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Guía de Isora 29 de Junio de 2012
La almorrana rebellada
El gobierno de don Mariano y de Santamaría, tanto monta,
propone una nueva medida leve (…) con el pago de 450
medicamentos de uso común, para enfermedades tales
como catarros, diarrea o inflamaciones. Traumatismos
comunes que necesitan de fármacos para que el enfermo alivie su mal. (Esto hay que repetirlo, como una penitencia que es, lo menos 450 veces; y así el feligrés tiene media gloria ganada).
De manera que en boca de la ministra que responde, cuando quiere,
al saludable patronímico de Mato – hermana del expresidente del
Parlamento de Canarias que fue – y que puede usarse de diferentes
maneras: un arbusto, una agresión, un capricho filológico de un aburrido académico de la lengua, nos anuncia otra feliz noticia. Otra más. Y tiene, me parece, la señora Mato cara de no ir al baño en tiempo y forma, pero allá ella; ¿estreñida?, bueno, no quería ser tan radical, pero todo puede ser. También de Guindos tiene la faz que dios nuestro señor le dio y ahí está, repartiendo abrazos (en inglés, ojo) a los gufiados que mandan en la vieja Europa; parece un personaje de Berlanga cuando la emigración. Cabeza tiene para protagonizar una segunda versión de “Vente a Alemania, Luis”. Puede superar a Landa si está bien dirigido.

Es posible, dice un yerbero, que todo se cure con manteca de ganado. Y no le falta razón. Manteca de ganado, también habría que repetirse un montón de veces, porque lo pecuario nos suena. Hay que volver a las raíces. Al unto de camello que es bien fresco o a la taza de agua y olvidarse de infusiones de hierbas importadas. O rescatar la lavativa que es bastante graciosa, sobre todo para el tupido que, inconsciente, se hartó de higos picos. Y se trancó.

Lo cierto es que se decreta otra medida más contra los que no pueden protestar (demagogia) y que contemplan cómo su gobierno al que votaron para que arreglara el desbarajuste de ZP – un inútil que no supo augurar la crisis – les castiga. ¿Fascismo?, naturalmente (hay que repetirlo también), puro y duro. Cualquier matiz es letra menuda., no tanto como Sor Aya.

Regresemos, pues, a la almorrana que es enfermedad crónica y dolorosa.

Porque es así, señora. Mucho bífido activo y danacoles, pero la almorrana sigue ahí, en sus partes. Demasiado yogur, pero seguimos con iguales traumatismos. A lo mejor el remedio es caminar mucho sin ton ni son. Volveremos al reposo, al paso que vamos, sin duda. Y si tiene nervios, relájese y tómese una tila. Es la ecología.

Y es que las medidas de un supuesto ahorro (…) sólo servirá para penalizar a los enfermos (también hay que repetir esta oración, como si de un gol se tratara) que son los más vulnerables y que este decreto facha les agravará su mal. Por algo la ministra se apellida Mato (repetir, repetir, repetir) que tiene su etimología. Hermana, por cierto, del que fue nuestro presidente del parlamento canario (…), un palmero de adopción. Y consorte. O sea, para abreviar, un godo de derechas la segunda autoridad de la región tan tradicional y de lo que da la parra, que – oh – es un mato. Nuestro mundo es un pañuelo.

De forma que los medicamentos para la gripe y otros males comunes habrá que pagarlos, además de sufrir la enfermedad, porque el gobierno que barrió (…) está ahorrando en el sector que siempre ha dominado (¿repetirlo otra vez…?) aguanta lo que le echen y más. Veremos áloe vera a punta pala y proliferar herboristerías como las tiendas del “compro oro”, que han montado los mercachifles sin escrúpulos con rapidez inusitada. Resumiendo: lo del repago es una golfería que lleva a cabo un gobierno con amplio apoyo y que se venga de los ya obsoletos rojillos que tienen la osadía de enfermarse cuando lo que ahora toca es arrimar el hombro en pro de la patria. Ya está bien de tanta medicina derrochada de tanta ambulancia, de tanta cama que sube y baja, de tanto suero…, de tanta pastillita bajo la lengua. Hay que jugar al pádel o al golf, que tenemos infraestructuras para ello. Y hacer mucho ejercicio. Y beber mucha agua embotellada, porque lo potable no se ha definido aún, como el volcán de El Hierro, otra cuestión que nos entretendrá, que regresa y una de las vulcanólogas sin afeitarse y don Nemesio – todo tremor – sentenciando que puede ser que si o puede ser que no. Es una pena enorme, dice, que cuando el pescado comenzaba a recuperarse, vuelven los dichosos terremotos. No hay derecho. Tendré que comer quesadillas a todas horas.

Y acabamos como al principio hablando de la almorrana tenaz y que puede ser inclemente. Y que es cuando los emisarios (los hay submarinos en la excelencia turística) abacoran las terminales del sistema de tuberías, hartas ya de tanto cansino transcurrir – quedó bien esta última frase- y muestra su peor cara. Ese malestar lo atenúa una crema.

Una crema que subirá de precio, para que la almorrana baje su volumen. Y es que vivimos demasiado, hay mucho viejo y – a falta de una guerra – algo habrá que hacer para ir despejando la incógnita. Lo del gas ya no funciona y, encima, está muy caro el barril.

Perdón.

Cheche Dorta
Un remedio muy bueno para las almorranas por si nos quitan las medicina, es la arcilla, benditas abuelas se las sabian todas, pero a nosotras nos dieron la aspirina y nos borraron el cerebro.
Blanca p. Olmo
corderolmo@gmail.com
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