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Guía de Isora 2 de Abril de 2012
El ama de cría y el caciquillo
Debería escribir sobre la huelga, los recortes,
la bombona, la gasolina, la amnistía fiscal y otros
asuntos muy actuales, pero como hay que ahorrar
en la luz para que UNELCO siga ganando por robarnos
en la lectura estimada al alza, creí conveniente, el sábado de dolores (…) ensayar presuntamente con algo más ligero. Por lo que hablamos de los lácteos, que no es tema menor.

Sucedió en un tiempo no muy lejano que en las casas de familia había criadas y hoy también, aunque con otra nombre y que servían a los dueños y dueñas por la manutención, cama y comida y un cuarto allá atrás. En serio. Y entre esas mujeres hembras graciosamente conocidas por “acomodadas”, saludables, las hubo cargadas de ubre hasta el punto que no pocas alimentaron a la prole de sus amos y amas, secas como espartos, mientras sus madres biológicas (…) rezaban el rosario y les reían las gracias a sus esposos infieles con su consentimiento, un baladronito el pobre, ponderando su virilidad.
En serio otra vuelta. Ocurrió, insisto; reza noventa avemarías y ego te absorbo pecadora venial, sentenciaban los clérigos también cómplices de confesionario. Como en la actualidad. Y estamos a las puertas de la Semana Santa, con mayúsculas. Nada ha cambiado.

Pues me encuentro en la avenida a una señora de cierta edad que no era habitual en ese paseo. Se conoce que esta mujer resistió hasta hace poco  la receta de su médico de cabecera (…) que no se sabe lo que es lo de “cabecera” y ojalá sobreviva a los recortes de la era mariana nada nueva. Ir a buscar los medicamentos, verbigracia, que no es poco.

Buenas tardes, me dice y le contesto porque se nota que es persona educada y que ya ha   regresado desde la etapa que comprende hasta la entrada del cementerio (…) que lo que importa es volver, sentencia,  y la paro. ¿Qué, caminando?, si, me contesta, me entretengo, tomo agua y no le doy vueltas a la cabeza, ¿me comprende, caballero?, sí. Pues eso. Yo camino por consejo del médico y por echarme fuera de la casa; hay demasiada gente, muchos hijos, muchos nietos, demasiadas nueras y mucha tele ¿lo ve?, sí. Pues le recito, camarada: “en los tiempos en que era pecado enseñar las carnes, hubo mujeres ubérrimas que, cuando era menester, sacaban una tetilla y daban de mamar al adoptivo que reclamaba su dosis, morado como un lirio y llorando como un becerro, perdón. La escena es una criada que da de mamar a un hijo que no es su hijo en el cuarto de atrás. El resto es secundario”

Y haciendo una pausa para un buche de agua mineral, embotellada y bien cara que es, la mujer intenta escenificar lo que haría un escritor frustrado, un monólogo interior dijéramos. Y medita: “En aquel tiempo, nosotros dábamos de mamar a los hijos de los que procreaban por aburrimiento y que sus madres, inéditas, nos cedían para que sacáremos adelante la raza que aún pervive. Un pecho de mujer era un pecado casi mortal, pero cuando el güayete berreaba había que darle y le dábamos, ¿me comprende?, sí; pues esa artesanía formaba parte del contrato no firmado de nosotras las acomodadas. Lo que pasó y pasa es que teníamos un truco – llamémosle lácteo – que inventó sin patente los yogures y la manteca de ganado, con tres o cuatro velocidades que calmaba a los mancovecos producto de la suma y poco más, de ahí su descontrol mental, ¿me entiende?, no.  Pues era y es un caciquilla. Y una lo sabia”

