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Arona 12 de Eneero de 2008
Cuando las barbas
de tu vecino veas quemar…
El retorno a Madrid del Embajador de Marruecos después de
ese escape que tuvo cuando la visita de nuestros Reyes a
Ceuta y Melilla ha sido una buena noticia para la diplomacia española y para la política de exteriores que ha sido la primera que ha dado el paso en que las relaciones volvieran a su cauce, después de esa, podíamos llamarla "rabieta" de Mohamed VI.

Pero como ya la opinión pública está hecha un lío, siempre que hay algún éxito que aflora a la prensa con el rimbombante discurso del ministro de turno al que competa el problema, está este tema de la vuelta del Embajador que nos ha dejado algo mosca. El Sr. Ministro de Exteriores, Miguel Ángel Morantinos, llevó una carta al Monarca alauita, la cual le tuvo que parecer muy bien cuando automáticamente soltó el lastre y las relaciones diplomáticas empezaron de nuevo a funcionar. Pero hay un extenso sector crítico entre políticos, autoridades de Ceuta y Melilla, aparte de la población que quisieran saber el contenido de esa carta maravillosa, y qué decía, o qué compromisos negociaba por no pensar algo más escabroso que tiene a estas poblaciones en ascuas vivas por el motivo de que no acaban de tragarse tanto fariseismo por parte del marroquí.

La visita de los Reyes fue agua de Mayo para estas dos ciudades tan huérfanas de todo, y que vieron en esta iniciativa de la Corona un acercamiento a sentirse de pleno derecho las ciudades de Ceuta y Melilla, plazas españolas como las que más. La presión que soportan los habitantes de estas dos ciudades son fuertes, una por la tensión psicológica que les someten las autoridades y los grupos políticos marroquíes, por el continuo reclamo de estas ciudades para la corona de Marruecos, y otra por el poco caso que hasta ahora la soberanía de España le ha hecho en sus diferentes gobiernos desde que se implantó la democracia.

Insistimos que sería una buena terapia para todos, y más para los que vivimos fuera de la "piel de toro", el saber qué contenía esa carta, pedimos sólo transparencia en todos los asuntos públicos,  ya que así lo exige un régimen democrático, aparte de que tranquilizaría a la gente de esos entornos, y por qué no, a nosotros mismos que no estamos muy seguro del cariño que se dice que se nos tiene.

Salvador Barnes
barnespress5@hotmail.com