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Guía de Isora 17 de Septiembre de 2011
La Virgen de los Dolores
Es patrona de la Isla de Lanzarote. Y se le tiene
mucha devoción y en su honor se celebra una
romería muy alegre aunque ella, la Virgen, siga
derramando lágrimas de tristeza, tal vez por la
muerte nunca aclarada de César Manrique. Hombre de Dios,  lo de San Isidro y su mujer, San Benito, San Roque y San Roquito, San Marcos, y hasta el Hermano Pedro que viendo lo de Guatemala – su otra patria de acogida – no se sabe lo que el santo hizo por allá, pues. Seguramente trabajó por los pobres, pero acrecentó la cuota de pobreza.
A ver si me comprende. Y hay que respetarlo porque es nuestro alcalde perpetuo y puso de acuerdo a los díscolos (…) mandatarios de la zona y le cambiaron, con estatua incluida, su silueta abatida por un nuevo look que se parece más a San Antonio que a una vieja estampa del Santo que aún conservo (soy conservador), muy ecológica e inmersa en su entorno, era petudo con todos mis respetos. Pero lo de la Virgen de los Dolores no me cuadra. Insisto: una imagen enlutada como si fuera o fuese viuda, llorando amargamente y con un semblante de tristeza que pa qué; no la anima ni los bailarines de El Hierro ni un infinito Sorondongo. Ni, perdón, una rala de vino conejero, perdón otra vez. Ni un Red Bull, en plan moderno. Lo de la Virgen de los Dolores no se entiende sino en la enredadora saga de Ico Arrocha (…) o de la de Dimas, el buen ladrón. Después de lo de César que lo trasaron – puerta con puerta – y nunca más se supo.

Y, en serio, creo que la Virgen tiene su razón, porque ha visto lo que ha pasado y pasa en Lanzarote: la corrupción sólo interrumpida por la romería y la tonalidad aguda de los cantadores, el vuelo casi erógeno (…) de las faldas de las muchachas y el sordo rumor que se intuye, surge de la cárcel de Tahiche. Con ese panorama, la patrona no puede dejar de llorar, aunque la pinten de purpurina.

Una salvajada, para resumir. Un acto anacrónico que ni siquiera Manrique pudiera imaginar en sus buenos tiempos, antes – reitero – de su extraño accidente, puerta con puerta y que fundió la isla y nada volvió a ser como antes. Bueeeeno, anacrónicas son casi todas las procesiones, con los matices estéticos que hay que discutir si llega el caso.

Y me persigno, por si acaso. Pero la mujer guardaba luto de por vida si era viuda. Forrada, como la patrona, de negro y, ahora, saltan y brincan como si nada y está bien, dentro de lo que cabe. Un respeto.

A lo lejos, cerca de Timanfaya – un infierno de diseño – se oye una malagueña que habla de cementerios, de muertos, de miedo, de una tristeza infinita…, y pienso que con razón la Virgen sigue llorando. Porque no hay derecho que a una la saquen de su entorno habitual y con la misma ropa para ver bailar, saltar y andar por los aires a una pila de magos (y magas) que prolongan ceremonias que nos acercan a lo libio bereber, que casualidad, y que a la Virgen no la refrescan ni en Tinajo, la considero, a la pobre. Yo…, puede decir la virgen si quisiera o quisiese, a esta edad de una, lo que deseo es estar tranquila, qué necesidad, no sé. Hoy no hace viento, gracias a dios, mijito, pero es que esta ropa no es adecuada, a ver si me comprende, si por lo menos me abanicaron con la recobrada bandera canaria, con sus estrellas y todo, pero no, los mayordomos se empeñaron que debo presidir la romería (…) con este luto de por vida. Por favor…a quién se le ocurrieron estos trajes típicos y estos sombreros, no sé. Ni sombra dan, pero son muy tradicionales, dicen.

A lo que íbamos: en Lanzarote ( la primera isla conquistada y que sigue conquistada,  no hay mas que ver al heredero tan alopécico) se celebra la romería de la Virgen de los Dolores, que llora mientras sus devotos cantan alegres coplas. Una aberración. .

Creo.

Cheche Dorta