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Guía de Isora 9 de Abril de 2012
Vacaciones de Semana Santa
Pues no me lo explico ni le encuentro lógica.
Primero porque dicen que no hay dinero y que somos
pobres y que, sin embargo, hay más doce millones
de desplazamientos con la obscena gasolina más cara
que nunca en esta semana de pasión que no son gratis, estos ocho días o nueve. Y, segundo, porque también se dice que este país es en gran medida católico (que es verdad, pero hipócritamente), porque los católicos se van a la playa, para desconectar y ponerse las pilas.

Y como vivo puerta con puerta frente a un instituto observo que estos días no dan clases. Y surge la pregunta que nadie podrá contestar. Pero sí que las procesiones van a más cada año y la fe es indestructible; sólo la lluvia tan querida y tan poco deseada en estos días puede frenar esa pasión de capirotes morados, que se agarran a lo que sea, menos a las rogativas para que venga la lluvia.
. Los he visto llorar desde que tengo uso de razón, antes de meterme a monaguillo, ya se dijo. Lo que no comprendo es el que los alumnos y los profesores se vayan a descansar durante diez días más o menos, respetando las tradiciones, antes y ahora. Nada que ver con la crisis eterna. Ni que no se pueda comer carne (salvo el que pague la bula) el viernes santo, como si el pescado no sufriera la asfixia al sacarlo de su ambiente habitual y el cherne, la corvina o el bacalao, no tuvieran su corazoncito. Aunque hay que citarlo: algo se ha avanzado porque en mis tiempos la gente ni se lavaba – me imagino esas verijas -  como si fueran peninsulares ni se movía fuera del recinto de los bares de la plaza. Una tradición fina y plena de recorrido cultural, con mucho dolor, que pueden verse hasta en alta definición. Equis por equis y me llevo una, con la tableta de un mega millón de píxeles que acaba de salir al mercado por un módico precio de alta velocidad con tarifa plana, plana, muy plana. Tienes que estar al loro, abuelo, porque este jueves es el jueves y el viernes es el viernes. Y el miércoles que vendrá (Sabina) Guay.

Veamos, pues, algunos “pasos” (…) llenos de alegría: La Virgen de la Amargura, el Señor de las Tribulaciones, La Burrita, Virgen de Dolores (que preside una romería aunque esté llena de dolores y enlutada), Calvarios, Gólgotas y patíbulos, Vía Crucis (cualquier autopista y no es una frivolidad), Nuestra Señora de las Angustias, El Cristo de los Gitanos una vez al año,  La Magdalena llorando como lo que es y la Verónica mostrando desde hace más de dos mil años la efigie en su pañito que quitó el sudor; o el Cireneo, trabajador sin contrato (…) que muestra su momento de gloria en la magna  o la urna sin partido ni oposición. O los santos varones, sin expresión pero antiguos acompañantes, o sogas, ataduras, látigos y cruces, muchas cruces… pura alegría, camarada. Ay, ay, ay….se queja el cofrade al que le ha caído una gota de cera del cirio que porta militarmente, atenuado sin duda por el sonido indescifrable, misterioso y altruista de las bandas de música. Un milagro de verdad.


Lo cierto es que no comprendo, o sí, el porqué hay vacaciones y el país se para estos días. Y se para más todavía cuando el número de parados ha llegado a cifras insultantes. O, además, el porqué los que se confiesan apostólicos y romanos (…) se van a la playa o se echan al monte aún no quemado y no asisten a los cultos de su religión irreductible que – dicen – es la verdadera. Auque sea para cargar las imágenes milagrosamente vivas en cada parroquia de cada pueblo, a pesar de los curas, obispos, cardenales y el resto de la curia pederasta. Creo.

Pues hay vacaciones en Semana Santa. Y en Navidad y en el largo y cálido verano. Puentes aparte.

La musa recomienda abrir un pueblerino paréntesis que dice en boca de un concejal, nuevo rico, de Mogán, por ejemplo: “hemos prohibido el fumar tabaco en nuestra playas porque hace daño a los niños y al fumador pasivo”,  y se queda tranquilo este edil, un hombre presuntamente maltratado al que su esposa no le deja fumar. Y en paralelo, Madrid y Barcelona se disputan (…) el Eurovegas que será un inmenso lupanar. Una contradicción. No sé. Dará muchos puestos de trabajo entre los palanganeros y eunucos; entre los croupier y los ludópatas; entre los costaleros avasallados por el clima y entre los seguritas que se crearon al mismo tiempo que la inseguridad y las academias de defensa personal y los gimnasios… y hay que decir lo que uno piensa sin pasarse: clérigos disfrazados de personas que apuestan a la ruleta y a monjitas con máscara de la caridad enganchadas a diabólicos azares, gastándose la caja de la alcancía. Y a un grupo de jubilados románticos jugando al futbolín tradicional, previo pago, naturalmente. Etcétera.

Una enorme casa de latrocinio (iba a decir de putas, pero rectifiqué por que estamos en las fechas que estamos) puede construirse en Madrid o en Barcelona, promovido por un golfete de Las Vegas, y si no me creen vea las fotos. Un casino, una horterada, un negocio que dará muchos puestos de trabajo como las eléctricas; el sueño hecho realidad de nuestros inversores (constructores de la nada) que ven, por fin, la urbanización que soñaron desde que descubrieron el hormigón armado ante los gandules del sindicalismo. Una gozada, ay, suspiran a coro los de la UTE.

Mi nieto, tal vez, se incorporará a sus clases el lunes o el martes que viene después de su ración de tele con procesiones interminables, viendo a sus coetáneos (…) aprender las normas fascistas que acompañan a tallas algunas muy bellas desde la más tierna infancia: nuevas generaciones o juventudes, y las muy violentas películas que le ofrece la nuestra, la autonómica, una poco vergüenza a imagen y semejanza de Willy – el profesor bacterio -  todo placidez, todo inventado hace más o menos dos mil doce años para seguir con este negocio que mueve las conciencias inconscientes (…) y las emociones que rebrotan en las primaveras. Y al nieto le costará recobrar lo poco que le han enseñado porque los maestros y profesores vienen desconectados y le ordenan repasar lo del primer trimestre. Abran cada uno su ordenador y lean lo de febrero, cuando los carnavales. Y, después, apaguen la luz y sus celulares. Reciclen. Porque no hay clases, no se trabaja y la familia se une, ¿lo vio?, no. Tenemos la costa llena de turistas que nos sacan fotos como a tribus exóticas. Y comen hamburguesas o perritos que llevan calientes muchos años como si la cosa no fuera con ellos, y no va con sus sandalias y sus calcetines, tan finos, aunque sus perritos defequen en los espacios públicos para que venga un concejal – nuevo rico – y multe al dueño que tuvo que hacer sus necesidades. No hay derecho.

Resumen: hay vacaciones y parón en esta semana y no lo entiendo. ¿Por qué?  Pues porque cada cual tiene su cruz. Y su historia de siglos que se repite cada año, aunque no llueva.

Gracias a Dios.

Cheche Dorta