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Guía de Isora 18 de Abril de 2011
Venezuela y nosotros, los isleños
Venezuela era hasta hace pocos años la octava isla
para la prensa local (y también el puerto de Santa Cruz
era lo primero) y ahora sólo hablan negativamente de
ese país muy querido, antes de que estuviera Chávez
como presidente elegido por el pueblo una porción de veces. Bastantes más que a don Paulino, nuestro presidente que no ganó las elecciones; o sea: no es el más votado.
El que tuvo más votos lo echaron los mediocres y él mismo se inmoló, en sentido figurado, porque creía que todo el monte era orégano.

Y vamos a copiar unas frases de un escritor profesional, Eduardo Martínez de Pisón, que sobre lo que nos ocupa, la emigración, dice: “La clase media en realidad no hizo nada. No eran franquistas, pero tampoco activamente demócratas” – y, prosigue hablando de su última novela – “…el eje es un emigrante traidor, turbio, canalla, irracional, como la dictadura” y uno no tiene más que añadir  lo que le viene a la cabeza, matizando que no todos, pero si la mayoría – el mundo es  pañuelo a veces sucio de mocos- los que se fueron responden a estas opiniones, pero…

Uno que sólo es un curioso, escucha a paisanos y residentes aquí, en la zona que tuvo más emigrantes del país, comentarios sobre Venezuela y su política haciendo malos chistes sobre tema que nos concierne a todos los canarios, acentuando su parquedad en la supuesta falta de “finura” de don Hugo, sus “franelas” y – sobre todo – su izquierdismo contradictorio. Todo negativo. Nada se dice sobre sus logros ni de sus fracasos; sólo critica banal y sin criterio. Y se intenta, a veces lo consiguen, ridiculizar a la democracia que significa que cada persona es un voto. No, añoran – sobre todo los esquilmados isleños que fueron maltratados por sus vecinos allá y que los siguen maltratando acá, pues – al general Pérez Jiménez que murió en Madrid, prófugo de la justicia, pero que hizo autopistas que aún se mantienen en pie.

Curiosamente, hay emigrantes regresados con plata que están en la política y en la red empresarial de las islas, aquí siempre han tenido sucursales, y todos combaten las ideas o las pautas ( ¡ ) que le hicieron salir de esta tierra dónde se pasaba hambre, mucha hambre antes del yogur y del móvil. Era y es, el franquismo, sí, una etapa ignominiosa, vengativa, miserable y muy cruel y que estos que citamos, aún no se han curado de ese mal antidemocrático (indagar, juventud, en estos años); o sea, para entendernos, que huyeron del hambre atroz de la posguerra, se encontraron a un país hospitalario dónde seguramente  hicieron muchas trampitas y regresaron con plata, poder, dos dientes de oro y repartiendo puros y cintos; ya reciclados como defensores de los que otrora los echaron a buscarse la arepita, otra paradoja triste, a los mismos que les había obligado a emigrar;  pero simpáticos y con dinero (casi nunca limpio), lo que les vale para figurar en las listas que se van a votar y que les votarán, sin duda. Y no le paran bolas porque saben que tienen, allá y acá, la clientela asegurada. Y hablaremos de política después del 22 de mayo. Pues imagino, que es mucho decir, será curioso el panorama después del parto. ¿Por qué tanta moderación para hablar del franquismo? ¿Miedo? ¿Respeto?
Todo lo contrario: ni respeto ni nada; sólo miedo. Como cuando se habla de las escuelas, de los maestros y de sus alumnos. ¿Ya no se acuerdan cuando el cura torturaba con la pala que sacaba la sangre de las manos abiertas de los alumnos menos aplicados?

Cualquier indígena puede recordar, si quiere, al indiano que se casó por poder (una aberración, aunque algunas parejas llegaron a quererse sin haberse conocerse antes), que venía por navidad o en las fiestas del poblado y dejaba encinta (los espermatozoides no son lo que eran) a la sumisa esposa oficial y reglamentaria; y el hombre de la casa, el de la familia tradicional ( ¡ ) trasponía buscando los manglares. Aunque lo que duraba su estancia que ocupaba en su tierra natal era como muy nacionalista aquí, sí, y allá era de lo más carca: nunca aprendieron a caminar derecho. Estas circunstancias se han prolongado hasta la fecha y, por supuesto, siguen sin saber caminar. Es el trópico y su alegría, mi amol. Y la familia tradicional, a la que dicen defender. Qué poca vergüenza, moderados…siempre que no les toquen el bolsillo.