Hay que repetir que las acomodadas servíamos en las casas de estirpe (…) por la manutención y un cuarto allá atrás. Aparte de lo que una, a ver si me comprende, daba de si. Se tiene leche o no. Cosas de la naturaleza. Y, hay que decirlo, si la dueña no apaciguaba su inapetencia, acudía a la Casa Cuna para entregar al fruto de su vientre. Allá lo cuidarán porque hay monjitas que se casaron con no se sabe bien con qué, ellas sí lo saben. No me coma carne que está bien cara y dele a los potajes que tienen alimento, ¿me oyó expósito?, no; y no se orine en la cama porque se queda sin desayuno, pequeño bastardillo que no se preocupa de ser bastardillo pero que no hace nada para borrarse de esa lista ominosa.¡Ños! Y no se lo repito más, bastardillo.

“Fue nuestra particular venganza – se recrea la señora elegante – porque inoculamos en las bocas de aquellos morteritos la sustancia indispensable para que se vean, hoy día, como que son casi, casi, casi, subnormales, aunque hayan aprobado el carné de conducir; los milagros existen.  Podríamos hablar, y callo me llamo, del yogur que se dice griego o turco. Del cacao o del chocolate; de la manteca de ganado o del queso tierno. O del tafor o belete. Lo que no se puede dudar es que los miro, de lejos, y me siento satisfecha porque no son mis hijos. Son los hijos de los que no quisieron tener hijos sino herederos de la nada. No sé. Todo el mundo los conoce y los respeta, porque el respeto es muy bonito (…), muy bonito. ¿Quieres ver mis pechos?, no. Bueno. Pues acabo diciéndole, caballero, que ahí los tiene, mamando como si nada, como si nada…; y me voy,  porque el hombre de la casa está viendo la tele y me pedirá que le sirva la cena…, una sobrevivió a la masacre de los lácteos – reitero -  y al advenimiento, perdón, del yogurt, de los bífidos, perdón, de los activios, perdón y al acoso del tafor, hoy llamado requesón en tiempos de navidades, que no traen sino más estreñimiento y gases…que no me ha llamado, para nada (…),  poderosamente la atención” 

Y se va., aunque me dio tiempo para preguntarle ¿y la huelga, buena mujer…? pues una no hizo huelga jamás, porque los niños pedían alimento y había que amamantarlos, ay, y hoy los veo y no me veo, no sé…fue nuestra venganza. No sé si me comprende. Teníamos que haber hecho una huelga de ubres caídas, pero estaba prohibido….¿lo dejamos ahí, caballero?, sí, creo que es lo mejor para la resaca del día después, olvidarse de los excesos y el descontrol, pues ya la gente dio su opinión y ahora toca aguantar. El resto es pompa y escasa circunstancia,  ¿ve cómo aprendí la enrevesada jerga del caribe…?, sí. Siempre hay alguien oyendo y que difunde, trae y lleva. Como antes. Por lo que voy a prepararle la cena al hombre de la casa, que debe estar en el sillón viendo los goles de la semana. O la Gala. A el le gusta eso. Es brutito pero buena gente. Todavía.

Veeeenga – se despide de forma moderna la mujer – me alegro y hasta mañana. Si Dios quiere. Ya hablaremos de los sociatas que dejaron el país en la laja y de los que ganaron con la verdad por delante. Y del que da primero da dos veces. Ya subirá la bolsa que a todas nos preocupa, del índice y la deuda; de Zoria que es hombre respetoso (yo no soy digno de criticarlo, pero una palabra bastará para sanarme), del petróleo y del turismo y de la paralización del anillo insular.

Vale. Me voy ya porque tengo las garbanzas en remojo. Y la lavadora centrifugando.

Bueno…

Cheche Dorta
Comentarios
Y no te pierdas las lágrimas del conde de Adeje,y de sus adláteres que serán retransmitidas por tv.Esta semana santa promete.Yo no voy a ir porque estoy fuera del arca,esperando a ver si me dan entrada por el ayuntamiento.Feliz semana santa a todos y a todas y no se olviden de confesarse,que Dios castiga, sobre todo a los pobres.