptero. Después de esto no para de viajar por el mundo trabajando de guía turístico y viendo la vida de aquella manera tan positiva.....
Felicidades Leo y a todos Feliz Navidad.
Juan Santana
Comentarios
me alegro k todo acabara bien un saludo. Ivan García
Tienes razón Juan. A veces, caminas por senderos montañosos que te impiden dirigirte por el camino correcto o, al menos, por un camino que no perjudique a nadie. No siempre llegan a tiempo los bomberos, por lo que es más prudente ser agradecido con los amigos que en algún momento resultaron tu tabla de salvación. No olvides a los grandes y pequeños amigos porque en alguna circunstancia fueron tus bomberos. Feliz Navidad.
