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Arona 26 de Septiembre de 2007
Y sigue el goteo
Hay cosas que el ciudadano de a pie no entiende por mucha propaganda política que se le de sobre la naturaleza de las cosas y el por qué tenemos que hacerlas, todo un puro pasteleo que los únicos que se llenan de harina hasta los codos son nuestros soldados de nuestro ejército.
Como hemos visto dos  militares españoles han caído en eso que llaman pacificación, en un país que están y viven en la edad media, y que nosotros tenemos un contingente de tropa. Si la postura que tuvo Aznar y su Gobierno de mandar tropas a Irak y entrar en guerra, aunque fuésemos en “plan pacifista”, le costó la gobernabilidad de España y aún más todavía le están pasando la factura de esa ayuda estéril que causó también algunos muertos para nuestro Ejército, a cambio de poner los pies encima de la mesa del amo yanky Bush. No acabamos de entender cómo y después de esas campañas de concienciación que hizo el señor Zapatero y su grupo de la mala política de Aznar, repito no se entiende cómo se siguen enviando tropas a estos países que ni nos va ni nos viene su “modus vivendi”. No me vale que digan los de siempre que estamos en la OTAN y patatín y patatan, son rollos ya mal colocados y que el ciudadano ya no traga. ¿No hemos ya cumplido el cupo de envíos de tropas?, entonces a qué esperamos para sacar las que tenemos en esos”avisperos” ¿que teme Zapatero?
Los recortes políticos internacionales son de primer orden a la hora de poder negociar la política interna de un país. Hoy España está entre los primeros ocho países más desarrollados del mundo y eso nos obliga a NO ser el farolillo rojo de las políticas de expansionismo que tienen los países de siempre. Queremos nuestras tropas fuera de esos conflictos, que la mayoría de veces son étnicas. No queremos más víctimas. Nuestro ejército es para defender al país y a nuestro entorno, no para desfilar en la otra parte del mundo a sabiendas que nos está costando las vidas de nuestros soldados. Un poco de sensatez y de coraje no le vendría mal a nuestro gobierno en la decisión de traerlos a todos a casa.

Salvador Barnes