Por lo que decidí entrevistar a una concejala elegida y que pertenece al ala de la política de las que sirven, que de todo hay. Y, además, que tenía y tiene sentido del humor, cualidad no muy abundante en el gremio al que pertenece, de momento. Pedí cita y aceptó en el acto, mañana a tal hora en mi despacho. ¡Que guay!, me dije, que suerte.
Y me puse una camisa nueva, de marca ojo, y los pantalones de vestir (…) y accedí a su despacho, sobrio, aunque con un ligero aire de coquetería – es mujer – en forma de tiesto, perdón, o maceta de Ikea con una cactus abstemio haciendo juego con una litografía del Gernika y el elegante tono gris del teléfono de sobremesa. Y al minuto llegó, puntual como la luna, me dio dos besos – creo que para romper el hielo – y ocupó el sillón giratorio que mientras duró la entrevista no dejó de dar vueltas. Es para desinhibirme, dijo la política, me relaja, ja,ja,ja…
Pues...cuando quiera empezamos señora. Señorita, me corrigió, señorita y trátame de tu porfa, ja, ja, ja…ji.ji.ji….señora, hombre…ji,ji.ji…¿me vas a preguntar por la remodelación del consistorio? ¿Sí o no?. je, je, je…Pues te diré que la parte contratante de la segunda parte de la legislatura, ja,ja,ja, requería una vuelta de tuerca, ji,ji, y lo hemos hecho, ¿vale? Si, musité, pero…¡No!, interrumpió mi balbuceo la señorita. No, te contesto y añado: la parte contratante de la tercera parte es inversamente proporcional al recorte presupuestario que elaboró el área de hacienda que, ji,ji,ji y aquí entre nosotros, no tienen ni idea, ja, ja. Y la oposición, ay, menos, porque no tiene acceso a la serventía de las cuentas públicas, ji,ji,ji. Y peldona por esta risa extemporánea que me entra a cada momento, ay, ja, ja,ja…, no me puedo aguantar. No…si yo…, intenté mediar en el asunto. Nada, no problem, tú a lo tuyo que es preguntar, je, je, y yo, una, te contesto, ja, ja ¿vale? O.K. acerté a decir, antes de que me entrara la risa que me avisaba de su contagio.
Bueno, pues – siguió la concejala – como te iba diciendo (dio otra vuelta a su sillón, como si nada) resulta que la parte contratante de la cuarta parte, ji,ji, es lo que han subido los impuestos; es decir: nada, ja,ja,jaaaaa (y dio otro giro la butaca), muy por debajo del ipecé, sorry, je,je,je… Y tuve que sacar el pañuelo porque me venía la risa como cuando uno está en un velatorio, que es dónde la gente seria se ríe con más ganas, ay. Y abundo, continuó la edil, ¿no vas a preguntarme por la excelencia turística? ¿Eh? Si, lo tengo apuntado en mi libreta, iba a interrogarla…ji,ji…, y no pude contener la risa que amortigué con el pañuelo de mano(…), ¿qué hay de ese asunto? Pues te digo, ja,ja,ja, tenemos un proyecto de cincuenta y cinco o cincuenta y cuatro, ahora no recuerdo bien el número, hoteles de cinco estrellas gran lujo, ojo, que sólo esperan la aprobación del pleno que, ji,ji,ji, como tu sabes está cantado porque tenemos mayoría absoluta, salvo que algún sicario pasaporte a dos concejales, je,je,je, el voto de calidad del alcalde es fundamental, ji,ji,ji… o sea que se construirán esos resort con sus campos de golf, faltaría más, sus spás y sus cestas de fruta para los clientes de alto poder adquisitivo, ja,ja,ja…creo que hasta higos picos fresquitos le ponen a esos cabrones, sorry, y bastante que le gustan, ay, ju, ju, ju, ay que me meo, perdón (y giró otra vuelta). ¿Quieres tomar algo?, inquirió, tenemos hasta mueble bar, ji,ji,ji, es una donación para promocionar los productos de la suma, je,je,je.
A estas alturas del monólogo se me había caído la libreta y el bolígrafo, sonó el móvil y me abandoné a la risa hedonista sin pensar que era casi un becario y que estaba delante de una autoridad, la cual, haciendo uso de su experiencia y de su psicología, notó mi desamparo y comprobé la grandeza de su corazón: no te preocupes, ríete varoncito, ríete, je,. je, je y da gracias que no estás metido en esto y, sobre todo, que no estás en el grupo mixto, ja, ja, ja, ¿oístes? Si, je, je, je, le dije… ¡a sus órdenes mi primera!, ju,ju,ju…Y era mi primera entrevista que estaba acabando mal, pero alegre. ¿Me puede decir donde está el baño…? pregunté. ¡Claro, hombre de Dios, al fondo a la derecha!, ja,ja,ja…anda, ve y regresa; yo voy después y te invito a un cortado, je, je, je…
Nota: cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Ji,ji,ji.
Cheche Dorta