Pues como comenzamos, reitero que Venezuela dejó de ser un país querido por los canarios isleños desde que está Chávez en el poder. La cosa está clara: porque Chávez – que a lo mejor tiene  parientes lejanos en Fasnia, por lo de Frías, otra vez aquí. Que dicen que es el presunto representante de la izquierda radical (no es verdad, porque entre varios tics que luce el mandatario, ya que don Hugo Rafael es muy religioso y ese vicio es incompatible con las ideas de izquierda (sí, si: existe esa ideología, muy difuminada, pero los que son de derechas no le interesa este debate,  pero a la derecha está compuesta de gente, ¿cómo decirlo? Malos para hablar, para vivir, para ser buen o mal vecino…es muy difícil… y además, demasiado cercanos a la iglesia que está preparando su carnaval, la Semana Santa, y no sé por qué la escribí con mayúsculas) y la opinión que captura las conciencias hace no-pensar a los que quieren hacerlo. Y es injusto, porque Venezuela es lo que es con Chávez y sin él. No conozco aquella nación, pero desde siempre he escuchado: “¡Lástima de país, con lo rico que es!”. Y así, hasta este momento nada ni nadie me ha demostrado que estoy equivocado. Todo lo contrario, los que conozco, superficialmente, los veo mal vestidos y peor hablados; gandules y caraduras; apuntándose a una supuesta genealogía arcaica para conseguir papeles; carentes de currículos; sombreritos de pelo guama y del arauca vibrador ( ¡ ); no critican a los isleños que les critican a diario; y poco nos aportan….,positivamente hablando, a ver si me comprende.

Escribiremos de la política y de los políticos después del día D y de la hora H. De momento, artículos pretenciosamente paliativos, intemporales y, tal vez, pasados de moda. Pero ahora toca lo que toca, Venezuela y los isleños por supuesto, y me gustaría que hubiera o hubiese respuesta ante un asunto que compete a Canarias y sus efectos derivados. Porque aunque antes dije lo que dije, hay que hablar, también, de Dudamel, de Abreu, de Bello, de Bolívar, de Miranda y otros próceres (el orden es poco importante), como aquí o acá, Negrín es prácticamente desconocido, a Manrique lo suicidaron (tal vez), Kraus no afinaba como es debido, sí; los constructores eran profetas y siguen profetizando, sí (casi todos emigrantes retornados), sí, y uno intentando debatir moderadamente. Vana ilusión. Aunque leo que, por fortuna, hay mucha más gente que se esfuerza,  que lee y escribe y que se interesa por lo que debe interesarnos. Eso, creo, es el camino recto. Vale el refrán o la frase que se ha citado ¡Lástima de país, con lo rico que es! Y el “Pisón”, apellido del literato que citamos durante este encuentro de letras, es aparato de tortura, de piche, de asfalto, artesanal o no; que comprime las infraestructuras que son anhelo de los alcaldes y que hace llorar a las rocas mas duras y a las playas más serenas. El pisón….no jodas ¡Lástima de país, con lo rico que es!

Nota bene: este cuento real más que la familia real, es una reflexión  de la vida cotidiana; no es asunto menor, pero que cada cual saque sus propias consecuencias y que es un pequeño trabajo – antes y ahora – nada secundario. Algún día hablaremos de la emigración, o al revés, a partir del veintidós de mayo (mes de los bobos), cuando hablaremos de política. De momento, asuntos suaves y poco enredadores. Como este de Venezuela y nosotros.

Un tema menor.

Cheche Dorta
Comentarios
Este 22 de mayo tendrás que volver a decir eso de que el menos votado gobernará, porque le ocurrirá al pp en guia de isora.
excelente la exposicion de este articulo.-
mira sin son objetivos y libres este digitalsur cuando te dejaron publicar este articulo, siendo ellos venezolanos