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Guía de Isora 9 de Diciembre de 2011
El Puente
Dice el almanaque, que lleva mucho tiempo colgado
al mismo clavo, que hoy es el día de la Inmaculada
Concepción que debe escribirse – me dice un vecino –
como Inma – (guión) culada, porque es más gracioso
y esquemático y, además, pocas inmaculadas quedan,
como escasas concepciones (Conchas) en carne y hueso.
Pero es día de fiesta y la gente que tiene trabajo no trabaja, una enorme contradicción que nadie ha discutido. Es el puente que sirve para que carguen las pilas y desconecten (…) los que viajan de aquí para allá. O viceversa. Aunque estemos hartos de oír, ver y algunos leer del asunto de la crisis que existe desde hace más de doscientos o más años. Ahora con más cadenas (de las teles obscenas, sobre todo la Autonómica), del auge de los mercaderes y de la información desinformada. Es el puente de los que siguen pontificando sobre la Virgen María y San José y el Espíritu Santo (que es un banco luso do guarda sus ahorrillos Cristiano Ronaldo, como debe ser) y la inseminación artificial y misteriosa, cuestión que San José (obrero) negó siempre, mirando para el cielo por ver si caía la paloma de una vez, muerta de verdad.

Pues tenemos un puente esta semana antes de las vacaciones de Navidad – otra contradicción – que paraliza más aún este país donde se ha trabajado poco y mal desde siempre, aunque hay que dejar claro que hace algunos años, pocos,  se celebraba el día ocho como el de la Madre, hasta que se descubrió  que madre no hay más que una, después del ADN y del CSI y que la Casa Cuna no sabía más de lo que sabía la madre superiora. Muy superior a los expósitos. O Santanas. O de Dios. O de la Cruz que todos tenemos encima. Era el día de la Purísima que era la más que pura de todas las impuras monjitas vendedoras de niñas/os a familias de gente bien, previo pago, cobrado en efectivo por las cabronas (y me refiero a las monjas, perdón). O era, cuándo Carmencita Franco aún no se había soltado el pelo (de la pelvis iba a escribir y se me fue la tecla) que era el modelo de todas las niñas de España, inclusive las infantas que las van a arrestar, aunque uno no cree que vaya a caer esa breva regañada. Porque el yerno salio peor que una nuera feroz. Y así se explica que el rey tropiece más de dos veces en la misma puerta, bobón y bobón, por lo que presenta aparte de su campechanía un aspecto lamentable, el pobre. A pesar de su fortuna, del bribón de su yate, la zarzuela y de que barre en los comicios que jamás le votaron, (lo nombró el general a título de rey) Esto último es casi panfletario y como diría un tertuliano indocumentado, muy de-ma-gó-gico. Uno de tantos tertulianos que cobran por no saber de casi nada. Siguen los mismos – está en Internet, me dicen – desde hace lo menos quince años en amor y compaña, como si nada. Es, tal vez, la nada. Antes clamaban contra la ETA, después contra las pateras y los cayucos y hoy contra la crisis que nadie dice el porqué ni su origen, como la inmaculada concepción. El mundo es un pañuelo después de sonarse un inversor/promotor más o menos resfriado, el pobre.

Es el puente, dice uno que se va de viaje. Hay que respetar las tradiciones, abunda. Y los de Iberia – apunta un conservador liberal – vuelven a ser insolidarios; herencia de los sociatas, dice. Van a hundir al turismo que es nuestra primera industria, no hay derecho. Pues sí, dice un minoritario, todo está derecho, creo. Yo…, me quedo en mis islas, tranco el ferry y desconecto, hago senderismo y vuelvo a tiempo de hacer las compras de Navidad, ¿oíste?, no. Yo no soy tonto. Creo que hay unas ofertas en (aquí se puede poner cualquier super o hiper peninsular o extranjero) de juguetes que me ahorro un montón, mi señora lo sabe, lo vio en la tele. Y vamos a aprovechar la coyuntura, ji ji, para afrontar los carnavales con la nevera llena de yogures y de actimeles o activias, y las señoras, insisto, sabe de esto porque padecen de estreñimiento, inclusive la parienta, que es parienta de verdad, la pobre. Cosas de mujeres. Y disculpen la vena misógina, pero es involuntaria, creo.

Lo inexplicable es que en este país – Canarias – estemos viviendo (…) una semana surreal con dos días de fiesta entremedio, ilógica, inmoral y antitodo: estamos en crisis, como llevamos oyendo cada día de todos los días y de cada semana de los meses del año en que no se puede seguir así, y es cierto pero seguimos así. Con toda la desfachatez de un pueblo rendido y sin criterio. Tranco el ferry, me voy buscando la tranquilidad y la comida casera. Así – ya se ha dicho – desconecto. Aunque me llevo el portátil y el móvil por lo que pueda pasar; espero que haya cobertura.

Y si no la hay me entretengo haciendo senderismo y degustando (…) comida casera. Y leyendo un libro que me regalaron las pasadas navidades y desconectar de la prensa deportiva, aunque tenemos tele en el dormitorio. Una semanita por un precio casi tirado, porque pillé (…) en las redes las mejores ofertas. Yo no soy tonto. Me ahorré lo menos quince euros.

Hace pocos años, ya nadie lo recuerda, se cayó un pequeño y antiguo puente sito en el oeste de la isla del Teide y causó tremendo descontrol que diría un antichavista, pues. Lo repararon lentamente, como la justicia que siempre va detrás como esta parte olvidada y lo dejaron peor que antes. Nadie ha protestado. Ni los hosteleros, ni los promotores, ni los políticos ni el pueblo llano que dice que el piche es de mejor calidad  que el anterior. Lo noto en mi maquinón que frena que da gusto. No se sabe el costo de tamaña obra, pero me lo imagino. Como lo que nos costará el dichoso puente que da cierto jugo (…) a esta crónica.

A ver si aprovecho los días que quedan antes de que vengan otros días de ocio, para intentar hacerle una cometa a mi nieto que ya está en la edad. Un juguete de papel de colores, caña ecológica, papa fría del país, ropa reciclada para el rabo y voluntad. O un portal que no sea de Belén ya que en esa tierra no hay navidad, con figuras hechas de garbanzos crudos y ríos de platina y hombres cagándose, perdón, de miedo tras los reyes magos con su oro, su incienso y su mirra. Y la vaca y la burra, tranquilas y enguruñadas. Y musgo, que este año está difícil dada la sequía pertinaz. Y el pastor echando su caña sobre un pedazo de espejo. Y las mujeres lavando la ropa en el agua sobre el barranco y mi amor en el telar. Y el castillo de Herodes que le cortó el cogote a todos los varoncitos primogénitos, como los ganaderos a los baifos que se pondrán por las nubes, después de haberlos degollado, así, tranquilamente.Y todo lleno de luces con lo cara que está, trís tras, para que la gente se anime. Es una tradición.

Y es el puente que nadie puede explicarlo. De manera que estamos en una semana que tiene dos días de fiesta, sin contar los fines, finde en moderno argot.

O sea que es un puente más, a pesar de todo.

No sé…

Cheche Dorta