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Tenerife 16 de Abril de 2011
El voto de la ira
Expectantes, percibimos cómo desaparecían nuestras empresas que necesitaron ayudas, entre otras, en la bajada de las tarifas fiscales aunque fueran negativas. Al no recibir, estos, los empresarios, las ayudas, en tiempo y forma se derrumbó la economía insular.

El capital invertido ya no era rentable para las empresas, bloqueadas, frenadas algunas y desaparecidas poco después de su apertura. Las Asociaciones se tambalean en grandes frases pues no se piensa crecer, hasta el dos mil siete.

No es de extrañar que una de las frases que más se escuchan en nuestras ciudades y pueblos de Canarias es: hemos pasado la barrera del hambre. Ahora estamos en la más indigente de las miserias. Ya no hay cuenta corriente y en el monedero sólo nos quedan algunos céntimos. Además la inflación es el impuesto más injusto posible porque nos afecta a la clase media.
Familiarizarse de nuevo, con el menú de la abstinencia va siendo habitual
para nuestros ciudadanos por culpa de la situación generada, por ciertos, dirigentes políticos, que pretenden despojarse de su incompetencia cambiando a un nuevo posicionamiento para erosionarlo como la termita. Un hábito perverso que se genera por sí solo.

No permita que su voto personal y secreto sea influenciado ni manipulado con acciones oscurantistas e incoherentes propias de un posicionamiento político. Éste será el voto de la reactivación económica de la supervivencia, el voto contra el hambre y la miseria. El voto del coraje, el voto de la impotencia, el voto de la ira.

Las encuestas no son las que son. Escasa información nos aporta esta analítica encargada de medir e interpretar también manipular la opinión, pues pertenece a una lógica diferente de nuestra sociedad, tocada de hambre y miseria. Las cifras no son importantes, pero identificar lo que motiva al voto ciudadano, sí lo será.

Al analizar nuestra situación desde hace algunos decenios en las Islas, decidiremos que  ahora prevalece la supervivencia económica y familiar contra quienes quieren mantener el pico y la pala para terminar de cavar su tumba y la de tu familia. Aunque ellos, con sus parásitos o garrapatas, encontrarán una justificación para continuar en la zona de confort, de la riqueza, a costa de tu sangre, porque ¿acaso le queda algo más que  valor?

Su elección del voto, debe premiar o desmontar la red creada por quienes no supieron cumplir las expectativas prometidas a los ciudadanos y empresarios, desde el partido gobernante. Y aunque no son todos ellos responsables, también hay que decirlo, han tenido tiempo suficiente para encontrar las mejores soluciones. Porque un equipo hace  al presidente de un gobierno monocorde, comprometido, que caiga de su atalaya política.

Quizás los ciudadanos marginados por esa incompetencia política cuando se miran a sí mismo y observan a algunos de sus  vecinos en los basureros ¿Pensarán votarles de nuevo? Quién sabe, a algunos de los tinerfeños, que presumimos de guanche, de la canariedad, nos mola eso de riscarnos por el precipicio aunque botemos y botemos contra una roca tras otra, hasta llegar al fondo del barranco. Canarias se muere.

Antonio Pastor
AIPET