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Guía de Isora 25 de Mayo de 2012
Niños pobres
La verdad es que harto de ver, leer y escuchar tanta dieta
de adelgazamiento o para ir al baño, de  jacuzzis y spa `s
(…), de productos para dar del cuerpo con fundamento,
desfiles de modelos muy flacas, mercadillos (…) del agri-
cultor, hamburguesas gigantes y perritos calientes con todo, paellas comunales, bocadillos gigantescos y chorizos de cien metros lineales, de falsos doctores que pontifican sobre dietas bajas en calorías, yogures griegos – que ya es decir- cocina creativa, vinos o caldos, como diría un ejecutivo - ¿dónde estarán esos cuerpos…? –, alimentos
ecológicos, comida casera, legalización de bochinches o güachinches,
nocillas y tulipanes para que los niños sean hombres de provecho, del
gofio que pocos comen, del arroz de las Canarias pero que viene de donde viene, de liposucciones, perdón, para que el muslo siga prieto y las ubres farrucas; asqueado de ver a las muchachitas (bombo infierno) hartándose de papas fritas mientras pasean para tener una silueta aceptable de cara al verano, por el beso de la flaca, depende; mientras oigo el pitido de los omnipresentes celulares que invitan a una fugaz pareja a citarse y tomamos algo con pocas calorías, ¿vale? y póngame una palmera integral con una bebida tónica; y ver con estos ojos que la furgona que reparte el Donut está radicada en la Calle El Gofio – lo juro o prometo - y que cumple escrupulosamente con el recambio de la frescura cotidiana; del potaje que casi sólo queda el de berros por lo del turismo, de la papona de las fiestas y de las pulguitas y los pepitos (que antes era una vagina imberbe aún), de las tapas y sus rutas, del ordeño de la leche de cabra que ningún mozalbete o moza puede digerir porque le sienta como pesada a su delicado estómago nada agradecido, o la trilla de cereales casi inexistentes o del frangollo que más que una comida alude a una pelea de fiesta tradicional… Obviamos las infinitas variedades del café y la leche que conserva el segundo puesto en las preferencias del respetable en lo tocante (…) al consumo diario, después – natural – del tabaco y del alcohol que son vicios ¿vicios?, tal vez sea un fallo de la medicina, dice un insurrecto al que nadie le hace caso, ni el médico de cabecera que jamás estuvo en la cama del moribundo, aunque se porta bastante bien dada la clientela que atiende.

Etcétera
Y este amplio preámbulo sólo nos da espacio para decir que estoy disgustado al enterarme de que en Canarias ahora, precisamente ahora, ¡hay más niños pobres que ancianos!, una realidad brutal que se produce en la comunidad que, no me lo creo, presenta las mejores cuentas que son las que deben menos aunque deban; no sé si me entienden. Y sí que doy crédito (…) a que hay niños que se van sin cenar a dormir a través de pesadillas ilógicas y crueles. ¿Qué se ha hecho para  llegar a esta constatación…? nada; nada y mucho derroche. Fiestas, puentes, mantener a gandules de todos los gremios, gandolas cargadas de bloques, bocadillos de mortadela y sobres electorales con billetes dentro; inmobiliarias y constructores en manos de analfabetos espabilados – siguen ahí- y sin escrúpulos; jaulas marinas ya abandonadas y emisarios llenos de caca fos en la trasera de los hoteles de la excelencia; carnavales que siempre estuvieron a punto de ascender a primera división y fútbol plagado de mercenarios de afuera que hace años encumbraron a los que siguen en el machito y – dejadme que os lo diga, Zoria dixit – están viviendo su momento de gloria.

Lo de los niños pobres y que pasan hambre es mucho, pero hemos mirado para atrás y el tiempo es lo único que pasa. Ya, tal vez, las islas son una Casa Cuna tridimensional llena de hijos abandonados y que esperan a que una congregación de monjes – los del PSOE verbigracia – los acojan en su seno y que vuelvan al redil de la moderación. Siempre nos quedará “la ciervita”, dice Abreu o el “Santo Hermano Pedro”, pregona Jaime. Un milagro que no es casualidad.

La beatería y el socialismo son incompatibles. Siempre nos quedará Cáritas, aunque Rouco amenaza con recortes en esta oenegé o similar si le hacen pagar la contribución que no paga: una ventaja insolidaria. (Abramos un paréntesis para citar que hasta la desamortización de Mendizábal, la Iglesia Católica poseía el ochenta por ciento de España, hoy es la que tiene más inmuebles). Y sabe el cardenal primado – nadie lo diría con ese aspecto muy parecido al Santo Hermano Pedro en su versión original, aunque vestido de púrpura y el nuestro de cabrero – que muchos agnósticos colaboran con ese apéndice de la Iglesia (muy rica) ejercitando un amor al prójimo que la Iglesia no tiene en cuenta hasta que llaman a los ecónomos para que declaren como cualquiera. Jesucristo, dicen,  echó a los mercaderes del templo; hoy no sé que haría en la bolsa plagada de casposos egoístas, contra las agencias que puntúan a países y mares (…) o a los consejeros que no supieron aconsejar…¿un simulacro de lapidación para que cojan miedo…? es posible y sería divertido llevarle los pañales para que se limpien sus heces, o el chato que es aún más gracioso, casi tanto como la bacinilla bajo la cama..

Nos debería dar vergüenza (iba a decir reflexionar, pero está cerca la Copa de Europa de Fútbol y hay que respetar las fechas) que sepamos lo que ahora se publica, antes no, y que viene a decir que nuestros descendientes, los niños, pasan hambre. Y más vergüenza – el que la tenga – que sólo se hable superficialmente de banalidades que es (o no) una entelequia que no voy a definir porque no puedo. Llevamos mucho tiempo oyendo en la lejanía hablar del hambre hasta que alguien toca a la puerta, ¿quién es?, paz, se escucha y es el cobrador de la “cuota del seguro de la muerte” una axioma, como antes el cobrador del frac. Pero cuándo el problema es de los niños es que ya estamos completamente descontrolados. Sin rumbo y sin que nada ni nadie aporte soluciones que las hay.

Cheche Dorta