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Guía de Isora 5 de Octubre de 2011
La ola de mediocridad que
nos lleva invadiendo desde
hace muchos años
Pues sí, no es una frase demasiado original pero
que uno la lleva repitiendo desde antes de la crisis y que la dedicaba – cuando podía  y desde hace mucho tiempo - a todos los sectores de la comunidad, desde los políticos, los empresarios, los subalternos, los inversores,  los vasallos (valga la redundancia), los inmobiliarios, los cantautores, los falsos poetas.
Los boyeros, los modernos, los conservadores de la nada y los progresistas retrógrados (valga la redundancia), las feministas machistas (iba a reiterar lo de la redundancia), los canarios sólo de romería, los ignorantes que ignoran que lo son y se sienten orgullosos y conformes con ese condicionante vitalicio; los advenedizos, los píos y beatos, los que se avergüenzan de pronunciar izquierda desde que adoptaron lo de socialdemócratas, ignorando, otra vez, que este movimiento fue anterior a casi todos los ismos posteriores.; a los caraduras que, después de haber perdido unas elecciones, ostentan cargos importantes, a los encargados que se encargan (…) de vigilar a sus prójimos/as desde hace siglos, a los medianeros, a los alcaldes carentes de la mínima sensibilidad (iba, perdón, a repetirme con lo de antes…), a los compulsivos – carne de cañón – jovenzuelos/as enganchados al móvil que no se sabe quién pagará la factura y que tampoco saben decir una frase con solvencia si les privan del artilugio.

A las estreñidas mujeres que son humilladas con los anuncios de la tele, como si fueran ellas las que no pueden ir al retrete con regularidad, a los que se ríen con clave de ja, ja, ja; o con un tal Juanito Panchín, ay que gracioso, no sé; o con La Revoltosa que rindió a Vieira,  porque no todo ¿o sí? es el dinero, o a los que carecen de memoria como un pez en un acuario angosto, a los que añoran los tiempos de la esclavitud, a los esclavos del Cristo, a los del Gracias a Dios aunque estén en la UCI, a las monjitas que vendieron a los Niños de la Casa Cuna, a los de Las Chumberas, tan murgueros de corazón que se fueron a Madrid para abacorar a ZP, olvidándose que son las barras de Zerolo que algo tendrá que ver con su decrépita aluminosis o Clavijo que es pariente de un Clavijo que tuvo poder; o los no-lectores de un periódico – vamos a llamarlo así - que se olvidan cuándo este medio llevaba el yugo en su portada que, a proponer, es lo mismo que el éxito del manejo de yuntas en el arrastre de ganado; o los que no se saben, o sí, la copla del himno deseado anhelantemente (otra redundancia) que dice que El mundo tiene una Europa/ Europa tiene una España/ y España tiene un tesoro / que son las Islas Canarias… , que es el original y cantado con fervor hasta el otro día, como quién dice; o que la bandera de las siete estrellas verdes era odiada por los mismos que hoy la enarbolan para que les voten los malandros de acá y de allá; o los Liqui-liquis, recuerden, que triunfaban en los hermosos carnavales rindiendo pleitesía y dejando entrar a los que no querían ni en su barrio, o que en El Fraile había pisos pateras cuando era , la patera, el primer problema de Canarias, ignorando que El Balbanera llevó a infinidad de emigrantes isleños y que muchos murieron de hambre en la travesía, camino de Venezuela; o que en las zonas y municipios ¡turísticos! sin ningún rubor en sus límites – ahí están todavía los carteles y a uno casi lo fusilan por el inocuo  Sacatapas - y comentaban que esto no puede seguir así, estallará algún día y siguió con el consentimiento de todos, no sólo de lo anteriormente citado, etc.

Y después del etcétera que podría ser casi infinito, hay que repetir que la ola de mediocridad venía anunciándose desde hace muchos años. Y todo el mundo lo sabía, y todo el mundo (…), todo, invitaba al resto del mundo a irse de peón o de lo que fuera conveniente en aquél tiempo y dejara de estudiar y prepararse para los avatares que ya se anunciaban en medio de un  monte de grúas. Y – al fondo -  las muy bonitas montañas de Adeje,  escaladas y torturadas por inverosímiles apartamentos (de constructores peninsulares la mayoría y alguna subcontrata de aquí, para despistar) que desafiaban las leyes de la gravedad (…) subiendo monte arriba hasta límites insultantes, y el camarero llamando guiri al que le pedía un producto de su trabajo. Y conucos sin cimentación ni falta que les hacía. Calidad, calidad, calidad…era como en el fútbol que lo importante es la obra de arte y una increíble vaselina. Y coches como hormigas silenciosas oyendo la música que siguen escuchando hoy, lo que significa que poco se ha avanzado en este terreno. De hecho sigue Tenderete emitiéndose, pero que al lado de Clave de Ja  o de La Revoltosa es casi decente.

La ola de mediocridad…, pues sí: o a lo peor, no llegamos ni a eso. Y me viene a la memoria más reciente que en este medio hace un tiempito defendí al presidente Rivero porque creo que es lo más adecuado a la moda o la crisis – que es verdad – que padecemos unos más que otros. Y tuvo sus votos. Creo que está portándose como Felipe en sus buenos tiempos. Y si no me creen, herejes, vean los cabezas de lista del PSOE que se regenera con la juventud. Y del resto, salvo los residuos limpios que pocos votan. O sea… cuando el culo quiere leña, él mismo la busca, decía mi pariente y era y es verdad. Ni la corrupción, ni la ladroniza, ay que graciosa es esta palabra, restan votos, ni, por el contrario, la preparación- que nadie ha definido – ni la honradez ni la firmeza los dan, ¿entonces?, pues es lo que hay, colega, que diría un ni-ni que no sabe y no contesta, salvo cuando mi chico llama al móvil.

Pues, para ir acabando, los mediocres han estado y están desde la conquista o más atrás, al frente del poder del país. Y recomiendo regresar al párrafo de los etcéteras casi infinitos y que cada cual, si quiere, analice sus oraciones. Tal vez la conclusión sea la frase que titula este artículo.

Creo.

Cheche Dorta